La clave de éxito del BNG de Pontón: una política pragmática y transversal

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2020

XOAN A. SOLER

Liderará la oposición durante cuatro años con el objetivo de alcanzar la Xunta en el 2024

14 jul 2020 . Actualizado a las 07:39 h.

Hay un mantra que no deja de repetirse en la política gallega: que el apoyo social del nacionalismo no alcanza al 20 % de su población. De ahí que nunca podría gobernar a no ser que lo haga en coalición con otras fuerzas. Está tan extendido que hasta lo dijo Gonzalo Caballero en una entrevista en La Voz: «Galicia no es nacionalista». Fue ese convencimiento, además de otras cuestiones, lo que llevó a Beiras a dejar la formación para construir un nuevo proyecto misceláneo con fuerzas de carácter estatal. Pero es posible que el 12J haya puesto en cuarentena esas tesis, porque el BNG no solo consiguió los mejores resultados de su historia, sino que emprende una legislatura como partido líder de la oposición con el objetivo de alcanzar la presidencia de la Xunta en el 2024 de la mano de Ana Pontón. ¿Cuál es la clave del nuevo éxito del BNG? Sobre todo, una política pragmática y posibilista que puso en marcha su portavoz nacional. 

liderazgo

El rostro amable del BNG, con la UPG aparcada. Mujer, feminista, sonríe, es cercana y tiene un discurso en positivo. El nuevo rostro del BNG dista mucho de los semblantes serios y adustos de históricos del partido del núcleo duro de la UPG, partido hegemónico en el Bloque (y donde ella también milita). Esos veteranos han pasado a un segundo plano no solo en esta campaña, sino en los últimos meses. Eso no quiere decir que no comparta con ellos ideología, sino que representa a una nueva generación con un mensaje renovado y adaptado al siglo XXI. 

pragmatismo

Las prioridades de la gente sobre la ideología. El BNG es soberanista, pero a la vez es un partido de izquierdas. Tras la asamblea de refundación del 2017, en la que se otorgaron mayores poderes a la portavoz nacional, las prioridades se inclinaron del lado de cuestiones sociales que afectan a buena parte de la sociedad gallega; no es casualidad que ayer, en la valoración del 12J, Ana Pontón se dirigiese, en primer lugar, a los afectados por el coronavirus. Es una manera de abrir el espectro a nuevos votantes. 

las alianzas

Los acuerdos con ERC y Bildu, desapercibidos. El BNG no renuncia a sus principios. Lo dejó bien claro Pontón cuando los suscriptores de La Voz le preguntaron en campaña por las aspiraciones independentistas de la formación. Tampoco oculta su ideología en el Congreso, donde suele aliarse con las fuerzas separatistas vascas y catalanas. Pero esas alianzas con Bildu y ERC, partidos con los que el Bloque concurrió a las elecciones europeas, pasaron premeditadamente desapercibidas en la campaña del 12J, porque la intención del Bloque -y los resultados demuestran que logró ese objetivo- era seducir al nacionalista moderado, a galleguistas no separatistas. 

objetivo

Transversalidad. Frente a quienes los acusan de repartir carnés de buenos y malos gallegos, en el nuevo mensaje del BNG está, por encima de todo, «o amor a Galicia», es decir, a todos los gallegos, sin distinción. Una táctica más para llegar a más gente, incluidos no nacionalistas.

renovación

Reconquistar a la juventud. Con la aparición de las mareas, al BNG se le colocaron las etiquetas de partido anticuado y ruralista. La imagen moderna de su líder y una comunicación adaptada a los nuevos tiempos rompieron ese cliché. Por eso Pontón agradeció ayer especialmente a los jóvenes su apoyo. Muchos hicieron el camino de vuelta desde las mareas. Tampoco se olvidó de las mujeres: de hecho, habrá que evaluar la repercusión de su mensaje de género.

El valor de un único diputado en Madrid: la portavoz le lee la cartilla a Sánchez

El pasado mes de enero, el BNG y el PSOE firmaron un acuerdo por el que los nacionalistas gallegos se comprometían a apoyar la investidura de Pedro Sánchez a cambio de una serie de mejoras para Galicia que incluían la transferencia de la AP-9 y la bonificación de su peajes, la creación de juzgados de violencia de género, la modernización de la red ferroviaria, el saneamiento de las rías gallegas o la rebaja de la factura energética para las electrointensivas. El Bloque no quiere que se extienda la idea de que ese documento es papel mojado y de que se le dio la presidencia del Gobierno a Sánchez a cambio de nada. Por eso, ayer mismo, en la resaca de la noche electoral, Ana Pontón le recordó al jefe del Ejecutivo sus compromisos: «Temos un acordo de investidura que Sánchez ten que cumprir, porque non é un acordo co BNG, é un acordo con Galicia».

El BNG repite que su único representante en el Congreso, el diputado Néstor Rego, es más útil para Galicia que todos los del PPdeG y los del PSdeG. Con esa estrategia se quiere demostrar que se puede llegar a acuerdos con fuerzas de ámbito estatal sin renunciar a la identidad propia, una de las polémicas que provocaron la ruptura de la formación en la asamblea de Amio del 2012, cundo Beiras defendió las alianzas con fuerzas estatales. De hecho, el BNG estaba dispuesto a gobernar la Xunta con el PSdeG y con Galicia en Común si hubiesen dado los números, pero nunca confundiendo las siglas de cada partido.