Las familias se plantean dejar de gestionar comedores tras las instrucciones de la Xunta

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Foto de archivo de un comedor escolar. Con la normativa de la Xunta, esta imagen será imposible porque hay dos alumnos enfrentados a menos de 1,5 metros de distancia
Foto de archivo de un comedor escolar. Con la normativa de la Xunta, esta imagen será imposible porque hay dos alumnos enfrentados a menos de 1,5 metros de distancia MARTINA MISER

Advierten que la exigencia de un metro y medio entre alumnos hace inviable prestar el servicio. «Non podemos decidir nós que familias teñen servizo e cales non», dice Rogelio Carballo

16 jul 2020 . Actualizado a las 17:45 h.

Las asociaciones de familias de la escuela pública gallega integradas en Confapa (Ceapa Galicia) estudian abandonar la gestión de los comedores escolares tras leer el borrador con las instrucciones para el próximo curso. Las críticas del colectivo son muy duras hacia un documento que no aplica la legislación gallega sobre la nueva normalidad y «despreza» el papel de las familias en los centros educativos.

El presidente del colectivo, Rogelio Carballo, explicó que «ao menos en Pontevedra e Vigo temos pensado deixar de ofrecer o servizo de madrugadores, comedor e extraescolares para o vindeiro ano». El motivo son las restricciones que limitan las actividades para estos complemento de la conciliación mientras que «nas aulas o resolven todo con máscaras». Mantener distancias de metro y medio en la zona de comedor hace inviable ofrecer el servicio: «Queda o aforo na terceira parte, e se teño que desdoblar espazos necesito monitores —detalla Carballo— polo que o coste repercutirá nas familias». Pero no se trata solo de dinero: «Nós non podemos responsabilizarnos dun contaxio ou elixir que familias teñen servizo e cales non».

La falta de conciliación, dice el presidente de Confapa, es un ataque a la escuela pública: «Os centros privados e concertados adaptarán a normativa a os seus intereses».

Y subraya una inconsistencia más: «Na normativa publicada no DOG coa nova normalidade en Galicia nos esixe nas actividades deste verán que fagamos aulas burbulla de 15 rapaces cun monitor, pero eles, na consellería deciden que poden ser 25 ou 30 ou os rapaces que sexan xuntos».

Ninguneo a las familias

Pero no solo son las «incongruencia» de las instrucciones lo que les molesta. Que haya un equipo creado al margen del consejo escolar para tomar medidas que afectan al centro —el equipo covid, formado por director y dos docentes— sin contar con las familias, va contra toda la normativa existente, incluso el artículo 27 de la Constitución, apunta Carballo. Este ninguneo a las familias, dice, ha quedado patente esta semana: «Cando dan a coñecer as instrucións dous días despois das eleccións e as familias o sabemos, literalmente, pola prensa».

La Consellería de Educación ha diseñado un curso que posiblemente no supondrá desdobles de aulas. Por una parte, los alumnos de infantil y primaria estarán en clase de hasta 25 estudiantes (la ratio actual) sin mascarilla ni distancia de seguridad, aunque sin mezclarse con otros grupos (lo que se conoce como aula burbuja); los de ESO, bachillerato y FP podrán sentarse sin mascarilla siempre que haya un metro de distancia entre sillas que miren todas hacia el mismo sentido, y si no se puede usarán mascarilla como alternativa.

Por su parte, Anpas Galegas, la otra confederación de familias de la escuela pública, también rechaza el documento, para cuya redacción «non se tivo en absoluto en conta ás familias, que somos quen imos sufrir as súas consecuencias».

«Estíranse as costuras do sistema para non ter que investir nin un céntimo»

La confederación crítica varios aspectos:

  • La «intención de non mudar nada do existente, estíranse as costuras do sistema educativo para non ter que investir nin un céntimo»
  • Repite el error del tercer trimestre al dejar en manos de las direcciones de los centros la organización del sistema educativo, lo que implica falta de uniformidad en la respuesta
  • La distancia de un metro de separación en las aulas es absolutamente insuficiente
  • Basan la estrategia sanitaria en el autodiagnóstico del alumnado, algo totalmente irresponsable
  • Encarga a los alumnos las labores de higienización de los espacios, cuando pueden ser ineficaces

En la dirección de los centros todavía no hay una opinión oficial de las cláusulas de organización, aunque parece haber una reacción contradictoria, entre la preocupación y el alivio. Lo primero porque en la normativa se apunta a una reducción de la distancia de seguridad importante; el alivio viene porque precisamente al no haber distancia mínima de seguridad las aulas serán suficientes, lo que quita más de una preocupación a los equipos directivos que necesitaban saber cuántos alumnos cabrían en sus aulas.

«Se trasladan responsabilidades a los equipos directivos que no nos corresponden»

Según explicaba el director de un centro, «la no reducción de ratios y las distancias de seguridad de las que se hablan se me antoja un inicio de curso muy complicado. Sin recursos es imposible». Y además, un asunto que es recurrente en el colectivo: «Se trasladan responsabilidades a los equipos directivos que no nos corresponden».

Reunión con los sindicatos

Antes de el encuentro de mañana, ANPE ha emitido un comunicado en el que dice que el sindicato «defiende una enseñanza presencial, con condiciones de inexcusable cumplimiento: todos al aula con mascarilla, distancia de seguridad e higiene adecuada, test masivos para la población escolar y toma de temperatura al entrar al colegio».

En su planteamiento del próximo curso, el colectivo que preside Julio Díaz aboga por una reducción del número de alumnos en las aulas sobre todo para garantizar la distancia de seguridad, un elemento que no se contempla en las instrucciones. También exige un plan propio de digitalización educativa, que garantice una correcta enseñanza en línea, si la situación así lo aconseja, dotando de soporte informático y conexión gratuita a todos los alumnos y docentes.