Feijoo atribuye el retroceso a la división del centroderecha

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2020

Sandra Alonso

El líder de los populares gallegos celebra que en Galicia se haya logrado frenar a Vox, que se queda sin representación

29 abr 2019 . Actualizado a las 11:09 h.

La última noche electoral en que compareció Alberto Núñez Feijoo fue el 25 de septiembre del 2016 para celebrar su tercera mayoría absoluta consecutiva en esta autonomía. Entonces todo fue júbilo y euforia por un logro insólito en tiempos de crisis y de desafección política. La de ayer, sin embargo, fue una historia muy distinta, una noche de gestos serios y de caras largas: el PP se desplomó en toda España, y bajó también en Galicia, aunque de una manera mucho menos brusca. Sí lo suficiente como para cosechar su peor resultado en unas elecciones generales y que lo sitúan por debajo de la mayoría absoluta, con nueve de los 23 escaños que había en juego, tres menos que en junio del 2016 y uno menos que en diciembre del 2015, su listón más bajo.

«No son los resultados que buscábamos; y no estamos satisfechos», arrancó Feijoo, quien felicitó a Pedro Sánchez, por ganar las elecciones limpiamente, y que atribuyó el declive electoral a la división del voto en el centro derecha. «Solo con los votos de Vox en Galicia habríamos ganado al PSOE en esta comunidad», insistió.

El presidente de los populares gallegos incidió en que el PSOE ha aplicado con eficacia la estrategia del divide-y-vencerás e hizo autocrítica al entender que los populares no han sabido hacer ver bien a sus electores los riesgos que entrañaba esta división.

Preguntado en qué medida los populares han perdido apoyo no solo por la división del voto de la derecha sino por alejar su discurso del centro, Feijoo aseguró que a partir de mañana habrá tiempo de analizar todo con mucho más detalle, «pero que es evidente que, además del apoyo a Vox, Ciudadanos ha obtenido un buen resultado».

El presidente de los populares aprovechó su intervención para recordar que a partir de mañana desde Galicia seguirán trabajando por la estabilidad y sí quiso lanzar un mensaje al que será el futuro presidente de España.

«Espero que gobierne para todos y respete la igualdad de todos los ciudadanos, con independencia de dónde vivamos», insistió en referencia a las posibles alianzas con el nacionalismo catalán para garantizar la futura gobernabilidad del Estado.

Preguntado sobre si Pablo Casado debería dimitir dados los malos resultados cosechados, Feijoo insistió en que su partido haría un mal negocio si tomara decisiones precipitadas con unas elecciones municipales a la vuelta de la esquina. Ante posibles cambios, el líder de los populares volvió a dejar caer que su futuro político y su compromiso con Galicia seguirá hasta el año 2020.

A medida que avanzaba la noche, el recuento iba confirmando el peor escenario que dibujaban las encuestas a pie de urna y hacía trizas el objetivo de mantener los diez diputados que se había marcado el PPdeG, una organización territorial que apoyó mayoritariamente a Pablo Casado a la secretaria general. El líder de los populares, que llegó solo a la sede del partido en Santiago poco antes de las nueve de la noche, seguía el escrutinio rodeado de su ejecutiva. Como hizo con Rajoy hace dos años, Feijoo aguardó a que compareciera su candidato en Madrid, y lo hizo pasadas las doce de la noche en un hotel cercano a la sede. A diferencia de entonces, cuando sí lograron la mayoría absoluta de los escaños que se repartían en Galicia, gracias en parte a una menor participación, esta vez los rostros transmitían una cierta tristeza.

De los algo más de 650.000 votos logrados en las generales de junio del 2016, los populares han perdido unos 200.000. Pierden un diputado en A Coruña, en Pontevedra y en Ourense, y solo se mantienen en Lugo. Feijoo estuvo analizando los resultados hasta casi la medianoche, acompañado de Miguel Tellado, secretario general del partido, y de Alberto Pazos, responsable de organización, entre otros.