La estrategia política de mantener la máxima tensión deja cada vez más solo a Puigdemont
23 mar 2019 . Actualizado a las 08:56 h.La polémica en torno a la retirada de los lazos amarillos de las sedes de la Generalitat ha elevado el enfrentamiento en las filas independentistas entre ERC y Junts per Catalunya, el partido de Joaquim Torra controlado desde Bruselas por el expresidente catalán, Carles Puigdemont. Los republicanos eran partidarios desde un principio de no tensar la cuerda y avenirse a aceptar la orden de la Junta Electoral Central. De hecho, la consejería de Economía y la de Salud, controladas por ERC, retiraron de sus sedes toda la simbología independentista horas antes de que se diera ese paso en el Palacio de la Generalitat y en las consejerías de Junts per Catalunya. Pero las desavenencias no afectan solo a los dos socios de Gobierno catalán, sino que dentro de las propias filas de Junts per Catalunya hay fuertes discrepancias por la estrategia de máxima tensión impuesta por Puigdemont. Algo que ha llevado a que los diputados en el Congreso más moderados de este partido hayan sido depurados en las listas para las elecciones generales y sustituidos por miembros del sector más intransigente afín al expresidente catalán.
Esa estrategia rupturista está dejando cada vez más solo a Puigdemont y ha llevado incluso a que el PNV haya roto su histórica alianza con CiU y sus posteriores marcas electorales para presentarse conjuntamente a las elecciones europeas para tratar de rentabilizar al máximo los votos. La declaración del lendakari Íñigo Urkullu en el juicio del procés, en la que reveló que Puigdemont estaba dispuesto a convocar elecciones y rompió el acuerdo alcanzado por miedo a ser acusado de traidor por los suyos, tensaron la cuerda ente ambas formaciones. Pero ha sido el PNV el que ha decido romper con el partido de Puigdemont, aún a riesgo de quedarse sin representación en Europa, para no dar la imagen de que asume su discurso rupturista. Esos comicios exigen obtener un mínimo del 5 % de los votos en todo el territorio nacional, algo que podría estar en peligro para ambas formaciones si concurren en solitario. En ocasiones anteriores, el PNV había sumado fuerzas en las elecciones europeas con CiU y con el BNG, pero los nacionalistas gallegos concurrirán esta vez en alianza con Bildu y ERC.