Miguel Lorenzo Torres: «Yo no voy disfrazado, soy de derechas y antifranquista»

mariluz ferreiro A CORUÑA / LA VOZ

ELECCIONES 2016

MARCOS MÍGUEZ

Le apasiona la historia y confiesa que no le queda tiempo para ver «Águila Roja», la serie de su hermano Francis

13 dic 2015 . Actualizado a las 09:37 h.

«Tuve una infancia muy feliz, con tres hermanos maravillosos. Soy el pequeño, pero no el mimado. Los pequeños se llevan los sopapos». Miguel Lorenzo Torres (Pontevedra, 1961) es el cabeza de lista del PP para el Congreso en A Coruña.

-¿De Pontevedra o de A Coruña?

-Soy de una ciudad donde se celebran los goles del Deportivo. Además, mi familia siempre ha estado vinculada a Coruña. Mis padres pasaron su luna de miel en esta ciudad, donde también hicieron su oposición de maestros. Yo me vine a Coruña el 20 de enero de 1987 a trabajar en un despacho de abogados.

-¿Abogado por vocación?

-Quería ser maestro. Mi hermano Francis estudió esa carrera y mis padres dijeron: «Tú a Derecho». Siempre fui muy defensor de la gente. Mi madre me decía: «Eres un abogado de pleitos pobres». Me encanta la abogacía, defender a las personas, estudiar los asuntos... Todo el mundo tiene siempre una defensa.

-Pasó a la política para presentarse a las municipales en A Coruña. ¿Por qué?

-No es que decidiera dar el paso, me surgió una oportunidad. Carlos Negreira me ofreció participar en un proyecto nuevo. Siempre tuve vocación de servicio público. Había estado en el Patronato de Padre Rubinos y en el Colegio de Abogados... La política es un paso más y una experiencia positiva, aunque con algún momento triste.

-¿Cuál?

-El más triste fue cuando murieron los tres policías en el Orzán. Estar con los padres esperando, mirando al mar, fue de los momentos más duros. No hay peor cosa en este mundo que la muerte de un hijo. Son cosas del lado humano de la política.

-¿Y lo más positivo de esa etapa?

-Estuve en Servicios Sociales. Hacer cosas por las personas es gratificante. En política se puede hacer mucho bien. Y, ya más a nivel personal, conocer a Carmen Hervada [fue concejala del PP en A Coruña] ha sido lo mejor que me ha pasado en política. En mi primer día en política yo no sabía ni quiénes íbamos en la lista y fui a un acto en Palexco. Hubo un momento en el que me vi ante aquella exposición pública y pensé: «¿Yo qué pinto aquí?». Me tocó al lado Carmen Hervada. Solo la conocía de vista, pero me cogió la mano y me dijo: «No te preocupes». Es un ser extraordinario.

-Como abogado y político ha visto la parte de los bancos y la de los desahucios.

-Como abogado defiendo intereses ajenos con profesionalidad, no quiere decir que comparta esos intereses. En un momento dado ves la frialdad de los bancos y la grandeza de los seres humanos.

-Ahora se habla mucho del centro, pero usted se declara de derechas «genéticamente».

-Yo no voy disfrazado, soy de derechas, monárquico, católico practicante y muy tolerante y respetuoso con las opiniones de los demás, porque la diversidad enriquece. Soy de una derecha moderna y democrática. La gente identifica la derecha con el franquismo, yo soy de derechas y antifranquista. La dictadura fue uno de las peores etapas de este país.

-¿Qué le parece los que no hablan de derecha e izquierda?

-Cada uno se define como cree que es, hay que respetarlo.

-¿Y la palabra casta?

-No es bueno para el sistema democrático ni para el país aplicar esa palabra a la clase política. Es muy noble y grande dedicarse a la política, aunque es cierto que hay comportamientos muy reprochables de ciertas personas.

-¿Al político hay que exigirle más que a otro ciudadano?

-Los políticos estamos voluntariamente, tenemos que dar ejemplo. Es lógico.

-¿Ahora que es el candidato, qué tal los mítines?

-El mitin en un escenario no me gusta. No me veo en el escenario, me entra un punto de timidez. Reconozco que los mítines me dan corte.

-¿Cómo se le dan las redes sociales?

-Solo tengo Facebook. Me niego a tener Twitter, porque prefiero hablar con las personas de tú a tú. Me gusta saber con quién hablo, porque comunicarte con alguien anónimo que te pone cualquier cosa... Me niego a tener Twitter, conmigo no va. Dicen que los políticos tenemos que usarlo para comunicar. Pero yo en eso reivindico la vieja política, la de estar en la calle, con las personas.

-¿Y las tertulias televisivas?

-Se están creando políticos de márketing. Más que políticos, personajes políticos. Venden muy bien. Usan mucho técnicas televisivas y algunos lo hacen extraordinariamente. Pero la política va más allá, está la gestión, la empatía con las personas. Si detrás de esa pantalla no hay nada...

-¿Sigue estos programas, la tele en general?

-No me gustan los debates que se convierten en una corrala, una competición por ver quién tiene la frase más ingeniosa, quién dice la palabra más exacta. Mientras no sean constructivos y solo sean para destruir al contrario, no me gustan. Tienen audiencia y eso es importante. Lo entiendo porque, con un hermano productor y otro actor, mi familia está muy ligada al mundo televisivo. Pero veo poco la tele. Madrugo mucho y me acuesto temprano.

-¿No ve «Águila roja», la serie de su hermano Francis Lorenzo?

-No veo Águila roja... ¡Pero es que casi no veo la tele! No tengo tiempo. Siempre que empieza una serie de mi hermano la veo y miro la audiencia que tiene. Pero llego a casa cansado y soy más de leer. Me gustan los libros de historia. Me encanta el período de la transición. Estoy con una obra sobre grandes dinastías, familias y poder. En campaña buscas algo suave. Leo tres páginas y me duermo.

-¿Otras aficiones?

-He viajado mucho. Fui con mi madre a Jerusalén hace un año y eso me transformó. Hubo un antes y un después. Jerusalén tiene una energía especial para las personas educadas en la cultura cristiana, sean creyentes o no. Fue el viaje de mi vida. No es que llegara a Jerusalén y me convirtiera. Hay una transformación espiritual, que no religiosa. Quise cumplir el sueño de mi madre y el sueño lo cumplí yo.

miguel lorenzo torres cabeza de lista del pp en a coruña