Los partidos crean equipos de más de 50 personas e invierten hasta 9 millones en poner a punto su estrategia
06 dic 2015 . Actualizado a las 11:04 h.Nada tiene que ver la estrategia de un partido que trata de conservar a sus votantes con la de otro que está creando un espacio propio. Esta perspectiva secciona en dos grupos la campaña del 20D, con tácticas marcadas por la división entre lo viejo y lo nuevo. Pero la organización responde a criterios similares.
Los equipos de trabajo
Con el candidato al frente. Y de la mano del candidato va el jefe de campaña, puntualiza Diego Crescente, socio de Mas Consulting Group, que precisa las áreas en que se divide el trabajo: «Planificación, márketing, redes sociales, agenda y prensa», cada una de ellas con su personal. Y en total, ¿cuántos tienen dedicación exclusiva? «En el PP, unos cincuenta», calibra Fernando Martínez-Maíllo, responsable de la campaña de los populares. Una cifra que se eleva por encima del centenar cuando se incluyen colaboradores de otras áreas. «Sí, calculo que por encima de cien», dice Rafael Simancas, miembro del equipo electoral del PSOE. En un partido más pequeño, como puede ser Nós, en Galicia, los grupos suelen tener «de 10 a 12 integrantes», explica Xavier Campos, director artístico de la campaña.
Grupos específicos
Debates y redes sociales. «En el PSOE tenemos un equipo específico que se ocupa de organizar los debates del candidato, y otro que se encarga de los actos públicos», añade Simancas.
Documentos
Todo parte de la estrategia. El documento de estrategia se elabora mediante un análisis de datos históricos para identificar los bastiones que deben armar el mensaje. En España lo asumen miembros del partido, a diferencia de países como Estados Unidos, donde se contrata a expertos en ciencia política. El segundo documento es lo que técnicamente se conoce como relato. Concreta de qué se va a hablar en los debates y en los mítines. Después viene el documento táctico, que marca el día a día de los actos del candidato, y, por último, los documentos operativos redactados para cada acto.
Los tiempos
Un mes y medio de preparación. El diseño de la campaña «es lo más complicado. Hemos invertido en ello un mes y medio», admite Martínez-Maíllo, que desvela además que el PP estuvo «15 días dándole vueltas al eslogan» hasta decidir el más conveniente entre las opciones presentadas «a una especie de concurso».
Dos objetivos
Militancia o apelación del voto. «Los partidos históricos tienen a su gente -expone Crescente-, los nuevos necesitan apelar al voto». Esta idea divide las estrategias del 20D. PSOE y PP se centran en recuperar o conservar a sus propios militantes. Eso explica, por ejemplo, la presencia de sus candidatos en el programa de Bertín Osborne, una iniciativa orientada a dar satisfacción «a las bases». Ciudadanos y Podemos tienen que «apelar al voto» para sacárselo a los demás. Por eso son más agresivos y activos «en las redes sociales y en los encuentros con la sociedad civil». Arriesgan más.
La campaña del 20D
La edad del votante también marca la táctica. Todo está estudiado, planificado. Albert Rivera cree que tiene asegurado al votante joven, pero no al de 40 o 45 años en adelante, «y por eso se ha vuelto a poner corbata», asegura Carles Salom, consultor de Politiks 360 y Sanchís y Asociados. Podemos busca al votante de 30 a 35 y tiene que ser «más agresivo, sobre todo en las redes sociales». PP y PSOE se rigen por otro criterio: «necesitan conservar a sus bases, con votantes mayores». Pedro Sánchez asume un escenario «complicado» por la posibilidad de perder sufragios por la derecha (Ciudadanos) y por la izquierda (Podemos), así que «debe equilibrar mucho el mensaje. Los votos que recupere no serán nuevos, sino los que ya tenía y pasaron a la abstención o al partido de Rivera».
El presupuesto
Hasta 9 millones. El PSOE ha anunciado un presupuesto de 9 millones de euros, que es de 4,5 en Ciudadanos, de 2,5 en Unidad Popular y de 2 millones en Podemos. El PP hará oficial el dato tras las elecciones. En las del 2011 se gastó 13,8 millones. Estas cifras están a años luz de los 1.400 millones de euros de los grandes partidos estadounidenses.
Las encuestas modificarán a diario la táctica de las formaciones
El sondeo constante que realizan los partidos irá perfilando sus estrategias día a día hasta el 20D.
Efectos previstos
Del caballo ganador al arrastre. Los partidos harán estas semanas «un tracking diario, un sondeo que irá modificando sus estrategias», sostiene Carles Salom, que explica los efectos más conocidos que condicionan una campaña electoral. El del caballo ganador implica «que muchos indecisos se suben al carro del partido vencedor en las encuestas», y las formaciones beneficiadas tienden a un mayor inmovilismo, «no arriesgan». Ese conservadurismo se refuerza con el efecto bandwagon o arrastre: «El favorecido por los sondeos frena y deja que se enzarcen entre sí las otras formaciones».
El eje viejo-nuevo
Salir o quedarse en casa. Los expertos en comunicación política afirman que la campaña del 20D está definida por el eje viejo-nuevo, que involucra a partidos y candidatos. Una realidad de la que intenta desmarcarse Sánchez, pero de la que no puede escapar Rajoy. «Por esto tiene toda la lógica del mundo que envíe a Sáenz de Santamaría a un debate con tres jóvenes» que por imagen «le haría daño a él», añade Salom. En cuanto a Sánchez, su lucha por recuperar votantes de la izquierda «le obliga a ilusionar y a plantear una campaña emotiva», reflexiona Jorge Francisco Santiago Barnes, especialista en márketing electoral de la Universidad Camilo José Cela.
El riesgo
Barullo político. El «barullo político -continúa el profesor- corresponderá a Podemos», que va cuarto en las encuestas «y tiene que proponer algo». El mando del país es otra cosa. Así que, para Rajoy, «en campaña electoral se habla en poesía, porque después se gobierna en prosa».