El shock de oír un minuto el timbre con cada muerte

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EDUCACIÓN

Los alumnos del IES Castro Alobre de Vilagarcía celebraron este año un San Valentín sin estereotipos machistas
Los alumnos del IES Castro Alobre de Vilagarcía celebraron este año un San Valentín sin estereotipos machistas MARTINA MISER

El IES Castro Alobre, de Vilagarcía, ha hecho de la lucha contra la violencia machista un proyecto transversal

26 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En lo que va de año, en el instituto Castro Alobre de Vilagarcía ha sonado el timbre 16 minutos a las doce en punto del mediodía, un minuto por cada mujer asesinada en España a manos de su pareja o expareja. Es un gesto más de la política de concienciación contra la violencia machista en el centro, y resulta aterrador: «Hai veces que o facemos en dúas ocasións na mesma semana [han pasado 19 semanas lectivas en este año], e iso impresiona aos alumnos», explicaba el director del centro, José Carlos Cid.

Este instituto arousano ha hecho de la igualdad su bandera, después de ver que el machismo se disparaba en los comportamientos de los jóvenes, especialmente los de primero y segundo de ESO. El centro fue pionero en pedir a la Xunta la asignatura de Igualdade (materia de libre configuración para estos primeros cursos de secundaria) y la han completado con una asignatura nueva, Igualdade e Imaxe, en bachillerato.

El plan de coeducación es transversal y supone una unidad didáctica específica. Hay una visión feminista de las materias, ya sea literatura o historia, para que ellas y ellos puedan comprobar cómo el papel de las mujeres ha quedado minimizado y apenas trasciende, aunque en su momento haya sido importante.

Todo lo anterior se completa con un apoyo al colectivo LGTBI, ya que la adolescencia es un momento especialmente difícil para estos jóvenes. Aceptar las diferentes opciones en materia afectivo-sexual es una seña de identidad del instituto, que además potencia el programa TEI (tutoría entre iguales) para detectar cualquier atisbo de acoso.

La filosofía que mueve al claustro es que si bien los conocimientos son importantes -y ellos están en la media gallega en selectividad- no lo es menos enseñar a cada persona a aceptarse a sí misma y a las demás.