¿Cuánto aprendizaje han perdido los niños en la pandemia?

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Miguel Souto

No ha habido evaluaciones de diagnóstico ni en España ni a nivel gallego, pero un estudio inglés dice que sus alumnos de 1.º de ESO tienen un retraso de 22 meses

12 ene 2021 . Actualizado a las 19:07 h.

Regresa la actividad lectiva y ya en algunos puntos del país -como Extremadura- se ha decidido imponer un confinamiento escolar a partir de 1.º de ESO para evitar contagios, más allá de los cierres puntuales por la nieve de estos días. Los datos apuntan a que esta medida, la de quedarse en casa, es muy negativa para el aprendizaje de los estudiantes y, por tanto, debe ser el último recurso de la Administración.

En el conjunto de España no ha habido evaluación diagnóstica en septiembre, por lo que no hay datos sobre cómo ha repercutido en el aprendizaje de los alumnos estar un trimestre confinados. Tampoco en Galicia se realizó esta prueba, a pesar de lo interesante que podría haber sido. Pero en otros lugares sí hay estudios, parciales, de cómo se ha evolucionado en el aprendizaje, y la respuesta no es halagüeña: en los países ricos de Europa ha caído el rendimiento escolar, y es de suponer que en los entornos menos favorecidos los problemas sean mayores. 

Un dato relevante es el obtenido en Reino Unido, donde se ha detectado un retraso de 22 meses en la escritura de los alumnos del año 7 (equivalente a 1.º de ESO). Según la auditoría educativa No more marketing, una prueba de escritura hecha a más de 112.000 alumnos de ese curso el pasado septiembre dio una puntuación de 533, la misma que tuvieron en noviembre del año 2019 unos 33.000 estudiantes dos años más pequeños. Curiosamente, en marzo del 2020, justo antes del confinamiento, habían hecho una prueba a 28.000 alumnos del año 6 y el resultado había sido de 550 puntos.

Aumenta la desigualdad

En Lovaina (Bélgica), la universidad evaluó «los efectos del cierre de escuelas a partir de pruebas estandarizadas en el último año de la escuela primaria en las escuelas flamencas de Bélgica». Los datos se comparan con una horquilla de cinco cursos, y vieron que los alumnos del 2020 experimentaron una caída generalizada de las puntuaciones medias, pero sobre todo observaron que «la desigualdad dentro de las escuelas aumentó un 17% en matemáticas y un 20% en holandés; la desigualdad entre escuelas aumenta un 7% en matemáticas y un 18% en holandés». Las escuelas con una población estudiantil más desfavorecida experimentan mayores pérdidas de aprendizaje.

Por su parte, una investigación de la Universidad de Ámsterdam, en los Países Bajos, sobre una muestra de 1.318 niños en educación primaria y secundaria arrojó una tendencia que se repite: hay «marcadas diferencias entre grupos sociales. Mientras que para todos los padres es importante que sus hijos se mantengan al día con el trabajo escolar, los niños de entornos privilegiados reciben mucho más apoyo de los padres y tienen más recursos (por ejemplo, un ordenador propio) para estudiar desde casa. Las diferencias en el apoyo de los padres se deben a la capacidad de ayudar: los padres con un título de educación superior se sienten más capaces de ayudar a sus hijos con el trabajo escolar que los padres con menor nivel educativo. Los padres también informan que las escuelas brindan una educación a distancia más extensa para los niños en la vía académica en la educación secundaria que para los niños en la vía preprofesional». Y finalmente, «existe una clara brecha de género: los padres se sienten mucho más capaces de ayudar a sus hijas que a sus hijos». Para el autor, el profesor de Sociología Thijs Bol, «estos hallazgos iniciales proporcionan indicaciones claras de que es probable que el cierre de escuelas en los Países Bajos tenga fuertes efectos sobre la desigualdad en las oportunidades educativas».

Matemáticas, una evaluación peor

En Estados Unidos se han realizado muchos estudios. Uno de ellos es de NWEA, una asociación de docentes centrada en la evaluación y análisis de las didácticas. Según su informe, en otoño del 2020, los estudiantes de 3.º a 8.º (de 3.º de primaria a 2.º de ESO en España), no mostraron cambios en lectura pero sí perdieron entre 5 y 10 puntos porcentuales en matemáticas. Los mayores tuvieron mejor resultado del esperado por la propia NWEA.

Un estudio de investigadores de la Universidad de Múnich estableció también que la pandemia no solo perjudicó más a los alumnos socioeconómicamente vulnerables, sino también a los de bajo rendimiento en general, más allá de la situación familiar. «Los cierres de escuelas tuvieron un gran impacto negativo en el tiempo de aprendizaje en promedio. En general, el tiempo de aprendizaje de los estudiantes se redujo a más de la mitad de 7,4 horas por día antes de los cierres a 3,6 horas durante los cierres». Pero en el caso de los de bajo rendimiento, esas 3,6 horas realmente eran 3,4, frente a las 3,9 de los estudiantes de alto rendimiento.

Frente a esto, investigadores del Banco Mundial proponen tres grandes líneas de actuación:

  1. Implementar programas de recuperación del aprendizaje. Hay diferentes formas de hacerlo. Por ejemplo, en el Banco Mundial proponen programas de apoyo de 12 semanas que compensen de tres a cinco meses de escolaridad normal (un estudio hecho a partir de 96 experiencias así lo prueba), como diseñó la Education Endowment Foundation británica y que en España era el antiguo programa PROA, eliminado con los recortes del 2012; esta idea pospandemia se ha «españolizado» y cuantificado por parte de un equipo de expertos de la Universidad Rey Juan Carlos, con Ismael Sanz a la cabeza, y el Gobierno español la ha incluido en los Presupuestos con una partida de 170 millones de euros (la mitad del coste previsto por los técnicos). También el Banco Mundial cita el caso de Italia, donde los alumnos de secundaria que recibieron tres horas de tutoría en línea a la semana vieron un aumento del casi 5% en su rendimiento en matemáticas, inglés e italiano. Reino Unido anunció 1.000 millones de libras para que las familias más vulnerables refuercen el aprendizaje de sus hijos.
  2. Proteger el presupuesto educativo. Los recortes, dicen, pueden poner en peligro los avances que se han logrado en los últimos años en términos de acceso a la educación. Hay que ser especialmente cuidadoso con los recursos a los alumnos vulnerables y las escuelas con mayores porcentajes de estos (sobre todo en dotación de dispositivos y redes).
  3. Prepararse para futuras crisis. Las escuelas deberían estar mejor preparadas para cambiar fácilmente entre el aprendizaje presencial y a distancia según sea necesario, con planes de estudio flexibles que se puedan impartir en persona o en línea. Además, los maestros deben manejar mejor los dispositivos y para eso necesitan cursos de habilidades digitales.