El PPdeG trata de tapar su fiasco con la idea de que gobierne el más votado

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

ELECCIONES 2020

XOAN A. SOLER

Propone un acuerdo con los socialistas para cerrar el paso a partidos extremistas

28 may 2019 . Actualizado a las 21:30 h.

«Los vecinos deberían poder acostarse la noche electoral sabiendo quién va a ser su alcalde, como en Portugal». Esta frase la repite Feijoo desde hace años, sin atender al momento político, y ha sido desde siempre su manera de defender que gobierne la lista más votada, una medida que cuando venían bien dadas le hubiera permitido teñir de azul casi todo el mapa municipal gallego.

El fiasco del domingo, solo atenuado porque el partido mejoró el porcentaje de voto global de un mes antes -un 34 % frente al 27 % del 28A-, ha llevado al PPdeG a recuperar la idea recurrente de que gobierne el alcalde que lidere la lista con más respaldo, independientemente de los apoyos con los que cuente. La idea la rescata sin complejos el secretario general del partido, que propone que socialistas y populares alcancen un pacto que permita articular una reforma que ahora desea el PPdeG y que estudió el PSOE en la época de Zapatero hasta que la descartó. En una entrevista en la Televisión de Galicia, Miguel Tellado puso ejemplos concretos de un reparto urbano que poco tendría que ver con la realidad: tres alcaldías serían para el PSOE (Vigo, Santiago y Ourense), otras tres para el PP (A Coruña, Ferrol y Lugo) y una para el BNG (Pontevedra). «Acaso non é o máis democrático?», se preguntó el dirigente popular, que momentos antes presumió de haber sido la lista más votada en el 56 % de los concellos, que suponen 179 municipios con 131 absolutas.

35 concellos perdidos

En ese margen de 48 alcaldías sin mayorías hay bastantes posibilidades de que el PPdeG no pueda levantar el bastón de mando en 35 por los pactos de la izquierda, mayoritariamente de socialistas y nacionalistas. Unas pocas alcaldías se podrán mantener por el apoyo que se espera que llegue de Ciudadanos o de algún grupo independiente o de antiguos escindidos. Ese mapa idílico del PP no se va a pintar en ningún caso el próximo 15 de junio, cuando se constituyan las corporaciones locales, pero para el partido resulta un debate necesario para poner en valor unos pobres resultados que están muy lejos de satisfacer los objetivos fijados después del batacazo del 2015, cuando la dirección puso la proa a las tres ciudades coruñesas con un intenso trabajo de desgaste de las mareas del que finalmente se ha aprovechado el PSOE.

El secretario general, sabedor de que cuando se habla de la propuesta siempre se señalan alianzas de perdedores en las que el PP sale beneficiado -Andalucía y Madrid, entre otros casos-, ha adaptado el argumento a la coyuntura, sosteniendo que la medida será una garantía para que los partidos extremistas, ya sean de izquierdas o de derechas, tengan menos influencia política.

Tellado: «Temos lexitimidade para xogar coas mesmas regras que o PSOE»

La reivindicación del PPdeG de que gobierne la lista más votada no es caprichosa. Por un lado, alivia el impacto de haber perdido en todas las plazas urbanas e incluso estar al límite de dejarse la Diputación de Ourense por el camino. Le conviene agitar ahora ese debate porque más pronto que tarde algún dirigente socialista, si no es el propio Pedro Sánchez, acabará reclamando un tratamiento similar para tratar de entrar en gobiernos autonómicos que el domingo por la noche se pintaron de rojo pero que acabarán siendo azules por los previsibles pactos con Ciudadanos. «Temos lexitimidade para xogar coas mesmas regras que o PSOE», defendió Tellado, consciente de que un hipotético acuerdo en esa línea con los socialistas dejaría fuera de juego a los partidos de los extremos (Vox y Podemos), pero también reduciría al mínimo la visibilidad de los de Albert Rivera, rivales en el centro.

«Reflexión aprazada»

La dirección de los populares gallegos prefiere no juzgar si Génova propició un giro al centro para las municipales o si se mantuvo en la línea de los últimos meses, como parece que discutieron Pablo Casado y algunos líderes regionales en el comité del lunes en Madrid. Se trata de una «reflexión aprazada» por las urgencias electorales, pero no esconde la posición que mantendrá en el PPdeG: «Cometemos o erro de mirar a esquerda e dereita para buscar referentes en Ciudadanos ou Vox, e témolos dentro. Temos que apostar por ser moderados, centrados e reformistas, ser máis PP e que todo o mundo se sinta cómodo ao votarnos», resumió.