Los otros perdedores del 26M

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2020

La derrota de la izquierda en Madrid supuso el adiós de Carmena y deja muy tocado a Íñigo Errejón

27 may 2019 . Actualizado a las 20:55 h.

El 26 de mayo será una fecha que les costará olvidar a algunos políticos, caballos ganadores en las encuestas, apuestas personales de líderes o nombres que tenían fundadas ilusiones de, o bien iniciar un futuro político esperanzador, o revalidar puestos destacados. Y tras una jornada taquicárdica, la resaca electoral ha sido especialmente dura en Madrid, donde la posibilidad de un gobierno de derechas en el ayuntamiento y la comunidad deja una larga lista de damnificados.

Sin duda, la gran derrotada ha sido Manuela Carmena. La alcaldesa en funciones fue la primera en asumir su fracaso y en hacer público, como ya había anunciado si no era reelegida, que no estaría en la oposición y abandonaría la política. Lo dijo cuando, bien avanzada la noche del domingo, los números no cuadraban en la izquierda. Fue una victoria amarga. Los 19 concejales logrados le dieron un holgado triunfo, pero insuficiente para gobernar. «He querido, quiero y siempre querré a esta ciudad tan maravillosa por regalarme este inmenso afecto», escribía en Twitter tras agradecer el apoyo recibido. La suma con el PSOE, que solo logró ocho concejales forzó el vuelco. Pepu Hernández, una apuesta personal del líder del PSOE, Pedro Sánchez, fue el otro de los grandes derrotados de la jornada. El exseleccionador nacional de baloncesto tendría otra cara si al menos hubiese logrado mantener los nueve ediles que logró Antonio Miguel Carmona, candidato en el 2015 con los socialistas madrileños sumidos en una grave crisis.

Pero el epicentro del terremoto madrileño tiene otras caras. Las de Pablo Iglesias y la de Íñigo Errejón. El enfrentamiento de los dos fundadores de Podemos avivó la división de la izquierda. Su cruenta pelea fue decisiva para que la izquierda no pudiese sumar ni en el ayuntamiento ni en la comunidad, donde se vislumbra un acuerdo, que hay que ver como se plasma, entre PP, Cs y Vox. Podemos no presentó candidato, pero Iglesias apostó por un exedil contrario a Carmena, Carlos Sánchez Mato, de Izquierda Unida. Los 40.000 votos que consiguió se fueron por el desagüe, al no lograr representación en el ayuntamiento madrileño, unas papeletas clave para la suma de la izquierda.

La lucha fratricida entre Iglesias y Errejón también pasó factura en la comunidad de Madrid. Ángel Gabilondo, el candidato socialista, se volvió a quedar en la orilla como le ocurrió en el 2015. A pesar de la ola favorable al PSOE, Gabilondo no logró superar las 37 actas que también logró en el 2015, insuficientes para presidir la comunidad. Y para Errejón, su único consuelo es conseguir con la marca Mas Madrid y sus 20 actas, casi triplicar los escaños logrados por Podemos ?solo siete? en la Asamblea. Errejón tendrá también que lidiar con las críticas. Iglesias ya lo señaló, sin nombrarlo, con su dedo acusador y como culpable de la debacle de la izquierda en Madrid.

Pero Podemos tiene muchos frentes abiertos. Además de Galicia, Castilla-La Mancha es otra de las comunidades en las que la formación morada ha sufrido un duro revés. Se ha quedado sin diputados en las Corte regionales. El PSOE, de la mano del exalcalde de Toledo Emiliano García-Page, recupera la hegemonía y borró del mapa a Podemos, lo que ha llevado a José García Molina, secretario general de la formación morada en esta comunidad a presentar su dimisión.

El caso barcelonés

Ada Colau es otra de las damnificadas del 26M. Su continuidad al frente de la alcaldía de Barcelona es posible aritméticamente, siempre que Ernest Maragall, de ERC, no consiga los apoyos necesarios. Empatada a diez concejales con los republicanos no ha podido con el impulso de los independentistas ni la recuperación del PSC. Aceptó su derrota y está a la espera de que Maragall mueva ficha. El candidato independentista necesita que los comunes no sellen una alianza con los socialistas y con Valls, y que no sumen sus concejales, que son más que los que podrían agrupar entre ERC y JxCat.

Pero esa opción es poco premio para un Manuel Valls que ha quedado relegado en Barcelona. «Hemos fracasado, he fracasado», reconoció el candidato de Barcelona pel Canvi-Ciudadanos una vez finalizado el recuento de los colegios electorales. El exprimer ministro francés no dio la campanada que pretendía y acabó en cuarta posición, muy lejos de los partidos que se disputaban la alcaldía por un puñado de votos. Y no parece que su pacto con Ciudadanos vaya a durar mucho. Este lunes advirtió que «cualquier alianza con Vox sería un motivo para romper con su partido». Eso sí, lo dijo sin citarlo expresamente.