El Congreso aprueba la Lomloe, la ley Celaá

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

La ministra de Educación, Isabel Celaá, en su escaño del Congreso
La ministra de Educación, Isabel Celaá, en su escaño del Congreso Mariscal | EFE

La normativa sale adelante con 177 votos a favor, 148 en contra y 17 abstenciones

19 nov 2020 . Actualizado a las 19:05 h.

El Congreso de los Diputados acaba de aprobar de forma inicial la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (Lomloe), conocida como ley Celaá, y lo hace con una votación ajustada aunque con la holgura de las abstenciones: 177 votos de apoyo (uno más del necesario) y 148 en contra ( PP, Cs y Vox, CC, la CUP, el cántabro PCR y UPN), además de 17 abstenciones, entre ellas la del BNG.

No ha habido novedades en las intervenciones en el debate de la Lomloe, que está ya en el pleno del Congreso para su aprobación inicial; el primer paso ha sido aceptar el dictamen de la comisión de Educación (una votación que se hará al final de la jornada). Hubo anuncio de abstenciones, pocas, como la de Tomás Guitarte (de Teruel Existe, quien agradeció el esfuerzo por la escuela rural en el articulado) o Albert Botran (CUP), pero sobre todo mucha polarización. Lo que dijo José María Mazón (PRC cántabro) de que la enmienda de la lengua generaba un conflicto innecesario («un paso más hacia la independencia», comentó), lo redondeó Sergio Sayas (UPN) calificando la Lomloe como una «ley de sectarismo» y un ataque a lo individual, además de un «un pago al radicalismo» y lo completaron Ciudadanos, PP y Vox con sus apreciaciones. Marta Martín (Cs) dijo que se politizaba la inspección, se mercadeaba con Bildu, ERC y el PNV, y anunció recursos ante la Comisión Europea y el Tribunal Constitucional por «todos los atropellos de una ley que es una auténtica barbaridad». Joaquín Robles (Vox) habló de «culminación de la degeneración» comenzada por la Logse, de una «exaltación confusa de la identidad sexual».

En frente, el PSOE defendiendo la ley como una derogación de la Lomce, y Unidas Podemos sacando pecho porque «la Lomloe entró como una ley de un ejecutivo monocolor y sale como norma de un gobierno de coalición», en palabras de Javier Sánchez.

«¿Esta ley es nuestra ley? No ¿Es mejor de lo que había? Sí»

Y en medio, islas que, reconociendo que la ley no es la suya y que seguramente durará lo que dure el gobierno socialista, al menos elimina la Lomce del BOE; lo resumió Montserrat Bassa (ERC): «¿Esta ley es nuestra ley? No ¿Es mejor de lo que había? Sí». Más o menos lo que dijo Néstor Rego (BNG), que anunció la abstención de su grupo porque la Lomloe «es insuficiente para dar un aprobado»; el nacionalista reconoció que sus enmiendas (cien) no fueron escuchadas y que iban sobre reforzar la enseñanza pública, la prohibición de segregar por sexo, la eliminación de la Religión como asignatura, la ampliación de las competencias de las comunidades autónomas, la reducción de las ratios o las mejoras de las condiciones de los docentes.

«Todos los que estamos aquí sabemos que el problema de nuestro sistema educativo no es ni la religión ni la lengua»

La diputada de Equo Inés Sabanés tal vez fue la que puso el dedo en la llaga al decir que «en España, cada vez que hablamos de educación acabamos hablando de religión y lengua, cuando todos los que estamos aquí sabemos que el problema de nuestro sistema educativo no es ni la religión ni la lengua» sino «los recortes, el fracaso escolar y la falta de recursos para combatirlo», y se preguntó «por qué con las mismas capacidades, los alumnos de familias con menos capacidad económica repiten 4 veces más que los de familias con mayor capacidad».

«El debate trasciende lo educativo»

Sobre los principales partidos, Sandra Moneo (PP) hizo bueno su arranque —en el que decía que «el debate trasciende lo educativo»— y habló de que la norma «anula la individualidad ante la colectividad» e impone «el igualitarismo como mediocridad», «el monopolio estatal docente» y «un genocidio lingüístico». Que la Lomloe nace con «ánimo de confrontación», «certifica la ruptura del PSOE con la Constitución» y que «los socialistas han perdido su noción de partido de Estado por mantenerse en el poder». Anunció que en las comunidades donde gobiernan harán lo que puedan para mitigar la ley.

«Es un relato ficticio que vamos a acabar con el castellano»

Martínez Seijo (PSOE) dedicó parte de su tiempo a desvelar «las mentiras» de la oposición de derechas: «Es un relato ficticio que vamos a acabar con el castellano», que está «triplemente garantizado», «los centros de educación especial no se van a cerrar» y «no se eliminan las oposiciones a la Inspección», para añadir que para la derecha «la libertad es solo para esos que tienen recursos».También recordó que un día histórico porque se va a «derogar la Lomce, un compromiso adquirido en 2013 por diez formaciones políticas, algunas de las cuales no han cumplido su palabra» y citó específicamente a Miquel (CiU hace siete años), Oramas (Coalicion Canaria) y Rego (BNG). 

Con gritos insistentes de «¡libertad!» en la bancada conservadora se terminó este primer debate en el que la educación no fue el único tema.