Ortuzar acusa a Sánchez de querer una investidura low cost «sin negociar nada», salvo «la abstención patriótica» del PP

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ELECCIONES 2020

Andoni Ortuzar, presidente del PNV
Andoni Ortuzar, presidente del PNV H.Bilbao | Europa Press

El presidente del EBB del PNV dice que el partido tendrá dos premisas para apoyar a un eventual Gobierno: Euskadi, su autogobierno y su futuro estatuto, y un «fortalecimiento democrático»

31 oct 2019 . Actualizado a las 12:38 h.

El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, cree que el Sánchez quiere una investidura low cost, «sin negociar nada», salvo «la abstención patriótica» de PP. Tras insistir en que la investidura y la gobernabilidad deberían ir «en un mismo paquete» por coherencia, ha afirmado que su partido tendrá dos premisas a la hora de apoyar a un eventual Gobierno: Euskadi, su autogobierno y su futuro Estatuto, y un «fortalecimiento democrático» ante la «crisis institucional tremenda» en el Estado.

En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Ortuzar ha afirmado que, para que el PNV pueda apostar por un Gobierno progresista, hace falta que «estén por esa labor», y ha apuntado que «esa es la duda que queda» tras las elecciones del pasado 28 de abril, porque el PSOE y Podemos fueron incapaces de llegar a un acuerdo.

A su juicio, socialistas y la formación morada «anteponen sus estrategias y sus tácticas de partido sobre un bien superior, que sería un enfoque de gobernabilidad al Estado» y que supuso la base de los partidos que impulsaron la moción de censura.

Por ello, ha apostado porque en esta nueva campaña electoral, todos los partidos expliquen «con nitidez» qué defiende cada partido. En este sentido, ha dicho que se observa al PSOE «que lanza mensajes para el caladero de izquierda, pero, al mismo tiempo, hace gestos, hace anuncios, se deja querer o echa anzuelos para que pique el PP», con el fin de lograr «su abstención patriótica».

El líder jeltzale cree que la pretensión de Pedro Sánchez es «llegar a La Moncloa sin tener que negociar con nadie más». Por ello, ha reclamado que las formaciones aclaren, en esta corta campaña electoral, «para qué sirve» que les voten.

El voto al PNV

En su opinión, en el caso de su partido es «fácil», ya que «es un voto que está al servicio de Euskadi, para defender los intereses de Euskadi en el Estado español, en Madrid y también para que no haya regresiones, ni democráticas ni en el Estado de las autonomías».

Su pretensión, según ha dicho, es «lo contrario, que haya una cada vez más necesaria modificación del modelo territorial del Estado». En este sentido, ha subrayado que ayer se asistió, por parte del PSOE, «un episodio un poco 'txirene', porque, de repente, se le había olvidado hablar de la plurinacionalidad».

Además, ha asegurado que se preocupó todavía más cuando escuchó a Sánchez la explicación sobre que se les «olvidó en el primer borrador», cuando se supone que era una cuestión importante «para él». «Es como si al PNV se le olvidara la agenda vasca en el primer borrador de su programa electoral», ha añadido.

A su entender, el hecho de que no se incluyera la plurinacionalidad en el programa socialista, «es relevante», porque hace seis meses fue una de sus «señas de identidad». «Seguramente, además de creer en ello, intentaba facilitar que algunos partidos nacionalistas, soberanistas, vascos, catalanes, gallegos y valencianos pudieran tener más fácil, pudieran tener ahí un banderín de enganche para apoyarle», ha indicado.

Por ello, considera que ahora hubiera «una evidente intención de quitar un obstáculo cierto para poder pactar con un Ciudadanos o con un PP». Tras señalar que habrá que ver «cómo dan los números», ha apuntado que a ellos les gustaría «que la investidura y la gobernabilidad fueran en un mismo paquete porque la tentación que puede tener Pedro Sánchez» puede ser «ir a una investidura low cost, sin negociar nada, nada más que una abstención del PP, en base de 'hoy por ti, mañana por mí', reforzándose mutuamente en el bipartidismo».

«Y, luego, la gobernabilidad Dios dirá todos los miércoles en el Congreso cómo sale, negociando con unos y con otros, pero el riesgo de caer en incoherencias va a ser evidente. Quien te ha llevado a la Moncloa igual luego es tu máxima oposición, y no has negociado la investidura con quienes después quieres que te saque adelante todas las leyes», ha indicado.

Sin sacralizar las fórmulas de Gobierno

A su juicio, «en política hay que tener unos límites», aunque ha apuntado que los números serán «claves para ver qué márgenes» hay. Tras señalar que los jeltzales «no sacralizan ninguna fórmula, ni de Gobierno de coalición ni de Gobierno en solitario», ha reiterado que su partido no pretende «entrar en ningún Ejecutivo español».

Por ello, ha apuntado que lo que prevalecerá para lograr su apoyo serán dos «premisas fundamentales». Una será lo que ha denominado la 'premisa vasca', «qué se quiere hacer con Euskadi, qué se piensa sobre su desarrollo, su autogobierno, el cumplimiento del Estatuto o sobre el futuro de su Estatuto».

La segunda radicará en la pretensión que se tenga sobre «la regeneración y fortalecimiento democrático». «Estos últimos años el Estado español está perdiendo calidad democrática y hay una crisis institucional tremenda que afecta a casi todas las instituciones, y hay que fortalecer, redimensionar y redirigir el rumbo de las instituciones. En esos dos parámetros nos vamos a fijar. ¿Quiénes van a ser nuestros compañeros de viaje?, los que nos acompañen ahí», ha explicado.

El cambio de Casado

Preguntado por si se cree al nuevo Pablo Casado, después de que se haya ofrecido una imagen de él más moderada, ha subrayado que no, «salvo que el otro Pablo se haya caído de algún caballo, se haya pegado un golpe en la cabeza y eso le haya abierto la mente».

«Es difícil que una persona que hace seis meses echaba sapos y culebras por la boca y que todas las mañanas se levantaba con el látigo para zumbar a diestra y siniestra, ahora, de repente, salvo que la barba también tenga efectos taumatúrgicos, sea San Pablo de Tarso», ha explicado.

Por ello, tiene la impresión de que se trata de «una adaptación» que ha decidido su equipo de campaña, al que «seguramente ha cambiado». «Y los que le decían en abril 'dar leña', ahora le dicen 'vamos a dar cremita' porque va a dar más votos. Es poco creíble», ha indicado, para precisar que «desconoce cuál es el verdadero Pablo Casado».