Alberto Núñez Feijoo: «No hay razones objetivas para que un gallego vote a Ciudadanos o Vox»

ELECCIONES 2020

PACO RODRÍGUEZ

El referente popular hace pedagogía del voto útil y confía en preservar a Galicia del «parque de atracciones» político

21 abr 2019 . Actualizado a las 14:11 h.

La primera mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijoo (Os Peares, 1961) abrió en el 2009 un ciclo positivo para un PP que en una semana sabrá si la moción de censura del 2018 fue un punto y final o tan solo una transición hacia una nueva etapa de la derecha en España. Una década después, Galicia es de las pocas certezas populares, de ahí que el presidente de la Xunta se esté mojando para mantener una plaza amenazada por vez primera a diestra y siniestra.

-Pablo Casado está encantado con su implicación, ¿que se juega usted el próximo domingo?

-Quiero lo mejor para Galicia, y eso pasa por un Gobierno de Pablo Casado. Por la influencia que podríamos tener y por la decepción que nos hemos llevado con Sánchez en estos diez meses. Nos ha tratado con desprecio.

-Concrete esas afrentas.

-Nos ha engañado en asuntos como el de Alcoa; vamos a ir a votar y no hay una empresa electrointensiva en Galicia que tenga garantizado su futuro; nos hemos enterado por un teletipo de un ataque a una industria estratégica en el ámbito forestal ?Ence?; y estamos en el mes de abril y no sabemos si podemos gastar nuestro superávit. Desde luego, no sé quién asesora a Sánchez, pero cuando me reuní con él en Moncloa no percibí ese menosprecio. Lo que sí se vio después es que el presidente del Gobierno habló mucho más con Bildu o ERC que con la Xunta.

-¿Y para evidenciar esos acuerdos con Bildu es necesario hablar de ETA en campaña?

-Todo el mundo sabe quién es Bildu, pero lamentablemente veo que el BNG se presenta con ellos a las elecciones europeas, y me parece durísimo. Ahora van a votar muchos jóvenes que eran unos niños cuando ETA se disolvió durante un Gobierno del PP, y es bueno que sepan que Otegi fue el portavoz de la banda terrorista, una organización contra la que luchamos nosotros y el PSOE en la etapa de González, porque lo que hizo Zapatero en este asunto al final de su mandato no me gustó.

-¿Y le gusta lo que ha visto de su partido en los últimos meses?

-Desde la aplicación del 155 y el planteamiento reaccionario de Cataluña España está en un bucle, un parque de atracciones donde los ciudadanos empiezan a estar confundidos por la frivolidad. La conclusión es que el voto de castigo al PP se convierte en un premio directo a Sánchez, y la gente todavía no ha entendido esto en su totalidad. Los disparates de Vox y las contradicciones de Ciudadanos solo han servido para tapar los viernes socialistas, y lo que no veo son razones objetivas para que un gallego vote a estos partidos si no lo hicieron ni en el 2015, ni el 2016, ni en las elecciones autonómicas, ¿qué han hecho por Galicia desde entonces?

-Esos partidos hablan a veces de Galicia en Madrid, pero para buscar grietas entre su discurso y el de Casado. Hasta lo acusan a usted de nacionalista.

-No me importa, lo que no puedo aceptar es que digan que los 800.000 gallegos que han votado al PPdeG son nacionalistas, porque llevamos años luchando para controlar ese fenómeno. Y respecto a temas concretos como las transferencias, creo que es razonable esa moratoria que va en el programa, porque una competencia no puede ser una moneda de cambio para mantenerse en el Gobierno, que es lo que busca Sánchez. Es evidente que los votos del País Vasco se han comprado con una transferencia de una autopista, algo que se le niega a Galicia.

-La AP9. ¿La seguirá exigiendo?

-Casado lo ha suscrito ya. Pero que conste que lo que busco es una mejor gestión de un servicio público, no me interesa tanto la transferencia como una rebaja del peaje para que los usuarios habituales paguen un 25 % menos y aliviar el pelotazo que dio Audasa gracias a los socialistas. Lo otro, distribuir el dinero de todos para unos pocos, solo lleva a una transición para que unas comunidades autónomas se conviertan en nación, que es lo que buscan Cataluña y el País Vasco.

-¿Y si esa u otras transferencias dependen de Vox, que no cree en el Estado de las autonomías?

-Vox tiene un desconocimiento absoluto de la política real en Galicia. No tienen ni una sola propuesta para la comunidad, por eso digo que votarlos es un premio directo a Sánchez, que es lo más parecido a Zapatero, pero con el doble de frivolidad y la mitad de sus principios. En Galicia, Ciudadanos y Vox son los socios del PSOE, porque con un 2 % de los votos que tengan pueden darle un escaño a los socialistas sin necesidad de recibir más apoyos. No lo digo yo, lo dice la ley electoral.

-Pero aspiran a ser sus socios.

-Mire, lamentablemente asistimos a la irrupción de partidos de extrema derecha en Europa, y me preocupa, pero hay que tener mucho cuajo para ser presidente con los votos de los que quieren fragmentar el Estado. Eso no ocurre en Francia o Alemania, y lo que no podemos es incendiar ahora la catedral democrática que hemos construido durante cuarenta años. Que tu presidencia dependa de aquellos que no ponen tu bandera es una contradicción histórica. En España hay tres partidos constitucionalistas: PP, PSOE y Ciudadanos. Y ahí deberíamos movernos.

-¿Qué debate televisado le gustaría ver?

-Pedro Sánchez y la coherencia no se llevan bien. Cuando estaba en la oposición él insistía con un cara a cara. Pero si alguien tenía alguna duda de que el voto a Ciudadanos y a Vox le favorece, basta ver su insistencia para que estos partidos tuviesen más visibilidad en el debate.

«Lo que menos tengo en mente es lo que voy a hacer dentro de un año» 

Le vaya bien o mal al PP el 28A, cabe la posibilidad de que el partido vuelva a mirar a Feijoo.

-Las encuestas dicen que será complicado formar Gobierno, ¿teme un bloqueo del país?

-España ya está bloqueada, pero solo lo decimos en la Xunta porque hay 8.000 alcaldes y diez presidentes de comunidad a los que solo les preocupa su reelección en las próximas semanas. Si estuviesen gobernando dirían lo mismo que yo.

-¿La respuesta a la crisis en la sanidad sería otra de no haber convocatorias electorales?

-El Ministerio de Sanidad y los Gobiernos autonómicos nos hemos equivocado al afrontar la jubilación masiva de médicos, sobre todo de pediatras y de atención primaria. Tampoco podíamos cubrir vacantes, generando tensiones en los centros de salud, y por ello hubo que recurrir a los contratos temporales. Eso ha degradado la vida laboral de los profesionales, es un hecho. Ahora bien, que haya conflictos en catorce comunidades no me parece que sea una casualidad.

-¿Si la inestabilidad en España persiste afectará al calendario electoral de Galicia?

-Yo creo que Galicia ha enviado un mensaje contundente de solvencia, autogobierno y autonomía responsable, por eso ahora tenemos alforjas para subsistir. Vamos a seguir gobernando un año y medio para poner en valor la estabilidad de Galicia, porque es algo que no hay en ningún otro lugar de España.

-Y usted, ¿cuándo decidirá su futuro político?

-Esta es la legislatura en la que más estoy disfrutando. Ya no tengo la angustia de no saber si hay dinero para pagar y me levanto convencido de que podré acabar la reforma del Sergas, seguir construyendo autovías o luchar contra el declive demográfico, algo que comenzamos aquí.

-Si al PP le va bien mirarán hacia usted, porque Casado quiere que esté cerca de él. Y si le va mal, quizás con más intensidad.

-Yo estoy donde quiero estar y donde los gallegos me han dicho que esté. Durante mucho tiempo hubo gente que no me creía, y ahora me creen. Y añado: un resultado electoral forma parte del éxito o el fracaso de un partido político, no de una persona. Es así como veo las cosas.

-Insisto con su decisión personal, ¿cuándo la tomará?

-Lo que menos tengo en mente es lo que voy a hacer dentro de un año. Me gustaría preservar a Galicia de este parque de atracciones de tuits y falsos eslóganes, y eso exige una reflexión personal intensa.