Vox se multiplica por dos y se convierte en la tercera fuerza política de España

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2020

Atlas

El partido derechista de Santiago Abascal avanza hasta los 3,6 millones de votos, pero no obtiene presencia en Galicia

11 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La repetición de las elecciones generales ha demostrado ser un negocio muy rentable para Vox. En la sede del partido derechista, situada en el barrio madrileño de Chamartín, se desató anoche la euforia cuando el escrutinio confirmó que era la fuerza política con mayor avance en el 10N. Gana cinco puntos en porcentaje de voto, al pasar del 10 al 15 %, multiplica por dos su número de escaños, hasta un total de 52, y obtiene 3,6 millones de votantes, un millón más de los que había logrado en la convocatoria de abril. Eso es lo que ha movido al líder de Vox, Santiago Abascal, a difundir un tuit a las 21.21 horas para convocar a todos sus simpatizantes antes la sede del partido para celebrarlo.

Vox escala posiciones y se convierte en la tercera fuerza política de España, solo superado por los dos partidos tradicionales, el PP y el PSOE. Es más, consiguió anoche más diputados que los 45 que suman en conjunto Unidas Podemos y Ciudadanos, las otras dos formaciones políticas de nuevo cuño.

El partido derechistas logra una implantación territorial muy vertebrada, que atañe tanto a las provincias con las ciudades más pobladas, como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza o Málaga, pero también en otras circunscripciones menos pobladas como Zamora, Ávila o Cáceres. En Galicia, no obstante, vuelve a quedarse sin representación, pese a que obtienen 20.000 votantes más. Tampoco logran diputados en otras tres comunidades: País Vasco, Navarra y La Rioja.

Santiago Abascal salió eufórico anoche a agradecer el apoyo a los 3,5 millones de votantes y trazó la hoja de ruta de lo que será la actuación de su partido de cara al futuro. Se comprometió a actuar como la «alternativa patriótica», así la definió, que abrirá debates incómodos en la política española para marcar posición en todos ellos, pero que también demanda «que España sea respetada en el mundo, y no pisoteada», especialmente a los socios europeos «que se niegan a entregar a los golpistas», dijo en alusión al bloqueo de las euroórdenes de detención y entrega.

También advirtió Abascal que la progresión de su partido no se detiene en la noche del 10N. Van a ir a más, y utilizarán -relató- los más de 50 escaños obtenidos en el Congreso para «recurrir todas las leyes liberticidas y anticonstitucionales».

Los simpatizantes que escucharon la intervención de Abascal corearon consignas como el «a por ellos», cuando aludió al proceso independentista de Cataluña, y se escucharon tanto vivas a España como los acordes del himno nacional. «No nos regodeemos en la euforia, solo esta noche», prevenía Abascal, que convocó a sus seguidores a construir desde hoy «un futuro mejor para nuestros compatriotas».