Polos creativos, la apuesta STEM gallega al estilo de las bibliotecas escolares

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Los estudiantes de los 20 centros que han desarrollado polos creativos este curso como experiencia piloto presentaron sus proyectos esta semana en Santiago
Los estudiantes de los 20 centros que han desarrollado polos creativos este curso como experiencia piloto presentaron sus proyectos esta semana en Santiago Sandra Alonso

La primera convocatoria está abierta a 220 centros públicos de primaria, ESO y bachillerato

28 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería de Educación ha abierto el plazo para que los centros pidan un polo creativo, un espacio STEM que nace con la misma vocación de las bibliotecas escolares. En la primera edición de estos espacios maker se convocan 220 plazas para centros públicos de primaria, ESO y bachillerato, lo que supone que uno de cada cuatro centros educativos tendrá el próximo septiembre es recurso.

¿Qué es un polo creativo? Un espacio con todo tipo de recursos para desarrollar las competencias digitales de los estudiantes. Desde el mobiliario, con mesas abatibles y portátiles, mesas poligonales para el trabajo en grupo, sillas con ruedas, asientos modulares o bancos de trabajo, hasta el material para grabar vídeos (cámaras, trípodes, mesas de grabación, soportes para tabletas, cromas, focos..) o disfrutarlos (gafas de realidad virtual, tabletas...). Y por supuesto, material para programación (kits básicos, robots programables, placas, sensores, domótica, circuitos...) y hasta máquinas de coser para los e-textiles y para la construcción (sistemas de aspiración, placas de inducción, plastificadoras, pistolas de aire caliente y de pegamento termofusible, lijadoras, caladoras, plotters de corte, máquinas de chapa, impresoras 3D, juegos de construcción)

Pero si la dotación es innovadora, más lo es el espíritu de este espacio. El objetivo es que funcione igual que las bibliotecas escolares, uno de los grandes éxitos de la educación gallega, que han generalizado la lectura en los centros educativos y se han convertido en un espacio para disfrutar y compartir, un lugar por donde pasan todos los alumnos y que impulsan proyectos a nivel de centro educativo. Porque además de aprender tecnología, matemáticas, ciencias o ingeniería (las siglas de STEM en inglés), los polos creativos buscan fomentar el pensamiento crítico, la resolución de problemas, el trabajo en equipo, la creatividad y la capacidad analítica de unos jóvenes llamados a vivir en un mundo cada vez más digitalizado e interconectado.

Con un presupuesto de 8 millones e incluido en la Estratexia Educación Dixital 2030 el programa de Polos Creativos pone a disposición de los centros más de 23.000 unidades de material especializado. Para adherirse a la iniciativa, que no tiene por el momento fecha tope de inscripción, los centros deben presentar un proyecto a dos años vista con una propuesta de actividades. Y como ocurre con las bibliotecas, y que es un pilar de su éxito, los docentes contarán con el apoyo y asesoramiento de técnicos de la consellería, y los CFR tendrán un Polo Creativo Demostrador que formará de manera continuada a los profesores y tendrá un coordinador.