La ruptura de En Marea amenaza ya con dividir mareas municipales

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

Tras la escisión de Anova y Podemos, Pontón anima a volver al BNG a los desencantados

18 mar 2019 . Actualizado a las 21:19 h.

Lo de Ourense fue un aviso. La posibilidad de que en la capital de la provincia se presenten para las municipales una candidatura de Podemos junto con Esquerda Unida y otra del espacio de las mareas, cuando en el 2015 se logró consensuar una lista unitaria, es una prueba de que los partidos estatales, que hasta la fecha habían centrado sus esfuerzos en lograr acuerdos con sus socios gallegos, podrían ahora interesarse más en elaborar candidaturas propias, ante la ruptura con las formaciones que en el 2015 fueron sus aliadas, sobre todo, En Marea y Anova.

Es un riesgo evidente que pende, sobre todo, sobre las mareas no consolidadas y sobre las que no tienen responsabilidades de gobierno, tensionadas por las diferencias entre los partidos a los que cada uno de sus miembros debe lealtad. No tanto sobre las que gobiernan, porque en ese caso prima, sobre todo, el interés por mantener las alcaldías. Aunque en el caso de las mareas, que son autónomas y que no rinden cuentas ni ante En Marea ni ante los demás partidos, las particularidades son tantas como las características del concello al que representan.

En las grandes ciudades, por ejemplo, no hay una marea que se parezca a otra. En A Coruña hubo tensiones con Podemos en la confección de las nuevas listas pese a ser Gómez-Reino uno de los fundadores de la Marea Atlántica, mientras que EU no se considera bien representada. En Santiago, Compostela Aberta, con alcalde de Anova, funciona de forma cohesionada, pero no está libre de que miembros destacados de esa formación que son de Podemos acaben sufriendo las tensiones entre partidos.

El alcalde de Ferrol es de Esquerda Unida, como la mayor parte de los candidatos del primer tramo de su lista; pero la número dos es de Anova, una situación que se repite en Vigo, con la particularidad de que, en la ciudad olívica, la marea estuvo formada estos cuatro años por miembros de EU y Anova, pero ahora a la nueva candidatura se suma Podemos. En Lugo, la marea local es afín a Villares, y Esquerda Unida se mantiene al margen con un único concejal que repite. Podemos, que hasta ahora tenía escaso protagonismo, podría presentarse esta vez, y está por ver si para ello llega a un acuerdo con EU.

Marea Pontevedra es villarista y funciona al margen de Podemos, que hizo un amago de presentarse a las municipales pero que de momento no tiene lista ni aliados. Y por último está Ourense, primera ciudad donde la ruptura entre En Marea, Anova y EU-Podemos hizo mella, con la posibilidad de que se rompa en dos candidaturas el espacio que hasta ahora ocupó Marea de Ourense. Una posibilidad que ya es realidad en villas como Sanxenxo o Vilagarcía, donde las difíciles relaciones entre Podemos, Anova, Esquerda Unida y En Marea dieron lugar a candidaturas enfrentadas que desvirtúan el espíritu original de las mareas municipales.

La pelea por el voto

Son todos ellos movimientos de fichas que derivarán en las candidaturas municipales, unos comicios que están a la vuelta de la esquina pero que ahora los partidos ven lejos, ocupados como están en la premura de las elecciones generales. La decisión de Anova de no presentarse, al no haber llegado a un acuerdo con Podemos y EU, deja al partido de Beiras huérfano de alianzas y sin referentes en la política de ámbito estatal, de ahí que el alcalde de Santiago, que insiste en centrarse en la gestión municipal y aparcar, de momento, otros escenarios políticos, haya reconocido ayer que, para las elecciones generales, todavía no tiene decidido su voto, pero que «decidireino e irei votar», aunque «non farei público nunca a quen». Noriega animó a acudir a las urnas para evitar el frente de la derecha.

En las generales están también centrados los demás partidos; y los de la izquierda nacionalista, haciendo cuentas del nuevo escenario de En Marea. Su portavoz, Luís Villares, que hace unos días negaba la ruptura y decía que eran solo «uns poucos que abandonaron o barco», cree ahora que el partido sale fortalecido con esa división interna porque «hoxe somos máis marea que nunca», porque esa marea está «máis cohesionada» y porque encara la cita con las urnas «como marca política consolidada». No quiso, sin embargo, opinar sobre la situación en la que quedan sus antiguos socios: «Non me corresponde a min avaliar o que pasou no outro lado».

Pendiente de lo que ocurre con las fuerzas nacionalista surgidas de la escisión del BNG está también su líder, Ana Pontón, quien dijo que las puertas del Bloque están abiertas para los desencantados de En Marea, Anova, Podemos y EU siempre que quieran trabajar por recuperar «a voz propia» de los gallegos frente a la «desfeita» de las políticas estatales del PP y del PSOE, «co apoio, todo hai que dicilo, de En Marea e de Podemos», puntualizó la portavoz nacional del BNG. Pontón aprovechó la debilidad de esas otras fuerzas para reivindicar el proyecto «sólido, unido e coherente» que representa su formación en defensa de los intereses de Galicia, en contraposición al desmembramiento de las organizaciones del espacio de En Marea.