Pedro Sánchez pide el voto a los que nunca han optado por el PSOE pero le ven como única opción moderada

ELECCIONES 2020

ÓSCAR VÁZQUEZ

Asegura que Cataluña no será independiente y que llegará hasta las últimas consecuencias contra los agentes corruptos de la policía patriótica

16 abr 2019 . Actualizado a las 22:26 h.

«Estos son los mitines que me gustan a mí, los mítines de la apoteosis», clamó Abel Caballero esta tarde al comienzo del acto electoral central de Pedro Sánchez en Galicia en la campaña de las elecciones generales. El candidato socialista llegó a Vigo a pedir la concentración del voto de izquierda en las listas del PSOE, las únicas que pueden frenar a las formaciones de derecha, según aseveró.  

Pedro Sánchez arrancó un largo mitin alabando a Abel Caballero, «porque lo hecho aquí es gracias a ti, porque crees en las potencialidades de Vigo», dijo para indicar que en cuatro años puede multiplicar lo hecho en Vigo en diez meses, como también auguró para el resto de Galicia. Las políticas sociales, la atribución de una aportación económica a las familias en riesgo de exclusión, la ampliación del permiso de paternidad o el subsidio de desempleo a los parados de más de 52 años, fue parte del currículo presentado por el aspirante a la reelección.

Justicia social, convivencia y limpieza frente a la corrupción son los tres ejes en los que dijo basará su gobierno si repite mandato. En todo momento se refirió a las tres derechas, «van juntos a todas partes, y juntos nosotros los mandaremos a la oposición, que es donde deben de estar», gritó Sánchez para volver a pedir la concentración del voto de centro-izquierda en el PSOE. 

A Vox, sin nombrarlo expresamente, el presidente del Ejecutivo negó que se pueda considerar como una nueva opción política y la identificó como los herederos de Blas Piñar y parte del mismo PP de hasta hace unos meses. Reprochó directamente a PP y C’s haber puesto en cuestión la lucha contra la violencia de género, la integración racial, o el futuro de las pensiones. «No han sido valientes para decirle a la ultraderecha que no se pueden poner en cuestión los derechos y libertades», les echó en cara. 

Sánchez, en una intervención pretendidamente didáctica, explicó el por qué de la moción de censura, recordando para ello los fallos judiciales del sumario de la Gürtell. «Nada tuvo que ver con Cataluña», dijo sobre la motivación de la moción que acabó políticamente con Mariano Rajoy. Y de Ciudadanos subrayó  que apostó por Rajoy en lugar de por la moción de censura, con la que dijo consiguió «poner fin y que se fuera la policía patriótica», añadiendo en ese momento su promesa «de que los policías corruptos lo van a pagar hasta las últimas consecuencias». 

Quiso dar la vuelta al argumento de que se haya apoyado en los independentistas para gobernar, de quienes en cambio aseguró que han coincidido con el PP para bloquear los presupuestos que volvió a denominar como sociales. 

Sánchez negó rotundamente que se pueda llegar a producir la independencia de Cataluña si vuelve a ser elegido presidente del Gobierno, «y es que el problema de Cataluña no es de independencia, sino de convivencia, se tiene que resolver dentro de la Constitución y el Estatuto con diálogo, que es lo que defiende el PSOE».

No se olvidó de Feijoo en su intervención, del que señaló no haber escuchado nada para frenar la recentralización de competencias que atribuye a los partidos de la derecha. «Que no lo ponga en cuestión el PP» dijo sobre el estatus autonómico «y por eso quiero a Gonzalo Caballero de presidente de la Xunta», avanzó ya sobre el escenario político gallego del año que viene. 

«Salvo en Vigo a los españoles nos cuesta lucir los logros», afirmó Pedro Sánchez, echando de menos que no se ensalcen los valores y consecuciones sociales alcanzadas por su Gobierno y ejecutivos socialistas anteriores como en el caso del aborto o las medidas de igualdad de genero. «Viva España, me viene a la mente cuando veo las imágenes del 8-M, o con los servicios médicos que presta la salud pública». En todo caso, reclamó autocrítica ante las dificultades de emancipación para los jóvenes, o para que las mujeres no tengan que escoger entre ser madres o hacer renuncias laborales, tengan que cobrar menos, o miedo de andar por la calle. «Queremos que cobren lo mismo, sean madres si quieren y estén seguras», alzó la voz mientras era aplaudido apasionadamente por la mayoría de los asistentes. «El PSOE va a ser el valladar de los derechos y libertades de las mujeres en este país», insistió en su defensa de las políticas sociales y de libertades. Sánchez identificó al PP como el riesgo del futuro de las pensiones en su sistema solidario actual, para ser cambiado por uno mixto. «Su debate es cuánto se recortan las pensiones y nosotros garantizaremos que sean públicas y crezcan en función del IPC», y para ello anuncio que modificará la Constitución para quede reflejado de manera taxativa el sistema público actual de pensiones y con ello blindado.

«No sé qué le hecho al señor Rivera», cargó también contra el candidato de Ciudadanos, para llegar al nudo gordiano del mitin al reclamar a los suyos que pidan el voto a los que siempre han votado al PSOE, «pero no se puede quedar solo en nosotros, también en los que se han ido e incluso en los que nunca han votado al PSOE, pero visto lo visto y cuando ven que el único moderado y cabal es el PSOE, cuando me ven a mi, a ellos tenemos que pedir el voto porque España necesita estabilidad y limpieza política», insistió, pero avisó de que todo puede depender de un voto, hiló que le sirvió para agitar una vez más el miedo a la derecha. «La derecha está rabiosa porque estamos demostrando que se pueden cuadrar las cuentas y avanzar en políticas sociales. Estamos muy cerca en Galicia de ser primera fuerza y de lograr en España una mayoría parlamentaria amplia, por eso pido que concentren el voto en el único partido que puede frenar a la derecha y a sus tres siglas» concluyó clamando por una movilización masiva el domingo 28. 

El hall del auditorio Mar de Vigo se hizo insuficiente en todo caso para acoger a una familia socialista viguesa y de toda la comarca que presentó entremezclados ya a los grupos que hace unos años se enfrentaban por el poder interno del partido. Unas mil personas, según la organización, no pudieron entrar en el recinto cultural por falta de espacio. Dentro había 1.890, apuntan las mismas fuentes. El PSOE olívico vive el momento de mayor unidad interna de su historia y eso se dejó notar en la convocatoria. «Las colas de gente para entrar llegan lejísimos», comentó el alcalde, Abel Caballero a la entrada y antes de recibir junto a Gonzalo Caballero al candidato a la presidencia.

Abel Caballero auguró un respaldo masivo de los vigueses a Pedro Sánchez, por los compromisos de su Ejecutivo con la ciudad. El AVE por Cerdedo, aún en fase de evaluación, es considerada por el alcalde como ya desbloqueado, como la nueva estación del mismo tren rápido, ya en obras; o los proyectos de suministro de agua; el de reforma de la peligrosa autovía de O Porriño a Vigo; la conversión en tramo urbano de la AP-9; la reforma de la entrada por carretera a Vigo, «la mejor entrada a una ciudad del mundo», se atrevió el alcalde en un largo relatorio de gracias al presidente del Gobierno, acompañado de otro ramillete de peticiones en los que incluyó hasta el respaldo a la flota pesquera a cuenta del Brexit. Pero la apoteosis de Abel Caballero llegó cuando gritó que el «próximo presidente de la Xunta será Gonzalo Caballero de Vigo, de Vigo. Tienes a Feijoo preocupadísimo porque sabe que solo le queda un año ya». Y a Pedro Sánchez le auguró en la misma tónica «cuatro más otros cuatro años en la Moncloa». 

Gonzalo Caballero devolvió los buenos augurios y calificativos al alcalde vigués, del que dijo es el alcalde de alcaldes, el más votado de España, y «el mejor alcalde que puede haber en cualquiera ciudad del mundo». «Vigo va a ser la vanguardia contra el avance de la derecha», gritó el secretario general del PSdeG. El líder de los socialistas gallegos rememoró las decisiones del Gobierno de Sánchez en materia de bienestar social para que a la hora de votar se tengan en cuenta. «La igualdad es la bandera del PSOE», añadió, para confrontar la gestión del PSOE y la del PP en Galicia en materia de educación o sanidad. «No le vamos a permitir al PP esos retrocesos», continuó Gonzalo Caballero para reclamar una movilización histórica en las urnas, aunque reconoció que electoralmente los augurios son buenos para su partido. E incluso Caballero pidió que los que votaron a la Marea, que vuelvan a las papeletas del PSOE reseñando que ahora se encuentran mareados, como también apuntó al PP, del que dijo no tiene rumbo. El secretario general del PSdeG señaló que en Andalucía hay muchas personas arrepentidas de no haber ido a votar, por lo que insistió en que no sobra ningún voto, sobre todo como exigió a los presentes, si los socialistas quieren un gobierno sólido. 

La cabeza de lista del PSOE por la provincia de Pontevedra, Olga Alonso, maestra y directora de colegio, cargó contra la política educativa de los gobiernos del PP, a la que identificó con los recortes, que dijo, fueron revertidos por el Ejecutivo de Sánchez, al que conminó a impulsar un pacto de Estado por la educación. Sindicalista de UGT, Alonso echó también en cara al PP la precariedad en el empleo y la emigración juvenil. La candidata pontevedresa, también edil de Vigo, ensalzó a Abel Caballero al que no dudó en calificar como «el mejor alcalde del mundo», saltándose así la advertencia dada a Carmela Silva por la Junta Electoral para que retirase su mensaje sobre el regidor en el mismo sentido.

Unos doscientos trabajadores de Ence y familiares cumplieron su advertencia de hacerse oír ante el presidente del Gobierno en su cita en el Auditorio Mar de Vigo. Con una sonora protesta, los empleados de la planta rechazaron una vez más la falta de apoyo del PSOE a la continuidad de la fábrica pastera en Lourizán. Pedro Sánchez fue el centro de los gritos de los concentrados cuyo futuro se dirime en la Audiencia Nacional tras la demanda presentada por el Concello de Pontevedra contra la prórroga en la concesión de la licencia a la planta concedida por el Gobierno de Rajoy en el 2016.