Las universidades gallegas deberán acabar con los grados de baja demanda en el 2023

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

EDUCACIÓN

Imagen de archivo de la escuela politécnica superior de la USC en Lugo, dentro del Campus Terra, donde se imparten las ingenierías Forestal, Civil y Agrícola
Imagen de archivo de la escuela politécnica superior de la USC en Lugo, dentro del Campus Terra, donde se imparten las ingenierías Forestal, Civil y Agrícola ALBERTO LÓPEZ

Se exponen a perder fondos del nuevo plan de financiación de la Xunta si no acometen ajustes en esas titulaciones

27 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En Galicia hay una veintena de titulaciones repetidas en distintos campus, algunas hasta ocho veces, como Enfermería o Administración e Dirección de Empresas (ADE). Los grados de Educación Infantil y Educación Primaria se imparten en seis facultades, y Relacións Laborais, por ejemplo, en cinco. Incluso hay ingenierías, como la Informática, con una oferta triple en el sistema universitario gallego. Pero más que la duplicidad de títulos a la Xunta le preocupa la baja demanda que tienen algunas carreras que son similares en la comunidad. Y pone ejemplos concretos: seis grados del área de ingeniería que no llegan a los niveles mínimos de demanda fijados por la normativa autonómica, 45 o 50 alumnos de nuevo ingreso, en función del campus.

Estas titulaciones son Enxeñaría Agraria en la Universidade de Vigo y Enxeñaría Agrícola e Agroalimentaria en la USC; Forestal en la UVigo y Forestal e Xestión do Medio Natural en la USC; y finalmente Enxeñaría Civil en la USC y Enxeñaría de Obras Públicas en la UDC. Las seis deben poner en marcha fórmulas de colaboración para racionalizar una oferta que se duplica dentro de un solo sistema universitario gallego.

De ello dependerá parte de los fondos que las universidades reciban a partir del 2023. El plan de financiación 2022-2026 recoge una partida denominada subfondo de estabilidad financiera, eficiencia y mejora estratégica, cuyos recursos se asignarán si se cumplen unos criterios. En el 2022 se repartirá la totalidad del dinero, pero a partir del 2023, la universidad que no cumpla alguno de los criterios se quedará sin esa parte. Uno de estos indicadores es la optimización de la oferta docente, que obligará a extinguir titulaciones multiplicadas con baja demanda; transformar carreras con oferta multiplicada y baja demanda en nuevos grado interuniversitarios; o finalmente extinguir otras carreras con poco alumnado, aunque no estén duplicadas.

El objetivo es acabar con la baja demanda, no con las carreras repetidas. Porque que un título esté duplicado no quiere decir que no tenga demanda. El ejemplo más claro es el de Enfermería: ocho títulos en Galicia y todos con lista de espera y elevadas notas de corte.

El plan de financiación universitaria, aprobado ya por el Consello de la Xunta y que recoge una aportación de 3.208 millones de fondos públicos en cinco años —más de 2.400 directamente del plan y 720 en captación de recursos—, realiza una advertencia también sobre los llamados «dobles grados», que en realidad se denominan programas de simultaneidad de grados. Estos títulos, muy demandados porque ofertan pocas plazas, permiten a los estudiantes cursar al mismo tiempo dos titulaciones con una adaptación horaria y conseguir por lo tanto dos títulos. Pero, al igual que en el resto de España, se han multiplicado de forma «acelerada», por lo que la Consellería de Educación pide racionalizar la oferta «co obxecto de non desvirtuar a inicial finalidade de captación de alumnado excelente».

En el curso 2012-2013 solo la Universidade de A Coruña tenía este modelo de estudios con dos programas simultáneos, pero en el 2019 había ya 18. La Xunta pone el foco en la USC, que en este período ha creado nueve dobles grados. Estos títulos suelen presentar una demanda muy elevada, y precisamente dos ejemplos están en la Universidade de Santiago, Matemáticas y Físicas, que este curso cerró sus puertas con una nota de corte de 13,6; y Enxeñaría Informática y Matemáticas, cuyo último alumno accedió con una media de 13,51.

Las directrices del plan de financiación

Reducir la docencia presencial y las investigaciones menos eficientes

El nuevo plan de financiación universitaria 2022-26 se basa en cuatro principios: estabilidad financiera, suficiencia, eficiencia y equidad institucional. La eficiencia pretende asignar recursos en función de los resultados obtenidos en las distintas actividades de las universidades: docencia, investigación y transferencia. Uno de estos objetivos es racionalizar la oferta de grados, pero hay más. Por ejemplo, reducir la carga docente presencial, muy superior a la de otros países y que dificulta la adaptación a una enseñanza más activa. También, recoge el documento, es preciso disminuir el porcentaje de investigaciones cuyos costes indirectos son muy superiores a los resultados potenciales a obtener.