La soledad de los jóvenes ante su futuro

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

En el IES Miraflores (Oleiros) se celebró recientemente una jornada sobre orientación en estudios superiores para alumnos de todo el instituto
En el IES Miraflores (Oleiros) se celebró recientemente una jornada sobre orientación en estudios superiores para alumnos de todo el instituto MARCOS MÍGUEZ

La distancia entre la vida académica y la laboral y la falta de orientadores impiden que los estudiantes se sientan preparados para el trabajo y para diseñar una carrera profesional

25 feb 2019 . Actualizado a las 09:23 h.

Antes era sencillo: solo los jóvenes con dinero o muy listos iban a la universidad y en general para repetir la carrera vinculada a la familia. Después, a partir de los años ochenta, todos iban a la universidad, a veces en función del gusto y otras de lo que se ofrecía cerca de casa. Ahora, en una sociedad líquida, una economía líquida y una familia líquida, saber a qué se va  dedicar uno es mucho más complicado, y los jóvenes reconocen que se sienten solos.

El último estudio que habla de esto se dio a conocer la pasada semana en la cumbre WISE, que se celebró en París (el centro de operaciones WISE es Qatar). Allí, un trabajo hecho entre jóvenes, reclutadores, orientadores y expertos en educación de Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Alemania y España indica, entre otras cosas, que en general los adolescentes se sienten muy solos a la hora de tomar la decisión de a qué dedicarse. Menos de la mitad de los jóvenes dice que el sistema lo prepara para el trabajo o para diseñar una carrera profesional; los orientadores encuestados son especialmente críticos con esto último y solo uno de cada tres cree que el sistema (y ellos son su cara externa) ayuda a los estudiantes en esta tarea. Y si unos y otros tienen dudas, se las quitan los reclutadores: solo el 23% cree que los jóvenes salen preparados para el trabajo y nada más que el 11% está seguro de que tienen una visión de su carrera a largo plazo. Los alumnos que peor ven la situación son los franceses, seguidos de los ingleses y los españoles (el 56% cree que no está preparado para el mercado de trabajo).

Más experiencia, más orientación

La conclusión que se sacaba en el estudio es que los sistemas educativos deberían tener como prioridad el desarrollo de experiencias de trabajo: talleres, encuentros, prácticas en empresas... Dos de cada tres jóvenes consultados consideran que tener cierto contacto con el mundo laboral es esencial para estar preparado para la vida adulta. Para los diferentes grupos, la FP (en sus versiones europeas) es lo que mejor prepara para el trabajo, seguido de la universidad y por último los centros de secundaria. Además del contacto real con la empresa, para los jóvenes el segundo punto imprescindible es la orientación laboral: al 88% de los jóvenes le gustaría haber tenido mejor orientación y ahí destaca España, ya que el 94% de los encuestados echa en falta más apoyo del sistema escolar en ese sentido, algo que en el estudio no extraña cuando España tiene un porcentaje de paro entre los menores de 25 años del 35% frente al 6% de Alemania, por ejemplo. 

Un orientador por cada 250 alumnos

España tiene cuatro veces menos orientadores en los centros escolares de lo que aconseja la Unesco, y su labor es tan amplia que incluye además de orientar a los jóvenes en su carrera, la coordinación de las tutorías, la detección y control de necesidades educativas especiales y la atención a las familias. La Asociación Americana de Orientadores Escolares (American School Counselor Association, ASCA) recomienda una ratio de un orientador por cada 250 alumnos, además de que estos profesionales dediquen al menos un 80 % de su jornada a la atención directa e indirecta del alumnado. La Asociación Internacional para la Orientación Educativa y Profesional (AIOEP) y la Unesco también realizan esta recomendación. En el portal change.org ya se han organizado recogidas de firmas para denunciar la precariedad de recursos y exigir más personal. En Galicia los institutos tienen un orientador y lo habitual es que sea un profesional por al menos 400 estudiantes.