Lores amaga con mantener el gobierno en solitario en Pontevedra

Serxio Barral Álvarez
S. Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

ELECCIONES 2020

Ramón Leiro

Los socialistas ya se ofrecen a pactar el gobierno con los nacionalistas, como hicieron hasta el 2015

28 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los resultados del domingo hacen que Pontevedra se encamine a reeditar el gobierno de coalición BNG-PSOE que ya gestionó la política municipal entre los años 2003 y 2015, siempre liderados por Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), en la alcaldía desde 1999 y que acaba de reeditar su triunfo, por lo que el 15 de junio volverá a ser investido.

Las urnas depararon una nueva victoria del BNG, pero con cierto sabor amargo: cuando las encuestas apuntaban la posibilidad de que Lores obtuviera su primera mayoría absoluta tras tocarla con los dedos en el 2015, los nacionalistas pagaron con excesiva dureza la pérdida de apenas quinientos votos con respecto a hace cuatro años, ya que supuso la pérdida de un concejal.

Y si en el 2015, con doce ediles y a uno de la absoluta, el BNG optó por gobernar en solitario, intentar repetirlo en el nuevo mandato se barrunta una aventura tal vez demasiado arriesgada para Fernández Lores, porque hay una diferencia crucial: en la corporación saliente había dos grupos con los que llegar a acuerdos, PSOE y Marea Pontevedra. De hecho, uno de los grandes logros en estos últimos cuatro años de gobierno en minoría fue que consiguió aprobar cuatro presupuestos municipales tras introducir en los mismos propuestas de Marea o del PSOE, o de ambos.

Ahora la situación es bien diferente. La debacle de los partidos de unidade popular se llevó por delante a Marea, que perdió los dos concejales. Esto deja a Lores con la única opción del PSOE para llegar a acuerdos; PP y Ciudadanos darán ni agua al regidor. Especialmente los populares, que con nueve concejales se aproximan demasiado al BNG como para dejar respirar a Lores en los próximos cuatro años, mucho menos para ofrecerle sus votos (o abstenciones) para sacar adelante los presupuestos.

Y no parecería una buena idea fiar todo a una sola carta, la del apoyo del PSOE desde fuera.

Así las cosas, parecería que reeditar un gobierno de coalición sería la opción más ventajosa para el BNG. O, al menos, la que menos quebraderos de cabeza podría causar a Fernández Lores. Él mismo no ocultó durante la campaña que de tener la necesidad de pactar, su preferencia sería el PSOE de Tino Fernández.

En la misma noche electoral, el socialista ya se dejó querer: tras sumar un concejal más para sus filas, sus primeras palabras a la hora de valorar los resultados fueron para subrayar que «o PSOE vai ser decisivo para ter un goberno de progreso».

¿Y Fernández Lores? De momento, amaga con no cerrarse ninguna opción, y cuando los resultados ya eran oficiales recordó que en su primer mandato (1999-2003) ya gobernó en minoría con diez concejales de 25. Claro que entonces fue el PSOE de Roberto Taboada el que declinó entrar el gobierno, optando por un pacto de legislatura.

Lores, ahora con once ediles, pidió el domingo «tranquilidade» a la hora de hablar de pactos: «Imos analizalo con calma. Temos experiencias políticas de gobernar en coalición, e tamén de gobernar en minoría».