«No podemos dividir a los españoles entre rojos y azules», aseguró en su comparecencia de ayer en la que anunció su salida. Sin embargo ha quedado constatado que los ciudadanos españoles le han hecho pagar el pato del bloqueo político. Con el cordón sanitario que levantó sobre el PSOE tras el 28A, Rivera, que presumió hasta los últimos días de liderar una fuerza de centro capaz de tender puentes a izquierda y derecha, en la práctica se estaba alineando con los azules. Todas las encuestas reflejaban que tanto sus votantes como la gran mayoría de españoles contemplaba un acuerdo de coalición entre el PSOE y Cs como la opción menos mala para el país. Rivera, movido por su ambición de destronar a Casado como líder en el centroderecha, lo descartó por completo. Hasta se negó en tres ocasiones a reunirse con el presidente del Gobierno para explorar un acuerdo. Además de laminar buena parte de su autoproclamada imagen de hombre de Estado, su tozudez generó la primera gran crisis dentro del partido que se saldó con la salida de los críticos. No había otra solución posible en una formación con un hiperliderazgo tan destacado. El error fue mayúsculo. En solo seis meses pasó de estar a 9 escaños del PP a los 78 actuales, unos pésimos resultados en los que también han influido una campaña a la desesperada, con su perrito y su trozo de adoquín en el debate.
Tampoco hace falta remontarse mucho en el tiempo para encontrar su otro gran error estratégico. En mayo del 2018 Rivera rozó la Moncloa con la yema de los dedos, pero solo en las encuestas. El momento político en el que se fraguó la moción de censura de Sánchez le otorgaba a Cs un grandísimo incremento en la intención de voto. De hecho, fue Rivera el que acabó con Rajoy al meter el miedo en el cuerpo a un decisivo PNV al asegurar que forzaría una moción instrumental para llamar a urnas. Pero acabando con Rajoy dio alas a Sánchez, que por entonces no tenía ni escaño en el Congreso. Otra vez las prisas. Lo cierto es que tampoco se dilató mucho en renunciar a sus cargos tras el 10N.