Galicia da lecciones de lectura en los colegios

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira BAIO / LA VOZ

EDUCACIÓN

A biblioteca do IES de Baio durante o recreo
A biblioteca do IES de Baio durante o recreo Ana García

Tiene más bibliotecas escolares que el resto, mejor dotadas, más versátiles y abiertas al entorno. Los clubes de lectura de los centros gallegos han recibido un tercio de todos los premios en España

02 ene 2023 . Actualizado a las 12:38 h.

Galicia lidera las estadísticas estatales de bibliotecas escolares, análisis que recogen muchos parámetros y que en casi todos la comunidad se encuentra en el primer lugar. Por ejemplo, en el porcentaje de centros con biblioteca propia: la tienen el 94,7% de los colegios e institutos (públicos, concertados y privados) en Galicia, y le siguen Asturias (91,8) y Andalucía (90,6); en la cola, Cataluña y Baleares, que no llegan al 60% de centros educativos con un espacio propio para la lectura y el préstamo.

En Galicia hay cantidad, cierto, pero también calidad. ¿Y eso cómo se puede medir? Analizando parámetros muy concretos, como el número de puestos de lectura informal (sofás, por ejemplo) que permiten la presencia relajada de estudiantes en el recinto, y que en Galicia tiene el 81% de los centros; la siguiente comunidad es Baleares, con el 65%, y a la cola Castilla-La Mancha con un 30% de colegios con esta opción.

A esto se suman galardones como el de clubes de lectura de las bibliotecas escolares. Las gallegas han sido galardonados con ocho de los 24 premios que el Ministerio de Educación ha concedido en el 2022, lo que corresponde a un tercio del total. En la modalidad para centros de Educación Primaria han sido galardonados con el segundo premio los colegios de Curtis (A Coruña), Laredo (Redondela, Pontevedra) y Sofía Casanova (Culleredo, A Coruña). Mientras, han sido premiados con el tercer puesto el Emilia Pardo Bazán (A Coruña) y el Plurilingüe Antonio Palacios, en O Porriño (Pontevedra).

Por otra parte en relación con los centros de Secundaria, el primer galardón ha sido concedido al instituto Santiago Basanta Silva de Vilaba (Lugo), mientras que el IES Maximino Romero de Lema, de Zas (A Coruña), y el Sánchez Cantón (Pontevedra) han recibido el segundo premio.

Otro factor son las áreas creativo-tecnológicas como complemento a la lectura, y que en Galicia llega a uno de cada tres centros, algo más que en Madrid (30%) y que está muy lejos del 7% que hay en Cataluña.

Abiertas al entorno

También se mide por la organización de actividades con las familias y la sociedad circundante en general, un aspecto básico para entender el papel de fuerza cultural de las bibliotecas; en Galicia y Aragón casi la mitad de los centros (45%) están abiertos a su entorno; en Baleares es cero.

Se puede ver la calidad del servicio estudiando cuántas personas trabajan (o colaboran) en él. En 6 de cada 10 centros gallegos hay al menos 5 profesores vinculados a la biblioteca, mientras que en Extremadura son 4,5 y en Madrid, que está a la cola, solo 1 de cada 10 colegios tiene cinco profesionales.

Miles de volúmenes

Por supuesto, el número de libros es un factor a tener en cuenta. Una de cada cuatro bibliotecas escolares gallegas tiene más de 10.000 ejemplares en su catálogo, y el 80% tiene más de 2.000. Dos mil no parece una cifra altísima de volúmenes, pero solo el 45% de los centros de Baleares llegan a esa cifra.

No puede faltar en este catálogo de productos y servicios el total de ordenadores: el 91% de los colegios gallegos tiene al menos 1 ordenador en la biblio, que en Baleares solo tiene el 45%. En el único parámetro en que Galicia está a la cola es, precisamente, en el servicio de wifi para los dispositivos de los alumnos: ocupa el puesto 13 (de las 16, que el País Vasco no tiene datos) con un mediocre 52% (siete comunidades pasan del 60%).

Por si lo anterior no fuese suficiente para certificar el valor bibliotecario gallego, la comunidad es la número uno, además, en: el trabajo en equipo en la biblioteca (con el 85% de los centros aplicándolo, como Extremadura y Andalucía); el espacio multimedia (60% ); el anuncio de actividades culturales cercanas (71%) o la organización de conferencias o cuentacuentos (47%).

Rapaces do IES de Baio no curruncho de ciencias que este mes teñen preparado na súa biblioteca
Rapaces do IES de Baio no curruncho de ciencias que este mes teñen preparado na súa biblioteca Ana García

Libros que alimentan todo o instituto, en Baio

A biblioteca do IES Maximino Romero (Baio) é moi normal, random dirían os rapaces, e iso en Galicia quere dicir que é extraordinaria. Neste espazo no que traballan de voluntarios o 10% do alumnado hai tanta vida que desborda as paredes e enche as aulas. Trinidad López coordina un equipo que completan Marta Nantón, Ana Fuentes e Hortensia Román, e que traballa arreo dende o primeiro día do curso, cando xuntan a todo o estudiantado novo (de 1.º de ESO e 1.º de bacharelato) para explicarlles como funciona a biblio e animarlles a participar nalgúns dos catro clubs de lectura: o de primeiro e segundo de ESO, o de francés, o de 3.º e 4.º (xunto con FP básica) e o de 1.º de bacharelato; os seus pais poden anotarse ao club de adultos, posto en marcha neste curso.

A partir de aí, os rapaces do IES saben que teñen a biblio aberta e atendida todos os recreos, e moitas tardes. Consultan as novidades e mesmo as críticas dos libros no TikTok e no Instagram, que tamén actualizan; os seus pais tiran máis do Facebook e o resto dos profesores do IES, da web do centro.

«Dende que este ano fixemos a ampliación da biblio, hai moita máis xente nela», di Hortensia Román mentras sinala uns sofás laranxas e azuis que invitan á lectura relaxada, xusto nun curruncho dedicado este mes á ciencia.

Non é a ciencia o único do que se fala nesta biblioteca, que prepara concursos de lendas de medo en Samaín, fai obradoiros de adornos de nadal con material reciclado ou argalla accións polo 25N. Este ano, por exemplo, están a preparar unha exposición de zapatos que representen ás mulleres mortas (37 nestes intres) en España por violencia machista e o alumnado de 2.º de ESO está ultimando unha performance.

Pero se hai algo ao que lle dedican moitísimo tempo profesoras e voluntarios é ao mes do libro, que organizan cada abril. «O ano pasado viñeron —enumera Marta Nantón mirando no móbil? Arantza Portabales, Hector Cajaraville, Laura Suárez, Nee Barros e Sofía Fondo, que tivo un obradoiro de ilustración cos rapaces». E non é que o autor chegue e listo, en absoluto. «Preparamos aos alumnos —recalca Román— e sorprendemos aos autores». Dende exposicións e propostas artísticas a partir das obras, ata disfraces ou vestimenta ad hoc pasando por un análise do traballo do escritor que é entrevistado polos nenos. «Hai un diálogo fluído entre os autores e os nenos», apunta orgullosa Trini López.

Todo isto son moitas horas de traballo, para o que contan con todo o apoio do equipo directivo, con Ana Facal, a directora, á cabeza, pero con pouco recoñecemento oficial: «Ás veces queremos “reclutar” a novos profesores pero moitos nos preguntan se estar nos clubs ou na biblio dá puntos para os traslados, e non». Aproveitan a presenza da xornalista para reclamar máis atención da consellería, que este curso deulles menos diñeiro do esperado.