Cs dilapida todo el respaldo que en abril le reportaron dos diputados por Galicia

E. Abuín REDACCIÓN

ELECCIONES 2020

Militantes de Ciudadanos se consuelan tras el mal resultado.
Militantes de Ciudadanos se consuelan tras el mal resultado. SANDRA ALONSO

Los naranjas perdieron el apoyo de dos de cada tres gallegos que los votaron el 28A

11 nov 2019 . Actualizado a las 00:53 h.

El voto «de cambio» que pedía ayer Beatriz Pino, cabeza de lista de Ciudadanos por Pontevedra, a la salida de su colegio electoral en Vigo ha sido de cambio... a peor para ellos. El respaldo que la formación naranja obtuvo en abril pasado en la comunidad, ese que le permitió sentar en el Congreso a dos diputadas por Galicia, se esfumó en los poco más de seis meses que han transcurrido desde entonces.

Así, la euforia que reinaba la noche del 28A en el hotel Tryp de Santiago al mandar a Marta Rivera de la Cruz —que después dejaría el acta a María Vilas para entrar en el Gobierno madrileño— y a Beatriz Pino al hemiciclo de la carrera de San Jerónimo contrastaba con las caras largas que ayer tenían candidatos y simpatizantes al ver que los votantes gallegos han entregado el billete de vuelta a Galicia de sus dos representantes en Madrid.

Por eso ayer no había demasiado que celebrar. La repetición electoral ha sido un auténtico descalabro para Ciudadanos. Solo ha vuelto a confiar en el color naranja del partido uno de cada tres de sus votantes en primavera. La formación recibió menos apoyos que el BNG, al que en los pasados comicios duplicó en votos. En esta ocasión ha sido al revés y los nacionalistas prácticamente doblaron el número de papeletas que cosechó Ciudadanos en Galicia (118.997 frente a 63.209 con el 99,5 % escrutado). Y no solo eso. Incluso Vox los superó en apoyos, relegando al partido de Albert Rivera a sexta fuerza política gallega.

Difícil de digerir

La formación naranja retrocedió en Galicia siete puntos porcentuales, los mismos que a nivel estatal. Una debacle que costaba digerir a la dirección gallega. En la sede electoral, su secretario de organización, Laureano Bermejo, se negaba a aceptar unos resultados iniciales que venían a confirmar lo que auguraban las encuestas: que Ciudadanos no obtendría representación en Galicia. «Estamos conociendo resultados muy iniciales y es pronto para hacer valoraciones. Nunca hemos hecho caso de las encuestas y no es ahora el momento de hacerlo», decía apenas una hora después del cierre de los colegios electorales.

Pero cuando pasadas las once de la noche Albert Rivera intervino admitiendo «un mal resultado, sin paliativos y sin excusas», en Santiago no quedó más que constatar eso mismo, que es «un mal resultado sin paliativos y sin excusas», repitió Bermejo.

El secretario de organización en Galicia agradeció el apoyo de esos 63.000 votantes «que han confiado en el proyecto de Ciudadanos» y a los que, «desde luego, no vamos a dejar tirados», peleando por ellos «como hemos venido haciendo hasta ahora».

Asumen los malos resultados, que hoy valorará esa ejecutiva nacional que Rivera ha convocado de urgencia, pero subrayan que Ciudadanos es un partido «muy joven, tiene mucha proyección de futuro y vamos a seguir trabajando duro para que los 63.000 gallegos tengan la representación que se merecen». Pero no la tienen.