¿Qué hacemos con el material y los libros que quedaron en el colegio?

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

En los lugares pequeños el reparto se está haciendo. En la imagen, Irene Díaz, a la izquierda, directora del CEIP Monseivane (de Lanzós, en Vilalba) entrega material escolar a una familia
En los lugares pequeños el reparto se está haciendo. En la imagen, Irene Díaz, a la izquierda, directora del CEIP Monseivane (de Lanzós, en Vilalba) entrega material escolar a una familia

Las ANPA piden que se articulen sistemas seguros para recogerlos o que se tenga en cuenta todo lo que falta en casa

28 abr 2020 . Actualizado a las 16:41 h.

El cierre de los colegios se hizo con tanta rapidez que la mayor parte de los alumnos dejaron cosas en ellos. No eran de primera necesidad, tal vez los libros del tercer trimestre (muchos textos los tienen por separado), libretas, el compás o un estuche de pinturas. Pero como el tiempo pasa, ahora los niños necesitan aquello que en marzo era para «después». Por eso cada vez hay más voces que piden que los padres puedan acercarse al centro educativo para recoger las pertenencias de los menores, e incluso hay quien quiere que se reparta el material de clase en vista de que no se puede adquirir nada nuevo —no en todos los sitios y no para todos los bolsillos— y en el colegio quedaron muchas cosas.

En muchos ayuntamientos pequeños el reparto de material se ha hecho en el entorno de Semana Santa con facilidad. Eso ocurrió, por ejemplo, en Cariño, Zas, O Incio o Lousame, entre otros muchos. Pero en las ciudades es mucho más complicado, aunque los servicios sociales se han movilizado en muchas localidades para atender las peticiones de las familias más vulnerables. A nivel nacional, hay iniciativas puntuales pero solo en Andalucía se ha regulado como comunidad: se permite la recogida de libros pero debe ser cada centro el que lo confirme, y se propone usar voluntarios, policía local y protección civil para gestionar las entregas.

Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los libros tienen una versión digital que se puede consultar y cuyas claves de acceso aparecen en el volumen físico. Pero para las familias que optan al préstamo de libros, y cuyos permisos pueden no ser válidos, las propias editoriales han liberado mayoritariamente sus pdf. Aún así, hay casos en que las familias no tienen ordenador o su conexión a Internet no permite descargarse muchos archivos, o que el libro dejado en clase es de ejercicios, por ejemplo.

«Una directriz clara»

Desde Confapa, una de las dos asociaciones gallegas de familias de la escuela pública, se reclama que haya «una directriz clara e inequívoca, igual para todos los centros» en la que se garantice el derecho de la familia a tener los recursos que necesita con la fundamental protección de la salud de trabajadores y de la propia familia interesada.

De hecho, es la salud lo primero que preocupa a la otra asociación familiar de la escuela pública, Anpas Galegas. Esta entidad duda de que se pueda entrar en los centros a recuperar el material sin saltarse las precauciones sanitarias, y entendería que ni directivos ni trabajadores de los centros estén dispuestos a correr ese riesgo. Por eso, dan la vuelta a la tortilla y lo que piden es que se tenga en cuenta todo ese material que falta a la hora de encargar y valorar los trabajos que realizan los niños en la casa.

Citas previas por curso 

En la escuela concertada, las familias están de acuerdo en recoger el material: «Si la situación sanitaria lo permite, se podría volver a las aulas para despedir el curso —dice Patricia Pérez, de la gestora de Congapa—. Lo prudente es esperar a saber si se podrá volver o no. De no poderse, sería aconsejable buscar la manera de poder recuperar todo ese material. Establecer unos criterios como día, curso, horario, orden de entrada...»

«Aliviaría ese gasto y los alumnos recuperarían sus herramientas habituales de trabajo»

En la asociación familiar de Fecapa, que representa a colegios concertados y públicos de la zona de Santiago-Barbanza-Melide-Deza, su presidenta, María José Mansilla, reconoce que «muchas familias no tienen ordenador o simplemente prefieren el papel a la tableta. Por eso, algunas ANPA ya han solicitado al colegio poder recoger el material, siempre respetando la seguridad de unos y otros». Para Fecapa la cuestión del material no es menor: «Algunas familias se han visto obligadas a comprar libretas, bolígrafos y otro material» y si tienen varios hijos es un gasto que ahora mismo no necesitarían tener. Por eso, recoger las cosas del colegio «aliviaría ese gasto y los alumnos recuperarían sus herramientas habituales de trabajo, lo que para algunos podría suponer sentirse más seguros en sus tareas diarias».