El desacuerdo sobre la lista única exacerba las divergencias entre ERC y JxCat

G. N. REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2020

El número dos al Congreso por Barcelona de ERC, Gabriel Rufián, en un reciente acto central de campaña de su partido
El número dos al Congreso por Barcelona de ERC, Gabriel Rufián, en un reciente acto central de campaña de su partido Toni Albir | Efe

Mas reprocha a los republicanos que se mueven por puro interés partidista y Rufián recuerda que el entorno posconvergente encarna el espacio de «centro derecha, liberal, conservador catalán» mientras que Esquerra representa las posiciones de izquierdas

17 abr 2019 . Actualizado a las 18:01 h.

Las llamadas a la unidad de acción electoral desde el entorno posconvergente se llenan de reproches y ERC se coloca de perfil y se resiste a asumir cualquier responsabilidad por el desacuerdo. Las diferencias se exacerban de cara al 28A entre los socios del Gobierno de la Generalitat, a los que parece distanciar aún más la circunstancia de que sus líderes tengan hoy una posición bien distinta: Junqueras en la cárcel y Puigdemont huido en Waterloo (Bélgica).

El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, acusa a los republicanos de moverse por puro cálculo demoscópico y de haber «priorizado» en sus decisiones en los último tiempos el interés de partido sobre el de Cataluña. «Es más importante el país que un partido. En estos últimos cinco años, las decisiones que se han tomado en momento cruciales, críticos, en decisiones que no han sido cómodas... mirad la trayectoria y quién ha dicho primero el país y luego el partido, o al revés», reprobó en un mitin celebrado en la localidad tarraconense de Tortosa.

No había dudas sobre que la alusión implícita iba dirigida a los republicanos. Mas se hizo acompañar de la candidata de JxCat a las generales Laura Borràs, siempre dispuesta a poner la nota dramática: «Nos horroriza tener que hacer elegir al votante del 1-O entre siglas y presos. Todos son nuestros presos», proclamó para añadir que el día después de las elecciones ambas formaciones políticas deberán trabajar juntas por Cataluña y no por un partido, en unas declaraciones que recoge Europa Press.

A juicio de Borràs, JxCat siempre ha buscado la unidad, pero, en cualquier caso, incidió, si con ERC están juntos «en el exilio y en la prisión» también deberían estarlo en las urnas. Por ello, exhortó a los votantes a apostar por JxCat al ser los que siempre han perseguido y trabajado por la unidad, y «no de manera retórica».

«Mucha confianza no merecen»

El número dos de JxCat por Tarragona, Ferran Bel, fue más allá al asegurar que no es una alternativa aceptable votar «opciones soberanistas que defienden la libertad de Cataluña y que han querido hacerlo solos». «Los que llevan tanta prisa para hacer gratuitamente presidente a Sánchez y les ha costado tanto y han renunciado a hacer presidente a Puigdemont, mucha confianza no merecen», espetó quien es además secretario de organización del PDECat.

El candidato de JxCat al Senado Héctor López Bofill también remarcó las diferencias entre ambas opciones y recordó que el voto que hace efectivo el mandato del 1-O es únicamente su fuerza política: «No es un voto para reformar la Constitución o para organizar un referendo sobre la monarquía. Es un voto para defender el país, para decir a todo el mundo que queremos libertad».

No es lista única, es coalición 

El candidato de Esquerra a las generales Gabriel Rufián hubo de multiplicarse para dar réplica a tanto empuje de Junts per Catalunya y enseguida encontró razones para justificar el desacuerdo: «Una propuesta electoral entre el espacio convergente y ERC no es una lista única, es una coalición electoral». Es más, dijo, se abrirían a una lista unitaria si la propuesta abarcara desde la CUP al PDECat, pero esta empresa se reveló como imposible. Y recordó que JxCat encarna el «centro derecha, liberal, conservador catalán» mientras que ERC representa las posiciones de izquierdas.

«Hay un marco mental que hay que romper -subrayó Rufián-, una lista con el espacio convergente no es un lista única, porque para lo que fuese tendría que englobar a la CUP e incluso quizás a una parte de los comunes, y si no pasa esto no es una lista única sino una coalición electoral entre solo dos fuerzas», remachó para aclarar que desde la CUP al PDECat debería incluir el espectro que definen ERC, Òmnium, ANC, a comuns autodeterministas, Súmate y Demòcrates. Además, dijo, se ha demostrado hasta el momento como «un modelo de éxito» que JxCat (o CDC, o CiU) y ERC se hayan presentado al Congreso siempre por separado.

En un encuentro informativo organizado por el diario El Periódico, rechazó en cambio responder a las críticas que llegan de la campaña de JxCat sobre una eventual investidura de Pedro Sánchez: «Todo el respeto y suerte del mundo para el espacio convergente en las generales».

Precisamente, Junts per Catalunya continuó con ese mantra que señala a Pedro Sánchez como poco recomendable, aquello de «no seremos los del cheque en blanco en el Congreso» que dijo Puigdemont. El turno lo cogió el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, que, en un mensaje velado a ERC, recordó que las urnas del 28A no van de «izquierdas o derechas» ni de investir al candidato «menos malo», en alusión a Sánchez, sino de que «Cataluña sea fuerte».

En unas declaraciones realizadas en el mirador de los jardines Mossèn Costa Llobera de Montjuïc, en Barcelona, que recoge Efe, Calvet reiteró las críticas a los republicanos y afirmó que espera que «el soberanismo entienda que no podemos dar cheques en blanco a nadie», ni tampoco, a la hora de la investidura, «votar al menos malo» de los candidatos.

Calvet antepone el derecho a la autodeterminación en una eventual negociación de investidura, pero reivindica también la necesidad de una relación bilateral con el Estado para resolver no solo el conflicto político, sino también las carencias en infraestructuras. «Reconocimiento al derecho a la autodeterminación; si hablamos de esto podemos hablar de todo, de investidura y de lo que haga falta», enfatizó. Calvet remarca que esas reivindicaciones serán «factibles siempre que Cataluña sea fuerte» en el Congreso y en el Senado, por lo que reclama el voto para JxCat.

«Esto no va de derechas o de izquierdas, ni de hacer presidente al menos malo -en alusión a Pedro Sánchez-, va de Cataluña», de la que, señala, hablan «todas las fuerzas políticas» en esta campaña. Después de que Rufián haya calificado a JxCat de evolución del «espacio convergente», Calvet matizó que es una fuerza «plural» y ha dicho que él personalmente se define como de «centroizquierda y socialdemócrata».

JxCat se debate apuradamente entre el legado del pujolismo y Mas y la deriva soberanista emocional de Puigdemont, mientras trata de que ERC no capitalice en las urnas su sentido pragmático y su posición social de izquierdas.