El PSOE puede gobernar 6 de 7 ciudades y las mareas pierden A Coruña, Santiago y Ferrol

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2020

Imagenes tomadas por Santi M. Amil, Capotillo, Óscar Vázquez, César Quián, Xoán A. Soler,  Alberto López y César Toimil
Imagenes tomadas por Santi M. Amil, Capotillo, Óscar Vázquez, César Quián, Xoán A. Soler, Alberto López y César Toimil

El PP se queda sin poder urbano, al caer en Ourense y situarse a las puertas en Ferrol y Lugo. Los populares caen al nivel de hace 12 años en las antesalas de las autonómicas

27 may 2019 . Actualizado a las 19:48 h.

Con una movilización electoral sensiblemente inferior a la alta participación de las anteriores elecciones generales, pero ligeramente mayor que la de otros comicios similares, las municipales, autonómicas y europeas de la jornada de ayer se afrontaron por parte de algunos partidos como una segunda vuelta, en la que el poder territorial finalmente conseguido iba a matizar o reforzar los resultados de las generales. En Galicia, las municipales se plantearon como un examen a ese plus de resistencia que el PPdeG dice tener con respecto a la marca popular estatal, con una apuesta muy fuerte del presidente Feijoo, que terminó situando a cinco exconselleiros en cinco ciudades gallegas. Finalmente, los populares apenas pudieron contrarrestar la ola de simpatía hacia las candidaturas socialistas en la Galicia urbana, que ya se había mostrado con fuerza en las generales, donde el PSOE ganó por primera vez al PP en esta comunidad; ahora está en condiciones de gobernar seis de siete ciudades: Vigo, A Coruña, Santiago, Lugo, Ourense y Ferrol.

En cambio, en los municipios de tamaño medio y rurales, la fortaleza de los populares gallegos sigue siendo indiscutible. Y en las diputaciones está por ver si el PP mantiene la de Ourense, mientras que el PSOE podría seguir gobernando en las de las provincias atlánticas de A Coruña y Pontevedra, y quizás también en Lugo. El PP gana en 179 municipios, el PSOE en 92 y el BNG en 24. Los 18 restantes estarán gobernados por candidaturas independientes o locales. Pero los de Feijoo se quedan sin poder urbano, al perder Ourense en beneficio del PSOE y quedarse a las puertas de gobernar en Lugo y Ferrol, que pasarían a manos socialistas tras eventuales pactos. En votos totales, se produce un empate técnico entre los populares, que son la fuerza más votada con el 33,3 %, y los socialistas, que pasan del 26,2 % del 2015 al 32,9 % actual.

Los resultados, por tanto, arrojan un balance negativo para el PP en esa lucha por la hegemonía política en Galicia que desembocará en las autonómicas del año que viene y reflejan la tendencia a la atomización del voto que ya es común en todo el país, con la consiguiente escasez de gobiernos con mayoría absoluta. Como estaba previsto, esto solo sucederá en Vigo, ciudad donde el socialista Abel Caballero aumenta su respaldo electoral pasando de 17 a 20 concejales, mientras que el PP vigués se queda con un representación residual de 4 ediles, perdiendo 3 con respecto a hace cuatro años. El BNG retorna al consistorio con un concejal tras quedarse sin representación en el 2015 en una ciudad que llegó a gobernar. Caballero rompe todos los techos al lograr el 67 % de los votos, 16 puntos más que en el 2015.

En A Coruña, la candidatura de Marea Atlántica del actual alcalde Xulio Ferreiro sufre un descalabro electoral (pasa de 10 a 6 ediles) del que se beneficia la candidatura socialista de Inés Rey, que empata a 9 concejales con la candidatura del PP encabezada por la exconselleira Beatriz Mato, con la que mantuvo una estrecha lucha por ser la fuerza más votada -el PP sacó una ventaja de varios centenares de votos al PSOE- que de poco servirá a los populares. Ciudadanos entra por primera vez en María Pita con un representante, y el BNG pasa de uno a dos.

Esta ola electoral favorable a los socialistas y la caída al abismo de las mareas locales, que pierden el poder en las tres ciudades que gobernaban, se palpa también en Santiago, donde la recuperación del liderazgo del exalcalde Xosé Sánchez Bugallo coloca al PSOE como la fuerza política que está en condiciones de gobernar la capital de Galicia con 10 concejales, seis más que en el 2015. La candidatura de Martiño Noriega pierde la mitad de sus representantes en Raxoi (de 10 a 5) y el PP, con el liderazgo del también exconselleiro Agustín Hernández, pierde uno. 

En Ourense se produce la situación más compleja de todas las ciudades gallegas. El actual alcalde, el popular Jesús Vázquez, acusa la energética entrada de Ciudadanos en el consistorio con 3 concejales -la representación más importante del partido de Albert Rivera en una ciudad gallega-, justo los que pierde el PP respecto a los 10 que obtuvo en el 2015. Y el PSOE se sitúa como primera fuerza con 8. Pero todo dependerá de Democracia Ourensana, el partido local, que se consolida con 7 ediles.

En Lugo y en Ferrol, el impulso de los candidatos del PP fue insuficiente para poder gobernar. El exalcalde José Manuel Rey Varela se quedó con 12 concejales, a uno de la mayoría absoluta, el concejal que perdió Ciudadanos en esta corporación. La derrota es cruel, pues el candidato popular logra el segundo mejor resultado en la Galicia urbana, pero no le servirá para gobernar. Es muy probable que lo haga el PSOE (8 ediles) pactando con Ferrol en Común (3) y BNG (2).

En la capital lucense, la socialista Lara Méndez podrá mantener la alcaldía pese a la victoria del PP (10 concejales) pactando con un BNG muy fuerte en esa ciudad, que logra 5 asientos en la corporación. El PP no llega a la mayoría absoluta (13 concejales) sumando los dos de Ciudadanos.

Los nacionalistas se mantienen con cierta comodidad en los feudos tradicionales que vienen gobernando en los últimos años, especialmente en Pontevedra, donde Miguel Anxo Fernández Lores mantiene la alcaldía desde hace veinte años. Pierde un concejal de los 12 que obtuvo en el 2015, pero podrá seguir dirigiendo el ayuntamiento. El BNG ha logrado ganar en 24 concellos gallegos.