Las estudiantes de Santiago a las que se les cayó el techo solicitan ayuda para encontrar nuevo piso

Cinthya Martínez Lorenzo
cinthya martínez SANTIAGO / LA VOZ

EDUCACIÓN

PACO RODRÍGUEZ

La inmobiliaria Corbi defiende su «rápida actuación» ante el problema y que «la amabilidad y simpatía es algo subjetivo»

21 oct 2021 . Actualizado a las 17:12 h.

El calvario de Paula López y Andrea Blanco sigue días después de que casi les cayese el techo de su piso encima. Ahora mismo se encuentran viviendo temporalmente en la residencia universitaria Burgo das Nacións, después de que el vicerrector se pusiera en contacto con ellas. «A USC foi moi amable con nós e estamos moi agradecidas», declara Andrea Blanco. Sin embargo, la solución es temporal. Estas dos jóvenes de Muros se encuentran ahora sin un alojamiento para lo queda de curso, y solicitan ayuda para poder conseguirlo, «porque a estas alturas do curso é moi complicado encontrar algo».

Aunque al principio preferían no desvelar el nombre de la agencia a través de la cual tenían arrendado el piso, una serie de acontecimientos que ellas consideran «pouco profesionais» han desencadenado la revelación de la misma. «Pedíronnos desculpas porque fomos cas nosas nais, senón non o farían», asegura Paula. Añade que el personal de Corbi les trasladó que eran comentarios para «quitar hierro al asunto» pero ellas objetan que no eran las maneras de hacerlo. «Se fora el o que estivera debaixo dubido moito que lle fixera graza que eu lle dixera que solo ía a ser un chichón», sentencia Paula.

XOAN A. SOLER

Después de que unos operarios retirasen los escombros, la agencia les dijo a las jóvenes que el seguro contratado por la propietaria del inmueble, residente en Venezuela, no cubre una obra de tal calibre. Como solución, se les devolverá las dos mensualidades que han pagado este curso académico y la fianza. «A axencia non se presentou nin a ver o estado do piso despois do incidente», comenta Andrea. Y añade: «Eles din que non facía falta, que xa o viron nos vídeos que había colgados en Internet».

Por su parte, la propietaria de la inmobiliaria Corbi, Mercedes Corbillón, reconoce que esto último es cierto, «pero porque nosotros tampoco íbamos a solucionar nada presentándonos allí». Defiende su «rápida y profesional actuación» ante el problema, enviando unos operarios a retirar los escombros el mismo día en el que conocieron lo que había sucedido. Sobre los comentarios negativos que las jóvenes dicen haber recibido, la propietaria de Corbi confiesa que ella no estaba presente en la mañana que sucedieron los hechos. Recalca que «la amabilidad y simpatía es algo subjetivo», si bien niega rotundamente que tanto ella como los trabajadores de la agencia no traten bien a sus clientes. Explica que su labor se centra en intermediar entre los propietarios y arrendatarios, y que «ya después cada uno decide si somos o no simpáticos». Sobre la reparación del piso, revela que la dueña seguramente no pueda permitirse la reforma: «Hay que tener en cuenta que este inmueble es de una pequeña propietaria, no de un fondo buitre».

«Que non digan que houbo rapidez e solucións porque estamos igual que o día que pasou, viñeron a retirar os escombros e listo», replica Paula. Las jóvenes dicen estar en contacto con el Instituto Galego de Consumo y que su círculo cercano les recomienda tomar vías legales en el asunto. Según Paula, no lo descartan: «Consumo estanos confirmando o que xa pensabamos, que iso non podería ser así e que a axencia debería proporcionarnos alternativas». Además, se muestran preocupadas porque los albañiles que accedieron a la vivienda les trasladaron la existencia de materiales altamente tóxicos y cancerígenos en las paredes de la misma. Uno de ellos, el amianto. «Nós levamos tres anos vivindo nese piso, respirando todo iso, e sen sabelo», lamenta Andrea.