El 12% de los centros públicos tendrán polos creativos, los nuevos espacios para la tecnología

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Exhibición de los proyectos piloto de los polos creativos en la Cidade da Cultura el pasado mayo
Exhibición de los proyectos piloto de los polos creativos en la Cidade da Cultura el pasado mayo Sandra Alonso

Con un funcionamiento similar a las bibliotecas escolares, la iniciativa llegará este primer año a 138 colegios e institutos

16 feb 2023 . Actualizado a las 19:03 h.

La apuesta gallega por una educación STEM para todos los niños empieza a coger forma: en septiembre habrá 138 centros públicos de primaria, ESO y bachillerato, que contarán con un polo creativo. Es decir, que tendrán un espacio que funcionará de forma similar a la biblioteca —de hecho, muchos estarán físicamente en la biblioteca— donde aprender programación, robótica, realidad aumentada a través de proyectos y trabajos en grupo. 

Es una de las iniciativas más importantes de la Consellería de Educación, para la que destina unos 4 millones de euros en este primer año y que ha nacido al amparo del Plan de Nova Arquitectura Pedagóxica, ya que el equipamiento tecnológico de los centros va unido a un mobiliario flexible para trabajar de una forma natural. Y los profesores del centro tendrán formación para poder sacarle el máximo partido. 

Porque no se trata solo de placas base o robots. En los polos creativos habrá un espacio audiovisual, con cámaras de vídeo y fotografía, trípodes (también para móviles) y sistemas de grabación de audio, focos o gafas de realidad virtual. Otra zona estará dotada con equipamiento electrónico: kits básicos y avanzados, robots de suelo y programables, placas tipo microbit y RasberryPi, microcontroladores, sensores, actuadores, sistemas IoT, domótica, circuitos de papel, kits de simulación de teclado y ratón... Y muchas posibilidades para dar forma a las creaciones: plotters de corte, plastificadoras, máquinas de chapas, CNC, impresión 3D, kit de e-textiles o weareables, juegos de construcción de piezas encajables (básicos, en madera o magnéticos) y máquina de coser. Para construir las piezas donde insertar toda la tecnología, los polos contarán con herramientas muy variadas, desde taladros y brocas a pistolas de aire caliente y de pegamento termofusible, lijadoras, caladoras y otros elementos similares. Por supuesto, no faltará la informática, con monitores, ordenadores, tableros interactivos, impresoras multifunción, tabletas o escáner 3D.

Los alumnos dispondrán de todo este material y trabajarán en mesas abatibles y portátiles, sillas ligeras y apilables de fácil limpieza, mesas poligonales y para trabajo en grupo, banquetas, sillas con ruedas, asientos modulares y de colchoneta, gradas, bancos de trabajo y carros de carga, por ejemplo.

La idea es que todos los alumnos pasen por estos espacios en algún momento del día, y que desarrollen actividades muy diversas, adaptadas a sus propios intereses. Así, cuando terminen la educación básica, y más si siguen a bachillerato, tengan un conocimiento básico de lo que la tecnología les puede ofrecer, una alfabetización tecnológica que les permitirá adaptarse a los cambios futuros sin importar el camino que tomen. De ahí que con la tecnología STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en inglés) haya un componente de creatividad, porque eso será lo más demandado en el futuro.

Consciente de que el material sin formación del profesorado es un gasto inútil, la Xunta ha diseñado un programa que incluye formación de los docentes y acompañamiento en la puesta en marcha de este proyecto. Se trata de maestros que ya han trabajado con los Espazos Maker, el germen de los polos creativos (mucho más ambiciosos) y que el curso pasado han puesto en práctica en sus propios centros. Ellos crearán una red de apoyo para las nuevas incorporaciones, que a su vez actuarán como una mancha de aceite extendiéndose por todo el territorio gallego. 

Enmarcada en la Estratexia Educación Dixital 2030, esta iniciativa se desarrollará en septiembre en 68 centros de la provincia de Pontevedra, 48 en la de A Coruña, 12 en la de Lugo y 10 en la de Ourense.