Por qué el horario lectivo no es un asunto solo sindical

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

EDUARDO PEREZ

Aumentar las horas libres en el centro permitirá una mejor coordinación y preparación de los programas de excelencia que ofrece la Xunta

25 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La reducción del horario lectivo (de 25 a 21 horas semanales en primaria y de 20 a 18 en secundaria) es la principal lucha de los profesores gallegos, junto al descenso de la ratio (alumnos por aula). Los profesores se han plantado ante la negativa de la Consellería de Educación de sentarse a negociar un cambio en este aspecto y han convocado una huelga para el día 12 de diciembre, una decisión muy poco habitual en la comunidad. Lo curioso es que a pesar de ser una huelga promovida por todos los sindicatos, esta no es una exigencia puramente laboral.

En Galicia, los profesores de primaria y secundaria tienen que una jornada laboral de 37,5 horas a la semana. De estas, hay 30 que obligatoriamente las tienen que pasar en el centro, por lo que el horario lectivo no les influye en ese sentido. ¿Por qué quieren entonces menos tiempo en el aula? Porque necesitan tiempo en el centro para funciones complementarias como guardias, atención de la biblioteca o el transporte, tutoría de alumnos, citas con las familias y sobre todo coordinación de programas. Las otras 7,5 que les restan a la semana se destinan a trabajo que puede ser fuera del centro: formación, claustro (lo pueden poner a cualquier hora), reunión con padres que no puede acudir en horario estándar y, por supuesto, corrección de exámenes y trabajos y preparación de las clases.

En palabras del presidente de ANPE Galicia, Julio Díaz, esas horas en el centro fuera de clase es trabajo que no se ve pero que resulta fundamental: «Entrevistánme o outro día na radio -explicaba a modo de ejmplo- pola mobilización dos sindicatos, e eu dicía que todo o mundo entende que o xornalista que me estaba a entrevistar non só traballaba nese tempo que falaba na radio. Que hai un antes e un despois, moito traballo de preparación. Pois iso é o que nós pedimos: tempo para prepararnos». 

La reducción afectaría sobre todo a los centros de secundaria

Desde la CIG, el sindicato con mayor representación en la escuela pública, su portavoz, Suso Bermello, comentaba que pese a la reducción de horario lectivo «a meirande parte dos centros de primaria, os grandes e que non perderon alumnado, manterían o mesmo catálogo de profesores». Sí afectaría más a secundaria (ESO, bachillerato, FP) y educación especial, y eso (ampliar las plantillas) sí podría negociarse para medio plazo.

La Consellería de Educación inunda los colegios de programas punteros: desde robótica a lenguas extranjeras, pasando por programas de excelencia o los tan aplaudidos proyectos de las bibliotecas, sin contar con los Proxecta (44 modalidades diferentes). Es imposible que un centro no encuentre alguna línea que le interese, y lo habitual es que un colegio o instituto esté involucrado en cuatro, cinco, o hasta veinte programas diferentes entre una cosa y otra. Todo eso exige coordinación, un trabajo de estudio y preparación, pero también de control del proceso y análisis de lo ocurrido. 

Durante la crisis, los profesores han ido capeando el temporal, pero no se puede exigir un compromiso sostenido en el tiempo sin ofrecer mejoras en las condiciones. Lo alertaba el Consejo Escolar del Estado: tras los recortes, ahora llega el momento de impulsar otra vez la educación, no solo de tapar las goteras creadas por la crisis. Y un horario lectivo menos exigente y una ratio más reducida: en Galicia los repetidores no cuentan, por lo que en primero y segundo de ESO es muy habitual que haya clases de 33-35 alumnos; tampoco cuentan de forma extra los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE), y en primaria es rara la clase que no tiene dos o más estudiantes con alguna peculiaridad.