Volar drones, la mejor excusa para fomentar la tecnología entre los alumnos de ESO

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira A CORUÑA / LA VOZ

EDUCACIÓN

El colegio Atocha de Betanzos arrasa en la segunda liga de programación y robótica de la Barrié y el ITG

05 may 2023 . Actualizado a las 17:09 h.

Trabajo en equipo, resolución de problemas, iniciación a la programación, manejo de las impresoras 3D y nervios templados; todo con menos de 14 años. De eso va la Liga Maker Drone, una iniciativa de la Fundación Barrié con el Instituto Tecnolóxico de Galicia (ITG) para fomentar el conocimiento STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) entre los alumnos gallegos de secundaria.

Ayer fue la final en el Coliseo de A Coruña, con un espectacular despliegue de medios y un público entregado, que se rindió al colegio CPR Nuestra Señora del Carmen (Atocha), de Betanzos. El equipo de este centro arrasó en el encuentro en el que participaron los 18 equipos, y batió su propio récord.

«Lo más difícil es mantener los nervios», decía Marcos, copiloto ganador, mientras que el piloto, Pablo, mantenía un tímido silencio. Y es que no es fácil enfrentarse a unas gradas vociferantes, un jurado situado como en los grandes programas de televisión y un reto complicado. Este era manejar el dron para coger «basura» del mar (en forma de pelotas de colores) y llevarlas a los contenedores de un barco, situados a dos, cuatro y ocho metros de altura. De la pericia de Pablo y Marcos da fe que consiguieron colocar dos de las esferas en el contenedor más alto, de color azul.

Pero la Liga Maker Drone no va solo de manejar un dispositivo, sino de diseñar una solución para lo que se pide —en este caso, coger esferas y elevarlas hasta un punto— y programarlo para que lo haga. «É un traballo en equipo no que aprenden conceptos de tecnoloxía e programación», decía Pablo Blanco, profesor del IES Daviña Rey.

Lo de menos, pues, era ganar o no. Lo sabían bien los del IES de Ames, finalistas junto con los betanceiros, que vieron como su dron se estrellaba contra la red de seguridad y se quedaban sin opciones en la final. «La experiencia ha sido muy bonita y venir aquí les ha encantado», aseguraba minutos antes uno de los profesores del instituto.

Lo mismo decía María Jesús Ben, docente de Programación en el IES Escolas Proval, en Nigrán, que perdieron su hélice en el primer vuelo: «Todo está muy bien organizado, te dotan de material y formación. Es toda una experiencia y venir a esta final les ha motivado mucho».

Y no solo los profesores lo veían así, también los alumnos: «Me quedo con las risas, el trabajo en equipo, quedar en el recreo y resolver problemas juntos», decía uno de los estudiantes del Divina Pastora, de Ourense. Este equipo se llevó el premio al mejor diseño. Porque hubo otros galardones además del principal: la solución más disruptiva, que se fue al IES Carlos Casares, de Vigo; la mejor presentación, para el CPR Montespiño, de Culleredo; o la mayor destreza en el vuelo para el IES de Ames.