As Lagoas y Maristas despidieron a los alumnos de Bachillerato
11 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Las graduaciones son uno de los momentos más dulces para los estudiantes. Especialmente cuando se trata de la clausura de Bachillerato, lo que supone poner fin a la etapa de instituto y con ello, decir adiós a profesores y compañeros. El estado de alarma convirtió en virtuales las graduaciones de varios centros de la ciudad. Una vez levantado el IES As Lagoas ha sido uno de los primeros en recuperar la presencialidad de este acto con el que despedir a los jóvenes de último curso. «A mediados de xuño, vendo como evolucionaba a cousa, démonos de conta de que era viable facer unha pequena graduación postcovid», explica Mónica Rodríguez, vicedirectora del instituto de la capital. A la celebración, emotiva y divertida a partes iguales, acudieron los 114 alumnos del curso, sus profesores y también una pequeña parte de sus familias. «Só os familiares que conviven con eles, para evitar riscos. Coa excepción dos pais separados que, por suposto, estaban invitados ambos», explica Mónica.
Los adolescentes, vestidos estupendos para la ocasión, ellos con trajes de chaqueta y ellas con vestidos de fiesta y peinados especiales, disfrutaron de merecida alegría y descanso después de los exámenes de selectividad. En esta primera graduación tras el confinamiento, al aire libre en el patio del colegio, no faltaron las bromas, durante la entrega de los Oscar a los profesores, ni el optimismo, gracias a las palabras que les dedicó la exalumna del centro y médica de urgencias, Marta Dorribo. Hubo ilusión y alegría compartidas y también una cena de gala en el Liceo. «Merecían festexar o final desta etapa tan bonita e estamos moi felices de conseguilo», termina la vicedirectora.
Acto simbólico
El colegio Maristas es otro de los que cada año realiza una gran ceremonia con la que despedir a sus alumnos de último curso. Esta vez, en el verano del covid-19, no ha querido hacer una excepción en ese reconocimiento final al esfuerzo y la constancia de los jóvenes de segundo de Bachillerato, aunque la graduación fue distinta de lo habitual. Lo primero que cambió fue el número de invitados. Esta vez, en el colegio solo tuvieron cabida los propios alumnos y algunos de sus profesores. Para suplir la ausencia de amigos y familiares, el equipo de Maristas decidió retransmitir en directo el acto a través de su cuenta de Instagram. Los graduados en el 2020 no tuvieron la tradicional eucaristía previa a la entrega de insignias ni el típico tapeo que va después. Pero nadie se quedó sin la imposición de las insignias compuesta de tres violetas que representan al centro escolar. Los alumnos recibieron una banda del colegio y un diploma conmemorativo de la graduación. Lo que más ilusión generó fue una tarjeta de recuerdo hecha especialmente para la ocasión por dos profesoras del centro. Ana Martín, docente de Lengua, se encargó de escribir un poema al que Rebeca González, la de Plástica, acompañó con una ilustración.
Durante el acto académico, en el que tanto alumnos como profesores llevaron puestas sus mascarillas, los tres delegados -de cada una de las clases de 2º de Bachillerato- tuvieron la oportunidad de leer unas palabras dirigidas al resto de sus compañeros. Fue uno de los momentos más emotivos durante la tarde del jueves. También habló el director del centro, Fernando Ampudia, que felicitó a los jóvenes por su implicación extra durante el último cuatrimestre del curso -etapa en la que estuvieron confinados y recibiendo las clases desde casa- y les deseó suerte en la nueva etapa de sus vidas que ahora comienza.
Hubo muchas fotos, miradas emocionadas y abrazos con mascarilla puesta. Lo que se mantuvo intacto fue la actitud de los adolescentes. Engalanados con trajes y vestidos de fiesta, luciendo una amplia sonrisa, al mismo tiempo que generaban alegre jaleo tanto a la entrada como a la salida de su graduación.