El PSOE gallego apunta al BNG como socio preferente para las alianzas de gobierno

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2020

XOAN A. SOLER

Gonzalo Caballero reunirá a su ejecutiva para establecer un marco para los posibles acuerdos

28 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Compás de espera para analizar los resultados y no anticipar decisiones de cara a la investidura de los alcaldes, que tendrá lugar dentro de tres semanas. Los partidos gallegos reservaron la jornada poselectoral del lunes para digerir el veredicto de las urnas y empezar a explorar fórmulas de gobierno en los más de cien municipios gallegos en los que no existen mayorías absolutas. Seis de las siete ciudades -todas excepto Vigo- se encuentra también en esta situación. Y el PSdeG, con opciones de hacerse con el bastón de mando en todas excepto Pontevedra, expresa su vocación o bien de gobernar en solitario siempre que sea posible o bien en apuntar hacia el BNG como el socio preferente de gobierno.

El PSOE y el BNG mantienen una tradición de acuerdos para la gobernabilidad de los concellos que se remonta al año 1995, cuando el entonces secretario general de los socialistas, Francisco Vázquez, se mostraba remiso a cogerle el teléfono a Xosé Manuel Beiras, pese a autorizar las mayorías de progreso allá donde fuera posible. Aquel primer acuerdo marco le reportó al PSdeG 22 alcaldías a mayores y nueve más al Bloque. Ambas fuerzas salieron ganando, así que no dudaron en reeditar los pactos con algunas variaciones en 1999, el 2003, el 2007, el 2011 y de manera más parcial también en el 2015, cuando ya irrumpieron en escena las mareas, con las que el PSdeG no fue capaz de compartir experiencias de gobierno más allá del año que duró el bipartito con Ferrol en Común.

La experiencia histórica marca, de alguna forma, la actitud de los socialistas ante los pactos. En Lugo, el bipartito PSOE-BNG parece haber sido dictado en las urnas tanto para la ciudad como para conformar el gobierno de la Diputación. «O ideal sería un marco de negociación co BNG», anticipó ayer el secretario general de los socialistas en la provincia lucense, Álvaro Santos.

Decidir caso a caso

El líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, se mostró ayer cauto sobre la posibilidad de establecer este acuerdo marco. No anticipará decisiones hasta reunir entre hoy y mañana a la ejecutiva gallega, aunque el resultado obtenido por el partido en cada municipio obligarán al partido a perfilar un marco de negociación flexible para decidir caso a caso, otorgándole a cada candidato libertad para elegir su camino. Solo hay un límite: el PSOE no participará en acuerdos de investidura o de gobierno con las fuerzas de la derecha.

Algunos alcaldables no esperaron a conocer el alcance de la decisión a nivel gallego para empezar a desbrozar el camino de la gobernabilidad. El cabeza del lista del PSdeG en Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, ya dejó claro que está abierto tanto a gobernar en solitario como mediante acuerdos con otras fuerzas. Y para no dar lugar a equívocos, apunta al BNG como aliado preferente, al remarcar que el bipartito que ambas formaciones compartieron en el pasado «deixou bo sabor de boca tanto no Bloque como no PSOE e como na cidadanía».

La portavoz local del BNG, Goretti Sanmartín, se apresuró a valorar esta opción y puso de relieve que todavía es «moi pronto» para hablar de un bipartito que, en todo caso, no llegaría a la mayoría absoluta, aunque permitiría conformar un gobierno local de base más amplia.

En la misma tesitura se encuentra la socialista Inés Rey en A Coruña. Con el BNG no suma mayoría absoluta, pero en su equipo sostienen sin rodeos: «Vemos con simpatía a Francisco Jorquera», el cabeza de lista nacionalista, al que no tendrían grandes inconvenientes en darle cabida en el gobierno local, pues consideran que su «seriedade e competencia no traballo» no iba a defraudar a nadie.

Ahora bien, los socialistas son conscientes de que se impone un compás de espera y de que no pueden precipitarse en las decisiones, pues tanto en A Coruña como en Ferrol la investidura depende también de lo que diga las mareas. Así que más allá de que el PSOE gire su mirada hacia el BNG, el perfil de los futuros gobiernos dependerá en parte de los intereses que puedan tener las mareas en A Coruña y Ferrol.

Los socialistas quedaron a 8.800 votos de repetir el «sorpasso» al PP

Algo más de 8.800 votos. Esa es la brecha que separó al PP del PSdeG en las municipales del 26M y que impidieron a los socialistas convertirse en primera fuerza política en Galicia, algo que lograron por primera vez en la historia en las generales del pasado mes de abril y también en la convocatoria de las europeas, pero no en las locales.

La brecha se amplía un poco más si se compara el número de concejales o de alcaldías. Los populares obtuvieron 1.629 concejales en Galicia, 448 más que el PSdeG, así como 131 mayorías absolutas y 48 más mayorías relativas, que superan con creces las 66 mayorías absolutas y las 25 relativas de los socialistas.

Esta diferencia en las cifras no impidió que el líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, sacara ayer pecho por el resultado del 26M y se lanzara a definir lo ocurrido en las municipales como un «empate técnico», calificativo contra el PP planteó sus objeciones.

«Estamos moi satisfeitos», insistió en proclamar ayer Gonzalo Caballero, que ven en los datos del domingo el preludio del desmoronamiento del PP en las autonómicas. Ahora bien, se mire como se mire, el PP fue la fuerza más votada el domingo en las municipales, aunque a una distancia muy corta del PSdeG.