
Un estudio indica que las ayudas benefician proporcionalmente más a las familias de poder adquisitivo medio
26 sep 2023 . Actualizado a las 16:14 h.Seis de cada diez alumnos vulnerables no tiene becas ni ayudas al estudio. Así de difícil es la situación de miles de niños y jóvenes en España, donde no hay una política común de mínimos y apenas se pueden unificar las cifras. Esta es la primera conclusión que presenta el informe Radiografía del gasto de las familias en material escolar y las becas que ayudan a compensarlo”, divulgado hoy martes por el Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol), el laboratorio de ideas de la universidad Esade.
Sus autores, Lucía Cobreros y Ángel Martínez, ambos de EsadeEcPol, se basaron en la fusión de las encuestas del Gasto de Educación de los Hogares y de Presupuestos Familiares del INE.
Lo primero es, pues, el gasto. Según el informe, el gasto medio por alumno en material escolar es de 100 euros en infantil, 318 en primaria, 398 euros en la ESO y 474 euros en bachillerato, representando el principal desembolso los libros de texto y el material informático (en la última etapa escolar supone el 70% del gasto). En la red pública esta inversión alcanza los 282 euros frente a los 434 euros de la concertada/privada. Hay variaciones importantes de gasto entre comunidades, y así las familias de Madrid gastan un 55% más que las andaluzas, aunque eso tiene que ver con la política de préstamo de libros más que los de precios de los productos en sí.
Una vez entendido el gasto llega la hora de analizar las ayudas, y el galimatías autonómico lo pone difícil porque no hay parámetros equiparables en muchas de ellas, pero los investigadores apuntan: «Las diferencias en la cobertura de becas por comunidad autónoma y etapa educativa son muy considerables, dando lugar a un sistema que no es lo suficientemente progresivo».
En general, se detecta que el sistema no cubre los gastos básicos de los hogares más vulnerables y «solo cuatro de cada diez hogares con menor poder adquisitivo [entendiendo por estos a la quinta parte con menos renta]reciben alguna beca». Incluso hay un defecto en la progresión: «El efecto reductor de gasto es más alto entre las familias de poder adquisitivo medio (unos 40 euros) y medio-bajo (25 euros), pero es de prácticamente 0 euros entre las de menor poder adquisitivo».
Destacan Cobreros y Martínez que «las tasas de cobertura y sistemas muy variables entre autonomías», y frente a becas y préstamos de libros prácticamente universales (como en Andalucía o Comunidad Valenciana), otras solo ofrecen bancos de materia (Cantabria) o las condicionan incluso a criterios de renta (Aragón).
Soluciones
Para mejorar el sistema, los investigadores proponen tres medidas:
Gratuidad total. Establecer sistemas de préstamos de material escolar universales en las etapas obligatorias en la red pública y concertada. Eso dejaría fuera a los centros privados, adonde acuden mayoritariamente las familias de poder adquisitivo alto.
Más becas a los vulnerables. Para que sea una realidad en todo el país, abogan por «establecer un umbral mínimo obligatorio que todas las comunidades autónomas deban respetar, ejecutar, y, si así lo deciden, ampliar. Un buen punto de
partida para mejorar la tasa de cobertura de becas entre las familias con menores y bajos ingresos sería concederlas de oficio si reciben el ingreso mínimo vital, lo que requeriría de la coordinación entre administraciones».
Más información. La tercera medida es «agilizar el resto de procesos administrativos e informar y apoyar en los procesos de solicitud a las familias con menos recursos, más susceptibles de verse afectadas por asimetrías de información».