Un respiro para la política

Manuel Blanco EL CONTRAPUNTO

ELECCIONES 2016

25 may 2015 . Actualizado a las 02:21 h.

Vivimos tiempos perversos para la política. Son tantas las miserias que se han apoderado de la actualidad que en el terreno de juego no parece haber otra cosa que fango. El escenario es un zumbido en gris en el que no se distingue el polvo de la paja. En la calle ya no quedan buenos o malos. Todos son malos. Directamente. La política arrasada. ¡Qué dirían de nuestra era Aristóteles y Platón, Morin y Kern, si asistiesen a esta ceremonia de la confusión instalada en la sociedad!

No se trata de negar a la caterva de gamberros que pastan en el ruedo ibérico, pero al generalizar se corre el riesgo de asfixiar al prójimo. De contaminar hasta el paroxismo una actividad que, en definitiva, es crucial para nuestras vidas. Por eso sospecho que victorias como la de Lores en Pontevedra descomprimen un tanto este clima irrespirable que nos rodea.

Y es que más allá de ideologías, la victoria del Bloque en la capital es el triunfo de un proyecto político. Una idea concebida allá por 1999 que ha transformado la ciudad y que, con el paso del tiempo, ha conquistado a una ciudad cuya adscripción social está muy alejada del nacionalismo. Que los pontevedreses revaliden su apoyo a Lores después de 16 años de gobierno es evidentemente una victoria para el regidor y los suyos, pero en el fondo también lo es para aquellos que pensamos que no todo en política es estiércol. Que no está todo perdido, en definitiva. Que el trabajo y las buenas ideas tienen recompensa. La que reparte una sociedad que, entre tanta tiniebla e impunidad, aún conserva su criterio.