Los profesores no quieren volver al colegio este curso

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Mensajes de ánimo en la puerta del colegio Frei Luis de Granada, en Sarria
Mensajes de ánimo en la puerta del colegio Frei Luis de Granada, en Sarria LÓPEZ PAZ

El regreso a las aulas se topa con el malestar general de los docentes: a la falta de seguridad personal se suma la improvisación y la dificultad de impartir clases telemáticas y presenciales a la vez

11 may 2020 . Actualizado a las 09:19 h.

Los territorios que el 25 de mayo entren en la fase dos de la desescalada (entre ellos está previsto que Galicia) tendrán que abrir los centros educativos a diversos colectivos: menores de seis años, alumnos que necesiten refuerzo, y estudiantes de los últimos cursos de la etapa, especialmente ESO, formación profesional y bachillerato. En España, los cinco principales sindicatos de educación (CCOO, ANPE, CSIF, STEs y UGT) exigen a la ministra Celaá la convocatoria de la mesa sectorial para estudiar este regreso a las aulas.

Por todo el país se suceden las quejas más o menos oficiales por la inseguridad que se genera en el colectivo, que ya está desbordado con la docencia en línea y el aumento de la burocracia en este final de curso tan singular. En algunas comunidades los docentes se han movilizado, como en el caso de Cantabria, donde la Comisión Permanente de Directores -en representación de todos los centros públicos de secundaria-, ha pedido a la consejera una reunión para estudiar la apertura de los centros. Según estos profesores, la medida «pone en peligro la salud» de los alumnos, del profesorado y del personal no docente que tendría que acudir a los centros; y «no aporta nada positivo para la educación de nuestros alumnos». Creen que ahora que van adaptándose a la teleformación, tener que acudir al centro «rompe la dinámica del teletrabajo que se viene desarrollando con éxito y no aporta al alumnado ningún beneficio de tipo pedagógico por aplicarse durante un periodo de tiempo muy breve».

No están mejor en el País Vasco, donde el gobierno autonómico adaptó las fases y hará que se vuelva a clase el día 18 (el próximo lunes). Los sindicatos, pero también los propios centros educativos, lo ven algo precipitado. Y es que además se deja a la autonomía de cada centro la decisión de las medidas a tomar. Irresponsabilidad e improvisación; son las dos palabras que más se repiten estos días.

Hasta algunos gobiernos autonómicos, como el de Baleares, han intervenido. Francina Armengol, presidenta autonómica, le pidió ayer a Sánchez que se convoque una conferencia específica de presidentes para abordar la vuelta a las aulas. Este jueves habrá una reunión de la ministra con los consejeros del ramo, aunque sobre todo para hablar del próximo curso.

En cambio, Aragón plantea ampliar hasta los doce años el acceso de los niños a las aulas desde el día 25 en el caso de que ambos progenitores tengan que trabajar.

La ministra portavoz, María Jesús Montero, anunció ayer tras la conferencia de presidentes que en las «próximas semanas» se verá el asunto de la conciliación con la ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, y los consejeros para así «analizar la situación en cada uno de los territorios» con el objetivo de «llegar a una fórmula que sea satisfactoria para el conjunto, pero sobre todo para aquellos que se incorporan y necesitan una respuesta rápida sobre la situación del cuidado familiar».

En Galicia: «Calquera volta ás aulas non pode ter carácter obrigatorio»

Hoy se reabren los centros educativos para atender a las familias en los diferentes trámites -especialmente la petición de plaza y el préstamo de libros de texto- y para empezar a preparar a los centros para la siguiente fase de la desescalada. Esta, si la situación se mantiene en la línea actual, entrará en vigor en Galicia el día 25 de mayo. Entonces tendrán que ir, parece, todos los profesores cuyos alumnos sean menores de seis años, necesiten refuerzo, o vayan a terminar la etapa (ESO, FP o bachillerato).

Esto sobre el papel, porque los profesores no lo ven nada claro. En Galicia los sindicatos piden una reunión con la conselleira para organizar todas las medidas y protocolos necesarios para garantizar la seguridad de docentes y estudiantes, pero también con el fin de debatir cómo se combina la enseñanza presencial con la no presencial.

«Á xa de por si difícil situación de sobrecarga coa teleformación e as tarefas burocráticas engádese esta incerteza»

Desde el principal sindicato de la escuela pública, CIG Ensino, su secretario nacional, Suso Bermello, apunta a las razones contra una vuelta poco organizada: «Á xa de por si difícil situación de sobrecarga de traballo que nestes momentos ten o profesorado galego coa teleformación e as tarefas burocráticas engádese agora a incerteza sobre se determinado alumnado vai volver aos centros o 25 de maio». No ve tan mal el regreso de los alumno de segundo de bachillerato, un curso especial al tener la selectividad a la vuelta de la esquina: «O retorno ás aulas con todas as garantías de protección podería ter máis sentido tendo en conta a realización das probas da ABAU, a CIG-Ensino exixe que se negocie canto antes esa posíbel reincorporación, recollendo todas as medidas de proteccións que alumnado e profesorado deben gardar e garantindo que o profesorado que forme parte dun grupo de risco poida seguir con teledocencia sen obriga de se incorporar».

En la misma línea opinan los otros sindicatos, como ANPE, cuyo presidente gallego, Julio Díaz, exige que la conselleira convoque una mesa técnica para «consensuar un plan de actuación completo e detallado. Para a nosa organización hai dúas premisas fundamentais e básicas que deben servir como punto de partida: a saúde e seguridade de toda a comunidade educativa en xeral, e dos profesionais da educación en particular, está por riba de todo; e a función dos centros docentes é educativa e non asistencial». Por eso, «ante a falta de garantías sanitarias ofrecidas polo goberno en materia de desinfección, dotación de equipamentos de seguridade necesarios como poden ser mascarillas, xeles hidroalcohólicos e adecuación dos espazos para o mantemento da distancia persoal, calquera volta ás aulas non pode ter carácter obrigatorio para o alumnado nin para o profesorado e máis aínda sen ter elaborada unha determinación previa dos colectivos de risco».

Por su parte, UXT Ensino se opone por razones santarias y en Comisións Obreiras el equipo de Luz López considera que para volver a las aulas se necesita:«Instrucións claras, formación e medios para realizar a limpeza e desinfección dos postos de traballo, dos espazos e  materiais de uso común; establecemento e dotación das medidas de protección necesarias; dotación de material de protección; e identificación de traballadores e alumnado máis vulnerable e con máis risco de exposición ao contaxio».