La apuesta por las materias STEM empieza a dar sus frutos en un contexto de caídas generalizadas

Sara Carreira
Especializada en educación. Coordinadora del suplemento La Voz de la Escuela

Galicia mejora su estatus en PISA porque, aunque su subida en las dos materias analizadas es mínima, lo hace en un contexto de caída, cuando no descalabro, general. Este es un primer análisis de los datos gallegos:

LOS DATOS

MATEMÁTICAS. Era la gran apuesta gallega. Desde que en el año 2012 el rendimiento no mostraba mejoría (489 puntos), la consellería tomó la medida de apostar claramente por la materia aumentando las horas lectivas semanales y reforzando su presencia en programas de apoyo. En el 2015 se volvió a los 494 puntos, que parecían un techo imposible de romper. Pero el trabajo realizado en seis años ha dado sus frutos: Galicia exhibe desde hoy un 498 más que digno. No es un gran crecimiento, pero suficiente para otear la línea de 500, la nota media que marca el camino de la excelencia.

CIENCIAS. Siempre ha sido la asignatura en la que Galicia estaba mejor situada: en el 2006 ya había obtenido 505 puntos y en el 2015 se había estancado en los 512. La nota es altísima, donde resulta difícil crecer, pero la clara apuesta de los dos últimos conselleiros (Román Rodríguez y la actual, Carmen Pomar) por las materias STEM hacía esperar un pequeño empujón. No ha podido ser, Galicia ha bajado mínimamente hasta el 510. Dos puntos en quinientos es una cifra insignificante, que no cambia el lugar destacado de Galicia, pero si se aplaude cualquier subida será justo mirar con recelo una bajada por pequeña que sea.

CONTEXTO ESPAÑOL

SOBRE LA MEDIA. La media de España en Matemáticas es de 481 y en Ciencias, de 483. Galicia siempre ha estado por encima en el ránking, aunque en esta ocasión es especialmente llamativa la diferencia: 17 puntos en Matemáticas y 27 en Ciencias.

GANA PUESTOS. La caída sorprendente de muchas comunidades hace que la situación gallega sea proporcionalmente mejor que su crecimiento objetivo. Así, en Matemáticas pasa del 8.º puesto al 4.º (quinto si tenemos en cuenta el empate en el tercer puesto entre Cantabria y País Vasco); pero en Ciencias Galicia se aúpa a la primera posición a pesar de perder dos puntos, supera a Castilla y León y Madrid, las dos comunidades que en el 2015 estaban por delante (Navarra, con la que empataba a puntos, ha caído diez y se ha puesto en un lejano 492).

MATEMÁTICAS. Los 498 puntos, sin ser una cifra altísima, hacen que medie un abismo entre Galicia y gran parte del resto de España: Canarias, la comunidad peor situada, se ha quedado en 460 puntos, es decir, hay 38 de diferencia como media entre los alumnos de una y otra comunidad; se estima que 30 puntos en PISA son un curso académico, así que no es difícil concluir que la diferencia es más que significativa. Más cerca de Galicia están las demás comunidades. Por delante se encuentran Navarra (503) y Castilla y León (502), que mantienen su condición de líderes. Muy cerca de Galicia, prácticamente iguales, están La Rioja y Aragón, que con 497 puntos siguen siendo comunidades de referencia. Más lejos se encuentran Asturias (491) y Cataluña (490) y la sorpresa la ha dado Madrid, con su 486, un nivel que merece un capítulo aparte. El vagón de cola español tiene el sello del sur: Baleares (483), Castilla-La Mancha (479), Murcia (474), Comunidad Valenciana (473), Extremadura (470), Andalucía (467) y la ya mencionada Canarias (460).

CIENCIAS. En la materia de Ciencias Galicia no tiene competencia en el ránking de este año. No solo está de primera sino que le lleva 9 puntos a la siguiente comunidad, Castilla y León (501). El resto de zonas cae por debajo de 500: Asturias (496), Cantabria (495), Aragón (493), Navarra (492, con una caída de diez puntos), Cataluña (489) y País Vasco, Madrid y La Rioja empatados (487). El listado español lo cierra Canarias, nuevamente, con 470 puntos, y justo antes están Andalucía (471), Extremadura (473) y Comunidad Valenciana (478), Baleares (482) y Castilla-La Mancha (484).

LA EXCELENCIA

ASIGNATURA PENDIENTE. La falta de excelencia es lo que lastra las notas gallegas, las españolas también. Tanto la comunidad como el conjunto del país suelen tener cifras de malas notas muy similares al conjunto de la OCDE y la UE, pero donde pinchan es en los sobresalientes. El informe PISA de hoy deja un sabor agridulce: se ha aumentado el porcentaje de buenas notas pero las malas siguen como estaban o, incluso, han ganado terreno. La polarización de las notas debe ser analizada con más detenimiento, aunque la falta de un informe comparativo completo (se hace en Lectura, y este año no salen los datos españoles) dejará dudas sobre los motivos de lo ocurrido.

MATEMÁTICAS. En esta materia en Galicia hay peores y mejores notas que hace tres años. Si entonces los suspensos los tenían 13 de cada 100 estudiantes ahora los llevan 19; pero el ajustado 7,9% de sobresalientes se ha convertido en un 9,8%, un porcentaje con aspiraciones. Algo parecido, aunque más grave, ha sucedido en Castilla y León (8 puntos más de rezagados y 1,3 de sobresalientes) y Navarra (7 puntos más de suspensos y 3 de excelentes).

CIENCIAS. En el 2015, en Galicia había un 13,5% de los alumnos con «suspensos» en el examen y un 7,4% con sobresaliente. Este año, con un cómputo total muy similar, las cifras apenas han mostrado modificación: 13,7% de suspensos y 7,7 de sobresalientes.

  

El consejero de Educación de Madrid, Enrique Ossorio, en una entrevista con la ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá
El consejero de Educación de Madrid, Enrique Ossorio, en una entrevista con la ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá COMUNIDAD DE MADRID

Catástrofe en Madrid: pierde 46 puntos en las dos materias y le echa la culpa a PISA

Las notas de PISA explican el enfado de la pasada semana en la Comunidad de Madrid. El gobierno regional pidió al ministerio que no se publicase ninguna de las tres materias del informe español, ya que los problemas detectados en Lectura podrían haber contagiado al resto. Pero desde el Ministerio de Educación y FP se negó esa posibilidad.

Ahora está claro cuál era la preocupación del consejero madrileño, Enrique Ossorio: la comunidad ha perdido 46 puntos en las dos materias analizadas, con una caída catastrófica en Ciencias (29 puntos, prácticamente un curso entero). Desde Madrid se dijo que los responsables de la empresa adjudicataria de las pruebas no supieron explicar la dinámica a los estudiantes, o al menos algunos de los equipos no lo hicieron bien, y por eso se han resentido las cifras.

Madrid ha pasado de estar a la cabeza de España a un puesto en el medio de la tabla: el 486 de Matemáticas la coloca entre Cataluña y Baleares, y los 487 puntos de Ciencias la sitúan entre País Vasco y La Rioja. En el 2015 Madrid estaba con 503 y 516 puntos respectivamente en el cuarto y segundo puesto de España; ahora es la 10.ª y la 9.ª en ese ránking.

Que la reacción a PISA depende sobre todo de cómo hayan ido los resultados lo demuestra el hecho de que entre comunidades gobernadas por el mismo partido (PP, como en Madrid) hay diferentes opiniones. El consejero de Educación de Andalucía, Javier Imbroda, reconoce no ser «proPisa» porque en materia educativa «nadie se quiere quedar atrás, a nadie le gusta que le pongan la cara roja», mientras la consejera de Educación de Castilla y León, Rocío Lucas, comunidad líder, consideraba que el informe «tiene plena validez, como siempre, porque es una prueba seria y fiable».

Ejemplo del País Vasco

Lo ocurrido en Madrid tiene un precedente en España, en el País Vasco. Esta comunidad es una de las que más dinero invierte en educación y la que tiene las tasas más bajas de abandono escolar temprano. Sin embargo, en el 2015, con respecto al informe de tres años antes, cayó 13 puntos en Matemáticas y 23 en Ciencias, una crisis que hasta el entonces lendakari, Iñigo Urkullo, dijo que exigía autocrítica. En el caso de Madrid, aún perdiendo 10 puntos más en estas materias la reacción ha sido echar la culpa a PISA.

Por cierto, en esta edición el País Vasco se ha ido recuperando: subió 7 puntos en Matemáticas y 4 en Ciencias.

España cae 15 puntos: se aleja de Suecia y se acerca a Hungría

El informe PISA deja a España en un lugar incómodo aunque no demasiado grave porque el conjunto de la OCDE también cayó ligeramente. En el conjunto español se han perdido 15 puntos en las dos materias, con un salto negativo especialmente grave en Ciencias (de 493 a 483 puntos) y algo más matizado en Matemáticas (de 486 a 481).

En el 2015 España tenía 4 puntos menos que la OCDE en Matemáticas y la misma puntuación en Ciencias. En esta ocasión, En Matemáticas la OCDE le saca 8 puntos a España y en Ciencias son 6. Es en este contexto de caída generalizada que España se mantiene: si en Ciencias hace tres años ocupaba España el puesto 30.º del conjunto de países y economías participantes, hoy está en el mismo sitio.

Pero el consuelo de no haberse estrellado no debe ser más que eso, un consuelo. Por ejemplo, en Ciencias en el 2015 España tenía la misma puntuación (493) que Suecia y la República Checa y dos menos que Francia. Hoy, los estudiantes suecos les sacan 16 puntos a los españoles, los checos 14 y los franceses, 10. Es cierto que Rusia mantiene la misma distancia que España, pero hasta Luxemburgo, el más palmario ejemplo de escasa eficacia educativa en la Europa rica, ha recortado distancias: si antes España le sacaba 10 puntos ahora son solo 5.

A día de hoy, el nivel educativo español se parece más a Hungría que a Suecia.

El nivel de suspensos se mantiene también en la media de la OCDE, aunque en sobresalientes sigue muy por debajo del conjunto occidental (que tiene un 7% de excelencia frente al 4% español).

Hay aspectos en los que España no sale mal parada. El más importante es la equidad. El estatus socioeconómico de los alumnos explica el 12% de variación de la nota en Matemáticas y el 10% en Ciencias. En el cómputo de la OCDE esto supone un 14 y un 13% respectivamente.

Muy bien en bienestar emocional

Hay algo que sí se debe destacar de PISA, el bienestar emocional de los adolescentes españoles: sufren menos acoso escolar, están más satisfechos con su vida, tienen más sentimientos positivos que negativos y tienen una mayor sensación de pertenencia con su centro escolar, además de mantener una relación de mayor colaboración con sus compañeros.

Puede tener que ver con que el 98% de los profesores que atienden a los alumnos con desventaja económica son profesionales altamente cualificados, aunque en general los directores de centro están entre los que más se quejan por falta de personal.