Repasos y nervios de última hora
Entre sus alumnos está Jorge Baltar, de 24 años, que el miércoles 23 se estrenará en su primer examen de oposición. «Empecei a preparalas o ano pasado, pero canceláronse. Non foi moito pau, porque era consciente de que a primeira vez non ía facer un gran exame, pero si perdín a oportunidade de meterme nas listas para sustitucións», recuerda. Sin opción de trabajar en centros públicos este curso, él dedicó los últimos meses de manera íntegra a preparar las pruebas, con una media de seis horas diarias de estudio. Ahora, con el examen tocando a su puerta, sigue dedicándole el mismo tiempo, pero centrado en repasar. «Acabei de mirar todo en maio, e agora reviso uns cinco temas ao día», dice. Intenta tomárselo con calma, pero reconoce que últimamente tiene las emociones a flor de piel. «Hai estrés, hai. O mesmo ris, que choras, que volves rir, que te enfadas...», cuenta con una sonrisa. «Nesta recta final estou bastante nervioso, pero a miña familia, os meus amigos e o meu preparador motívanme moito porque me ven con posibilidades», reconoce también Manuel Carril.
Con algo más de calma lo lleva Hilario Pérez. Tiene 32 años, se graduó en Comunicación Audiovisual y opta por primera vez a una plaza de profesor de Xeografía e Historia. Su decisión de opositar tiene que ver con su otra vocación, el arte. Con el nombre de Lázaro Louzao ha dirigido tres cortometrajes y un largo, y ha protagonizado varias exposiciones de fotografía. «Vivir só da arte é moi difícil, así que decidín tentar un traballo que me permita compaxinalo coa miña carreira artística. Os horarios da docencia facilítano», argumenta. Y aunque no espera sacar plaza al primer intento, por si acaso, dedica estos últimos días antes del examen del domingo a repasar. «Céntrome en revisar detalles dos temas que máis me gustan e que mellor levo, por se por un milagre caen eses. Levar preparado o temario ao cen por cen é imposible».