Podemos quiere vengarse de Villares

ELECCIONES 2020

XOAN A. SOLER

El partido estatal planea junto a EU una operación para derribar en O Hórreo al líder de En Marea

07 abr 2019 . Actualizado a las 14:29 h.

El maridaje de En Marea se rompió definitivamente con las tensiones que ocasionó la convocatoria de las elecciones generales y los antiguos cónyuges necesitaron muy poco tiempo para empezar a repartirse los bienes en Twitter. La cuenta @En_Marea se la queda Luís Villares, a condición de no hablar en ella de sus ex de Podemos y Esquerda Unida, con los que aún comparte el mismo techo en el Parlamento. Ambas partes acuerdan abrir otra cuenta, @MareaGrupo, para administrar los bienes que queden en común. El primero gestiona la marca y los recursos económicos. Los ex conservan a sus propios liberados y la obediencia a sus respectivas direcciones políticas en Madrid. Se trata de un pacto muy alambicado que trae de cabeza a quienes pululan en torno a la organización, que tienen que respirar dos veces antes de hacer un retuit de alguna de ambas cuentas para no herir susceptibilidades.

El acuerdo de cohabitación forzosa promete durar muy poco. Quizás lo justo para llegar a la cita con las urnas del 28A sin que nadie sea arrojado por la ventana. Para el día después, Podemos y Esquerda Unida, las dos fuerzas estatales divorciadas de En Marea que controlan hasta ocho de los catorce diputados de O Hórreo, tienen preparada la venganza contra Luís Villares, el ganador de las primarias que aguantó el pulso que le echaron Pablo Iglesias, Yolanda Díaz y los alcaldes de A Coruña y Santiago por moverle la silla. Y consiste en promover un golpe interno para derribar al exmagistrado como portavoz del grupo parlamentario.

Una operación de este tipo no es sencilla y tiene todos los ingredientes para convertirse en una guerra encarnizada, para la que serán reclutados informes e interpretaciones jurídicas de todo tipo con el fin de dirimir quién se queda con la casa de En Marea. El precedente más próximo es el que se vive en Navarra, donde la ruptura de Podemos derivó en la expulsión de tres de sus siete diputados, justo los que permanecen fieles a Pablo Iglesias, que ahora van camino de engrosar el Grupo Mixto al no lograr mantener el mando del equipo parlamentario.

La diferencia de Galicia con Navarra es que, aquí, los de Pablo Iglesias intentan quedarse con el grupo oficial de En Marea, y enviar al Mixto a Villares despojado de galones, en compañía de los tres parlamentarios que le son leales. El elefante blanco del golpe sería Antón Sánchez, de Anova, que ya ejerció como portavoz oficial de AGE en la pasada legislatura, después de que la ferrolana Yolanda Díaz diera la espantada en O Hórreo para caer de pie en la lista de En Marea, que la convirtió en diputada del Congreso.

Los críticos con Villares ya hicieron consultas sobre la operación y una de las opciones consiste en que los diputados que obedecen a las fuerzas estatales de EU y Podemos firmen un escrito para solicitar el cambio de portavoz. El litigio está asegurado, pues la petición nunca va a ser unánime y, de acuerdo con el reglamento del Parlamento, el líder de En Marea tiene todo a su favor para mantener el control del grupo mientras sume de su lado al menos tres diputados. Claro que, si fracasa la rebelión, los diputados fieles a Iglesias y Díaz tendrían todas las papeletas para ser expulsados, como ocurrió en Navarra. Pasarían a engrosar las filas del Grupo Mixto. Y quién sabe si eso no es el objetivo, pues EU y Podemos tendrían así un acceso directo a financiación y ayudas del Parlamento que ahora gestiona en exclusiva En Marea.