Fernández Vara, el susanista que se plegó a Sánchez y volverá a ser forense

Francisco Espiñeira Fandiño
F. Espiñeira REDACCIÓN

ELECCIONES 28M

Jero Morales | EFE

El delfín de Ibarra, silencioso miembro del núcleo duro del líder del PSOE, dejará la política cuatro años antes de lo previsto

30 may 2023 . Actualizado a las 11:07 h.

Hay dos formas de morir políticamente: plantando cara al adversario o en silencio, admitiendo hechos impensables. Guillermo Fernández Vara (Olivenza, 1958) eligió la segunda de las maneras. Acostumbrado a las derrotas, esta vez asegura que deja la política para pedir el reingreso en su plaza de forense. Lo hará cuatro años antes de lo que tenía previsto, según anunció el ahora saliente mandatario extremeño en la última jornada de la campaña electoral, el pasado viernes.

Fernández Vara apareció en el primer plano de la política nacional como heredero de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el histórico guerrista que cedió la vara de mando al cumplir la edad de jubilación, en el 2007, pero que sigue ejerciendo de gurú del socialismo clásico y no oculta su desagrado con las concesiones de Pedro Sánchez a Bildu y a los separatistas catalanes.

Fue presidente cuatro años y perdió por primera vez en el 2011, en la resaca del zapaterismo, frente a José Antonio Monago, entonces asesorado por Iván Redondo. Optó por quedarse en la oposición y rentabilizó esa apuesta, junto a los recortes de Mariano Rajoy, para recuperar el mando en el 2015. En el 2019, en el momento más dulce del sanchismo, logró una arrolladora mayoría absoluta, que ahora se le esfumó y que dejará paso en las próximas semanas a la popular María Guardiola.

A diferencia de lo que hizo Emiliano García-Page, en Extremadura, Vara eligió su perfil más conciliador para no enfrentarse a las decisiones del presidente del Gobierno. Ambos se reconciliaron tras las primarias socialistas que consagraron la victoria de Sánchez ante Susana Díaz. El extremeño, como la mayoría de los barones, se alineó con la andaluza, pero, a diferencia de otros compañeros, aceptó encantado integrarse en la ejecutiva del ahora presidente como muestra de la supuesta integración de las distintas familias del partido.

Por eso, mientras Page afeaba a Sánchez sus pactos con Bildu nada más conocerse el pasado terrorista de 44 candidatos de esa formación —«con esos, ni a la vuelta de la esquina», le dijo a la cara en el único mitin que compartieron en esta campaña—, Fernández Vara prefería un discurso más contemporizador. «A nadie nos gusta», se limitaba a decir. Ahora, podrá pilotar su propio relevo en el PSOE extremeño mientras disfruta del Barça, las procesiones y los toros, sus tres grandes aficiones.