Fran Balado
La limpieza que ha emprendido Pablo Casado a la hora de confeccionar las listas de cara a las cuatro citas electorales que se celebrarán en los dos próximos meses no ha sentado nada bien en los sectores del PP más afectados. Los afines a Rajoy, a Soraya Sáenz de Santamaría y a María Dolores de Cospedal han desaparecido o han quedado relegados a plazas menores.
Lo cierto es que muchos ya se esperaban este baile de sillas que ha emprendido Casado para rodearse de sus más fieles, pero jamás que este fuese a resolverse de una forma tan radical y que puede resumirse en dos brochazos: la marcha de diputados con una dilatada trayectoria y la incorporación de próximos al aznarismo, economistas sin carné de partido, toreros y otras figuras independientes, que cuentan con grandes opciones de ocupar un escaño en la próxima legislatura. Eso siempre y cuando el batacazo electoral del PP al que apuntan determinadas encuestas no sea tan catastrófico como vaticinan los críticos.