Sánchez necesita un giro rápido de guion

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ELECCIONES 2020

GUSTAVO RIVAS

El debate de hoy es su oportunidad para que la campaña no pivote solo sobre Cataluña y la economía, terrenos que no le convienen

04 nov 2019 . Actualizado a las 09:28 h.

A una semana de las elecciones, Pedro Sánchez parece haberse quedado sin campaña. Quedan cinco días para que se cierre y no tiene un Macguffin, que es como Alfred Hitchcock designaba a un elemento del guion que hace que los personajes avancen en la trama, independientemente de la relevancia que ese hecho tenga en la propia historia. Todo el debate está girando en terrenos que no benefician al presidente del Gobierno en funciones. Los dos temas que imponen el marco, y que son en realidad las únicas cuestiones que afectan seriamente a España, porque todo lo demás es puro humo, son Cataluña y la situación económica. El primero, Cataluña, es un escenario en el que los que juegan cómodos son la derecha y el propio independentismo catalán. Pero, además, es una cuestión que no preocupa especialmente al votante socialista medio, por lo cual no moviliza el voto al PSOE, diga lo que diga Sánchez sobre este asunto.

Algo similar sucede con la situación económica, marco en el que no le conviene jugar a Sánchez. Pasarse cinco días admitiendo que España está en clara desaceleración económica, pero defendiendo que esta no llega al grado de augurar una nueva crisis, como dice la alarmista oposición, no es precisamente un argumento estimulante para movilizar al electorado. El debate, sin embargo, no sale de esos dos ejes. Y por ello Sánchez necesita urgentemente que algo pase. Que algo sacuda la campaña, y rápido, para aferrarse a ese giro de guion. No puede centrar todo su discurso en hablar de Franco y de Primo de Rivera, porque eso, como indica la encuesta de Sondaxe, impulsa a Vox, algo que conviene al PSOE, pero no aporta nuevos votos a los socialistas. Y tampoco puede pasarse los cinco días que quedan pidiendo el voto «para desbloquear».

El desbloqueo no es un proyecto político ni puede ser un argumento de campaña en sí mismo. Pedir que te voten para desbloquear refuerza la imagen de que se carece de un plan para el país. El debate de hoy es una oportunidad, quizá la última, para que se produzca ese punto de inflexión en la campaña que favorezca a Sánchez. El líder del PSOE, que pretendía ganar estas elecciones al tran-tran y sin levantar la voz, tendrá que salir al ataque. Algo poco habitual en un presidente en funciones. Buscar un KO porque, aunque siga primero, su tendencia es a la baja y la del PP, segundo, es al alza. Para que el debate sea decisivo debe suceder algo.

Un elemento de máxima tensión que marque el resto de la campaña, porque si se resuelve sin muertos ni heridos graves y el statu quo se mantiene, lo único que podría alterar ya una campaña que discurre más plana de lo previsto es que el independentismo catalán convirtiera la jornada de reflexión en un boicot a las elecciones, incendiando la calle hasta el punto de hacer inevitable que volvamos a ver imágenes de la policía cargando contra los radicales. Algo que ya prepara el conglomerado secesionista más radical y que favorecería el voto a Junts per Catalunya y a la CUP. No está claro cómo afectaría a Sánchez, pero, para el PSOE, es un enorme riesgo a pocas horas del 10N. Sánchez necesita un giro de guion. Y rápido.

Vox es clave y su crecimiento tapona las opciones del PP

Contra pronóstico, Vox es otra vez la clave. La teoría era que había perdido fuelle y, sobre todo, que ya no podría ser utilizada por la izquierda como argumento del miedo porque ya se había visto que el león no era tan fiero como lo pintaban. Ahora, los sondeos le adjudican más de 40 escaños, lo que pondría muy difícil que el PP superara la barrera psicológica de los cien escaños. En el sondeo preelectoral del 28A, el CIS adjudicaba a Vox hasta 37 escaños y finalmente logró 24. Ahora, con un error similar, de 13 escaños, el PP podría aspirar incluso a ganar las elecciones. Ni uno de los votos adjudicados erróneamente a Vox iría a la izquierda. Y sería decisivo para el resultado que acabaran en el PP o en Cs.

El eterno debate del AVE y los problemas reales de Galicia

El día en que el AVE llegue definitivamente a Galicia será una fecha histórica, no solo porque se habrá acabado con una discriminación respecto a otras comunidades cuya huella de injusticia será difícil de olvidar por los gallegos hasta muchos años después de que eso ocurra, sino porque a partir de ese momento los partidos de Galicia tendrán que innovar en las campañas electorales. El AVE, con toda su carga de desfeita, lleva muchos años sirviendo de cortina de humo para que los verdaderos problemas de Galicia queden fuera de la contienda electoral. Más de dos décadas centrados en el AVE permiten que Galicia siga maltratada en otras cuestiones, acaso más relevantes, de las que nadie habla.

Errejón y Rivera, a un paso de ingresar en la casa común

Se repitió hasta la saciedad que después de estas elecciones uno de los tres, Sánchez, Casado o Iglesias, tendría que dejar el liderazgo de su partido. La realidad, sin embargo, no confirma ese augurio y podría darse el caso de que los tres acabaran no solo sobreviviendo, sino reforzándose. Quienes salvo sorpresa parecen destinados a la irrelevancia son Íñigo Errejón y Albert Rivera. El destino del primero es acabar en eso que se llamó la casa común de la izquierda, es decir, en el PSOE, a cuyas puertas llama ya con insistencia Errejón. Y en el caso de Rivera, no es él, sino todo su partido, que difícilmente sobreviviría sin su figura, el que puede acabar en la casa común de la derecha. Es decir, en el PP.