El Gobierno propone un bachillerato mucho más flexible

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Aula de segundo de bachillerato en el IES Castro Alobre de Vilagarcía
Aula de segundo de bachillerato en el IES Castro Alobre de Vilagarcía Martina Miser

La etapa se puede hacer en tres años; no hay que repetir las materias de segundo que se hayan aprobado y es posible tener el título con una suspensa. Además, amplía las modalidades de bachillerato con mayor oferta de materias

16 nov 2021 . Actualizado a las 18:14 h.

El borrador del currículo de bachillerato que el Ministerio de Educación y FP hizo llegar a las comunidades autónomas esta semana incide en dos de los aspectos más novedosos de la etapa: ahora se podrá cursar en tres años, y no habrá que repetir las materias ya aprobadas en segundo. Son dos cosas ligeramente distintas.

Por una parte, pueden hacer todas las materias del bachillerato en tres años aquellos estudiantes que cumplan una serie de requisitos: que cursen la etapa de manera simultánea a las enseñanzas profesionales de música; que acrediten la consideración de deportista de alto nivel o de alto rendimiento; quienes requieran una atención educativa diferente a la ordinaria por presentar alguna necesidad específica de apoyo educativo (NEAE); o quienes aleguen otras circunstancias que, a juicio de la correspondiente administración educativa, justifiquen la aplicación de la medida.

Para el resto, no cambia la normativa actual de promoción de primero, es decir, un alumno solo puede pasar a segundo de bachillerato con dos suspensos de primero o menos. Eso sí, una vez en el curso final de la etapa, ese alumno puede repetir segundo sin tener que hacer todas las asignaturas, solo aquellas que ha suspendido. Esta opción tiene pros y contras, sobre todo para quienes quieran ir a selectividad (ABAU). Por ejemplo: un estudiante suspende en segundo Matemáticas II, Física e Inglés; al año siguiente no tiene que volver a repetir todo segundo, y solo ha de matricularse de las tres suspensas. El problema es que al no tener que preparar Lengua, Lingua, Historia de España o Historia de la Filosofía cuando llegue a la selectividad se habrá pasado un curso entero sin ver esas materias que sí le van a entrar en el examen de acceso a la universidad. Tal vez puede ir de oyente a las clases, sin la presión de los exámenes, pero según muchos profesores esa opción exige mucha disciplina por parte del alumno.

En cambio, tiene ventajas para dos perfiles de estudiantes. Por una parte, para aquellos que no van ir a selectividad, porque opten por las enseñanzas artísticas o de FP; con este sistema tienen mejores perspectivas para sacar el curso matriculándose de menos materias. Otro grupo es el alumno que sabiendo que no podrá sacar todo el curso en un año, se centre al principio en las materias que no vayan a selectividad, y así solo repetirá las cinco o seis asignaturas exigidas para entrar en la universidad, y al centrarse en ellas tendrá más posibilidades de aprobar la ABAU.

Titular con una suspensa 

Hay que tener en cuenta que el objetivo del Ministerio de Educación y FP con este sistema de bachillerato en tres años es evitar que el joven tire la toalla y abandone los estudios, de ahí lo interesante de poder fraccionar el último año. En cualquier caso, los alumnos tienen cuatro años para cursar el bachillerato, y estos años pueden ser consecutivos o no.

Algo parecido ocurre con la segunda gran novedad que tiene la Lomloe en la promoción del bachillerato: se podrá tener el título y acceder a la selectividad con una asignatura suspensa, al estilo de la universidad. No significa, al menos sobre el papel, que el estudiante puede «dejar» una asignatura desde septiembre, ya que para poder titular el estudiante debe cumplir varios requisitos: haber alcanzado los objetivos y competencias adecuados de la etapa; asistir a clase de manera continuada y con ausencias justificadas; haber acudido a todos los exámenes de la asignatura en cuestión; haber entregado todas las prácticas, actividades y exigencias de la materia; y tener una media en las calificaciones totales igual o superior a 5 (la calificación final será la media de todas las asignaturas, incluida la de la materia suspensa).

Por lo demás, en el currículo se contemplan otras de las novedades más conocidas en el bachillerato. Habrá una modalidad más, por lo que serán cuatro con una subdivisión: Ciencias y Tecnología, el de ciencias habitual, y en este grupo los alumnos pueden escoger entre dos asignaturas de matemáticas, Matemáticas II (las que son hoy obligatorias) y Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales (con más estadística y aconsejables para los estudiantes de ciencias sanitarias); Humanidades y Ciencias Sociales, con la división entre Latín y Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales según la rama deseada; el nuevo bachillerato general; y el de Arte, que a su vez se va a dividir en Artes Plásticas, Imagen y Diseño por una parte (con Dibujo Artístico como materia obligatoria), y la otra a Música y Artes Escénicas (y los alumnos podrán elegir como obligatoria entre análisis Musical y Artes Escénicas).

Según la ley, los centros ofrecerán todas las materias y vías, y solo se podrá limitar la elección cuando haya un número insuficiente de alumnos. En ese caso, las administraciones educativas facilitarán que el alumno estudie a distancia la materia que quiere o en otro centro escolar.