La crisis de Alcoa y la gestión del rebrote ponen a prueba las estrategias electorales en una comarca con comportamiento electoral diferente en autonómicas y locales
06 jul 2020 . Actualizado a las 23:59 h.A Mariña es, a su pesar, el foco inesperado de atención y análisis social y político por confluir con toda intensidad y en una sola comarca la esencia de estos tiempos: las negras sombras económicas y los temores sanitarios, representados los primeros por la situación de Alcoa, en San Cibrao, y los segundos por el rebrote que mantiene confinadas a unas 70.000 personas al menos hasta la jornada de reflexión.
En febrero, cuando se convocaron las autonómicas del 5 de abril, el norte de Lugo convivía con la normalidad y la amenaza casi crónica de la industria del aluminio que mueve a toda la comarca. El conflicto por el paritorio de Verín o el comportamiento electoral de los vigueses tras el apoyo masivo a un alcalde enfrentado con la Xunta generaban más materia de análisis que el drama de Alcoa, solo esbozado.
Esa normalidad fue barrida el 28 de mayo por el anuncio de Alcoa del despido colectivo de más de medio millar de trabajadores. El golpe laboral llegó diez días después de que el presidente de la Xunta anunciase la convocatoria electoral para el 12 de julio, haciendo coincidir las negociaciones y las más que previsibles protestas ciudadanas con la campaña, como así ha ocurrido. El futuro de esta industria electrointensiva comenzó a partir de ahí a marcar la precampaña.
Antes del rebrote de la última semana, A Mariña no fue agraciada con el reparto de visitas del presidente del Gobierno y sus ministros socialistas o de Podemos. El candidato Feijoo no se ha visto obligado a alterar su agenda porque tampoco tenía previstos actos electorales en la comarca. El resto de partidos gallegos sí han suspendido oficialmente su actividad política en la zona.
Como en tantas otras áreas y ciudades de Galicia, A Mariña vota distinto en las municipales, en las generales y en las autonómicas, aunque no es ajena a las tendencias. De hecho, las encuestas ya auguraban un baile de escaños en la noche electoral por un puñado de votos cuya caza se intensificará esta semana, aunque sea a distancia.
Pero antes de los sondeos hubo votaciones, y teniendo en cuenta las últimas referencias en las urnas, los vecinos de los concellos del norte de Lugo han respaldado masivamente a Feijoo en las citas autonómicas. En las más cercanas, las del 2016, lo hicieron con rangos de apoyo que van desde el 45 % de los votos alcanzados en Viveiro hasta el 55 % de Xove. Viveiro, gobernada por el PSOE, es un ejemplo más de ese voto que los gallegos adaptan según los comicios.
Las citas locales también dan pistas. En Cervo, la casa de Alcoa, el PP arrasó con 7 de 11 ediles en las municipales del 2019. Pero es un resultado trampa que no se extendió a toda A Mariña, porque en términos comarcales los populares alcanzaron en mayo del año pasado sus peores resultados desde 1987, pese a ser el partido más votado. Los socialistas consiguieron nueve alcaldías, por cuatro populares y dos del BNG.