Arranca el tercer curso de la pandemia con 9.000 alumnos menos que antes del covid

Paula Méndez / R. S.

EDUCACIÓN

Profesora del CEIP Novo Mesoiro (A Coruña) prepara el aula para la vuelta de los alumnos y alumnas a clase este lunes
Profesora del CEIP Novo Mesoiro (A Coruña) prepara el aula para la vuelta de los alumnos y alumnas a clase este lunes CESAR QUIAN

Asociaciones de madres y padres, profesores y directores piden que se mantenga todo el aumento de profesorado

05 sep 2021 . Actualizado a las 14:01 h.

La cuenta atrás para el inicio del curso escolar 2021/22 está a punto de llegar a su fin. El jueves, 187.624 alumnos y alumnas de infantil, primaria y educación especial comienzan el curso. Esto supone un descenso de 4.832 escolares (3.363 de ellos en centros públicos) frente al año pasado y casi 10.00 menos (9.180) respecto al curso 2019/2020, último anterior a la llegada del covid-19.

Primaria, con un total de 130.774 estudiantes, registra la principal caída de matrículas con 5.392 estudiantes menos que antes de la pandemia y 2.482 que el año pasado, mientras que infantil acoge a 55.698 niños y niñas, 3.829 menos que en el curso iniciado el 2019 y 2.356 que en el 2020. Educación especial es la única enseñanza que presenta una subida del alumnado, con 1.152 matriculados, 41 más que hace dos cursos y seis más respecto al anterior.

Ahora, el tercer curso con pandemia comienza con un 96 % del cuerpo docente y administrativo vacunado y la relajación de algunas medidas. «Los datos de contagios durante el año pasado en centros gallegos demuestran el éxito de la rigidez de las medidas», cuenta Isabel Ruso, presidenta de asociación de directores de institutos de Galicia. «Claro que debemos transmitir a los alumnos esperanza e ilusión, sobre todo pensando en lo rápido que se ha avanzado en la consecución de vacunas efectivas, pero la sociedad se está relajando y lo correcto es permanecer prudentes», añade.

Actualmente, la principal preocupación tiene nombre propio. Se llama Delta, y es la variante india del coronavirus, cepa que actualmente impera entre los contagios en España y el resto de Europa. «El Ministerio y la Consellería trabajan con un protocolo del mes de junio, lo cual carece de sentido cuando estamos ante una variante nueva y se debería de haber hecho alguna que otra modificación», apunta Julio Díaz, presidente de ANPE (Asociación Nacional de Profesores de la Enseñanza) en Galicia.

La más solicitada es retirar la reducción de la distancia de seguridad en las aulas de educación secundaria en adelante, que pasará de 1,5 metros a 1,2. Colectivos de padres y profesores critican que la única utilidad detrás de esta medida es el incremento de alumnos por clase y, como consecuencia, la no contratación del profesorado extra o, al menos, parte del mismo, pues puede darse el caso de aulas demasiado pequeñas donde aún sea necesaria la división de los grupos y, por ende, más docentes.

«Nadie entiende que, cuánto más contagiosa es la variante, más juntos ponemos a los niños», incide Díaz, a lo que Fernando Lacaci, presidente presidente de la Confederación de ANPAS Galegas, añade que «non ten sentido que a distancia de 1,2 metros entre pupitres considérese óptima á vez que noutra parte do protocolo pon que 2 metros de distancia equivale a contacto estreito».

Donde sí deberá mantenerse, en todos los niveles educativos, la distancia interpersonal de metro y medio será en zonas comunes, como pasillos y bibliotecas, y en el recreo, aunque en infantil este descanso se llevará a cabo por turnos para evitar coincidencias de grupos y extremar precauciones. En la misma línea, con el objetivo de evitar aglomeraciones, la entrada a los centros serán diferentes según las etapas educativas o, en caso de no haber varias vías de acceso disponibles, se establecerán distintos horarios para realizar entradas y salidas escalonadas.

La mascarilla continúa siendo el principal escudo de protección personal. Su uso será obligatorio, excepto en el momento de comer, y habrá que llevar una de recambio en el estuche. En lo que refiere al suministro de material sanitario, desde la ANPE piden que se centralice y que sea la Consellería de Educación la que lo distribuya. «No debe recaer sobre el presupuesto de los centros educativos. El conselleiro nos dijo que darían una primera remesa de 200.000 mascarillas y que luego habría otra a mediados de curso, pero a partir de ahí nos toca buscarnos la vida», argumenta Díaz.

Los centros están preparados para afrontar un nuevo curso de estas características, «pero solo si tenemos medios y profesorado», apunta el presidente de ANPE. Durante la pandemia, todos coinciden, la reducción del ratio de alumnos por aula fue lo único que hizo que el nivel educativo no solo no bajase, sino que fuera a mejor. En este sentido, Isabel Ruso recuerda que se trata de una reclamación «ajena a la pandemia que siempre se ha pedido por parte de los centros» y que mientras que ahora «lo que se ha hecho ha sido acomodar el hueco para garantizar la distancia, pedir la reducción del número de alumnos por aula es algo a reclamar en cualquier momento».

El dilema de la ventilación: frío en las aulas, pero un método clave de prevención

Una de las aristas fundamentales del protocolo establece que las puertas y ventanas de las aulas deberán estar siempre abiertas, además de 15 minutos antes y después de la jornada escolar. Se trata de una medida polémica, en tanto que ya es sabido que es necesaria, pero no se puede pasar por alto el mal trago que vivieron alumnos y alumnas de las zonas más frías.

«Propusimos a la Consellería que poner medidores de CO2 y hacer un protocolo de ventilación específico para determinados tipos de centros», expone Julio Díaz.

Padres, madres y directores coinciden en que ahora mismo es momento de priorizar la sanidad sobre cualquier otra cosa. «Isto é un problema onde non hai unha solución boa. Se algo está demostrado agora mesmo é que, mentres que o protocolo mantén a limpeza de utensilios ou mesas cando a literatura científica ha demostrado que o contaxio por superficie é ínfimo, si que nos están dicindo que onde realmente está a transmisión é nas áreas non ventiladas. Por tanto, é fundamental que exista unha ventilación perfecta», argumenta Fernando Lacaci.

«Desde los centros debemos intentar poner de nuestra parte, por ejemplo, no sentando a los chavales en las corrientes de aire», añade Isabel Ruso.