El cierre de listas causa un seísmo en el PSOE gallego

g. bareño / D. Sampedro REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2020

El candidato ourensano a la alcaldía dimite y el ferrolano sopesa seguir sus pasos

18 mar 2019 . Actualizado a las 08:02 h.

Todo el poder para Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE hizo ayer una demostración de fuerza laminando de las listas al Congreso y al Senado, y también de las europeas, a cualquier candidato que pudiera encuadrarse en el sector crítico. Los cambios se extendieron también a una veintena de candidaturas municipales, lo que provocó un incendio en el PSdeG, con focos de distinta intensidad en las ciudades de Ourense, A Coruña y Ferrol, donde varios candidatos arrojaron la toalla o amagan con hacerlo en las próximas horas.

Menos de tres años después de ser apartado de la secretaría general por una rebelión mayoritaria en el comité federal, Sánchez consuma así la purga de los que se levantaron contra él, barriendo cualquier atisbo de contestación interna. La principal perjudicada es Susana Díaz. Sánchez ha apartado a los candidatos afines a la ex presidenta de la Junta de Andalucía. Ni en Sevilla, ni en Cádiz, ni en Almería ni en Córdoba ha conseguido Díaz colocar a los suyos como cabezas de lista. Y, como símbolo del castigo, Antonio Pradas, hombre de confianza la lideresa andaluza, queda fuera de la candidatura al Congreso y ni siquiera opta al Senado.

El golpe sobre la mesa de Sánchez reabre el enfrentamiento en el partido. Aunque las listas fueron aprobadas por unanimidad en el comité federal, la delegación andaluza, incluida Susana Díaz, no participó en la votación y presentó un voto particular en contra en la comisión federal de listas. En Aragón, la otra comunidad que se resistía a las imposiciones de Sánchez, también se aplicó el criterio de Ferraz, apartando a críticos como Óscar Galeano o Ignacio Urquizu.

Y si en el Congreso y el Senado no hubo sitio para ninguno de los que se levantaron contra Sánchez, la purga no ha sido menor en las listas europeas, de las que se caen dos ex vicesecretarios generales, Elena Valenciano y José Blanco, a pesar de que el lucense aspiraba hasta última hora a permanecer una legislatura más en el Parlamento Europeo. Incluso un histórico como Ramón Jáuregui se queda sin escaño.

González Casares, de nueve

La candidatura estará encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell y la número dos será Iratxe García, de la máxima confianza de Sánchez. La novedad es el fichaje como número tres del sociólogo francés Sami Naïr, que ya había colaborado en ocasiones anteriores como asesor de Sánchez en materia de inmigración. El líder del PSOE rescata también en la lista europea a quien fuera su primer secretario de Organización, el riojano César Luena, y el primer gallego en posición de salida es Nicolás González Casares, teniente de alcalde de Lalín, que ocupa el número nueve.

En una intervención con tono más de campaña electoral que interno, en la que obvió cualquier polémica sobre las listas, Sánchez defendió su proyecto político, que consideró representante de «la España de todos», frente a «la España que excluye», en la que encuadró tanto al PP y a Vox como a Ciudadanos. Consciente de que para aspirar a la presidencia del Gobierno necesita una movilización masiva de los votantes del PSOE, alertó contra la posibilidad de que en las generales se reproduzca lo ocurrido en Andalucía, en donde muchos simpatizantes socialistas no acudieron a votar. «Que nadie se quede en casa. La única oportunidad que tiene la derecha es la abstención», afirmó Sánchez.

El cambiazo gallego

Cuando el comité federal llegaba a su fin, se empezó a conocer el alcance del tijeretazo a las candidaturas impulsadas desde Galicia, a propuesta del secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, que es el miembro de la comisión federal de listas.

Algunas de las modificaciones, como las listas a las Cortes por Lugo y Ourense, ya se venían mascando en los días previos. La número uno al Congreso por Lugo será Ana Prieto, que desplaza así al número dos a Sonsoles López Izquierdo, promovida por la dirección provincial, provocando serias fricciones entre la dirección gallega y la ejecutiva lucense que dirige Álvaro Santos. Para el Senado, se aparta al ya senador lucense Ricardo Varela para reemplazarlo por César Mogo, miembro del gabinete personal de Pedro Sánchez

En Ourense se hace otro cambio para poner a Marina Ortega en la parrilla de salida al Congreso, sustituyendo a Juan Carlos Rivera, que pasa a ser el cartel para el Senado. Se cae de la tabla la sanchista Eva Maldonado, propuesta por la provincia.

Pero no son los cambios en las listas provinciales lo que generaron más problemas, sino los realizados en las listas de las ciudades de Ourense, A Coruña y Ferrol, porque desautorizaron a sus candidatos. Fueron retoques propuestos desde el PSdeG para incorporar a personas afines a Gonzalo Caballero, en algunos casos enfrentados a los aspirantes a las alcaldías. Y por lo de pronto, provocó la renuncia de Vázquez Barquero como candidato en Ourense, mientras que Ángel Mato trasladó también a varios cargos que tiraría la toalla en Ferrol, algo que también hará Pedro Méndez, rebajado del puesto 20 al 22 en A Coruña.

Gonzalo Caballero amplía su red a (casi) todo el territorio

Gonzalo Caballero es el único secretario general de una federación socialista que forma parte del órgano encargado de confeccionar las candidaturas, la comisión federal de lista. El día que se postuló a sí mismo para el puesto, en el congreso que lo ratificó como líder del PSdeG, sabía bien lo que hacía, pues esa posición le ha permitido mover los resortes para ampliar su red de influencia a todas las provincias y ciudades. O más bien a casi todas, porque ni en Vigo ni en la provincia de Pontevedra, donde quien dicta los ritmos del partido es su tío, Abel Caballero, no tiene margen para mover ni una coma.

Así que se tuvo que conformar con el resto del territorio, con colocar por la fuerza piezas afines en las provincias que ponían dificultades para aceptarlas (Ana Prieto en Lugo y Marina Ortega en Ourense), lo que le llevará a tener un control más amplio del grupo gallego en el Congreso.

Su problema es que en algunos casos forzó demasiado la máquina, irritando a los barones provinciales de A Coruña y Lugo, González Formoso y Álvaro Santos, y desestabilizando a los candidatos que dentro de dos meses tendrían que jugarse el pellejo peleando por la alcaldía. El caso de Ferrol es muy clarificador, pues en el intento de darle oxígeno a la dirección de Beatriz Sestayo colocó a la fuerza en el número 4 de la lista de Ángel Mato a su rival en primarias, Germán Costoya. Y salvando las distancias, sería como si a Pedro Sánchez le calzaran en su propia candidatura a Susana Díaz.