Andria Zafirakou: un solo profesor importa

EDUCACIÓN

Andria Zafirakou, flamante ganadora del Global Teacher Prize
Andria Zafirakou, flamante ganadora del Global Teacher Prize KARIM SAHIB

¿Es posible que un profesor cambie algo, que pueda actuar en una comunidad difícil? Esta maestra inglesa cree que sí, y no debe ser la única porque acaba de conseguir un millón de dólares por eso

08 sep 2019 . Actualizado a las 17:37 h.

La Fundación Varkey entregó ayer sus premios al mejor profesor del mundo (Global Teacher Prize) que sigue el lema #teachermatter (el profesor importa) y que cada año pone el foco en la labor de un maestro excepcional. Este año se presentaron 30.000 docentes en 173 países, 50 pasaron la primera gran criba (uno, español) y diez llegaron a la final, tal y como anunció Bill Gates el mes pasado.

Y ganó Andria Zafirakou. Esta profesora imparte clase de Arte y Textiles y es subdirectora en la Alperton Community School, una escuela de secundaria en la ciudad de Brent, en el área metropolitana de Londres. El 85% de los alumnos de Alperton no habla inglés en casa, y en total en el centro se escuchan 35 idiomas.

Para Zafirakou hubo un momento fundamental en su vida, cuando se enteró que muchos de sus estudiantes vivían en casas abarrotadas, con varias familias en el mismo espacio, y que a veces solo podían escaparse cinco minutos al baño para hacer los deberes. Eso le cambió la vida esta mujer que reconoce que alarga su jornada laboral en exceso, en perjuicio de su marido e hijos. Pero a cambio ha visto cómo sus alumnos han pasado de ser unos parias a estudiantes admirados, y se codean con el grupo más exclusivo en calificaciones y acreditaciones (entre el 1 y 5% del total de centros ingleses).

Saluda a los alumnos cada día en los 35 idiomas que se hablan en el colegio, y vigila a la salida que las bandas no se les acerquen

¿Cómo lo ha conseguido? Con imaginación y esfuerzo. Lo más interesante es que Zafirakou interviene en muchos aspectos diferentes de la vida de estos 1.400 jóvenes. Por ejemplo, aprendió unos conocimientos rudimentarios de los 35 idiomas que se hablan en las clases y cada mañana recibe a sus estudiantes con un saludo en su lengua materna. Otra cosa muy importante para ella es garantizar la seguridad de los alumnos, y por eso a la salida de clase se planta con un walkie-talkie en la parada de los autobuses y vigila que todo el mundo se suba al suyo sin que nadie aborde a los jóvenes; es asistida por agentes de la policía, y cuando ve a algún grupo sospechoso se acerca para evitar que entablen conversación con sus chicos y chicas. En la zona hay muchas bandas y son un peligro: «Lo más importante que podemos hacer por nuestros estudiantes es garantizar que nuestras escuelas sean lugares seguros», explica la maestra, para añadir que muchos alumnos irían a clase a las seis de la mañana porque allí, en ese recinto, es donde se sienten verdaderamente seguros.

Ha hecho de la clase de Arte el lugar donde demostrar la valía de cada uno sin tener que dominar el inglés

Ha hecho que la clase de Arte sea un espacio de empoderamiento de los estudiantes, que no tienen que demostrar su dominio del inglés para ser excelentes. Y a la vez ha movilizado a medio claustro, que no sabe de dónde saca tanta energía. Así, ha conseguido que los profesores ofrezcan clases de refuerzo los fines de semana y durante las vacaciones (para que los alumnos se puedan poner al día si en sus hogares no hay unas condiciones mínimas). Ha involucrado al departamento de Matemáticas: ahora en las clases se abordan situaciones reales, y les ha dado tan buen resultado que el equipo del Alperton ha ganado el TES School Awards el curso pasado. También ayudó a uno de los profesores de música a crear un coro somalí, que emociona a Zafirakou cada vez que actúa. Y creó horarios alternativos para permitir deportes exclusivos para niñas que no ofendan a las comunidades conservadoras, lo que llevó al equipo de críquet femenino a ganar la McKenzie Cup. Hay más, actualmente Alperton presume de la Marca de Platino de Desarrollo Profesional del Instituto de Educación, un honor que menos de 10 escuelas británicas alguna vez logrado.

El premio de ayer ha sido reconocido por la primera ministra, Theresa May, quien publicó un vídeo diciendo que la maestra «ha demostrado una enorme dedicación y creatividad en su trabajo. Ser un gran maestro requiere resiliencia, ingenio y un corazón generoso. Estas son las cualidades que Andria Zafirakou comparte con sus estudiantes todos los días. Gracias por todo lo que has hecho y continúas haciendo».