¿Cómo se consigue que un profesor se sienta valorado?

EDUCACIÓN

Su ambición: tener más peso en las decisiones del centro, colaborar más con otros docentes y disfrutar de una relación positiva con sus alumnos

12 feb 2018 . Actualizado a las 07:00 h.

Los profesores están en el centro del debate (con permiso de Cataluña), pero parece, por ejemplo, que el mir educativo tiene bastantes detractores o, cuando menos, escépticos entre los docentes españoles. Y sobre el pacto, hay quien reclama más presencia de maestros en los debates.

Cabe preguntarse ¿qué quieren los profesores? Como es un colectivo tan grande como heterogéneo (solo en la educación pública en Galicia hay unas 30.000 personas) resulta difícil marcar una línea sencilla entre lo que quieren y lo que no. Pero para eso está Talis, la encuesta que organiza la OCDE entre maestros y que hasta ahora se considera la gran voz del profesorado. 

Según los datos disponibles de Talis (del trabajo de campo realizado en el 2013, ya que este año habrá nueva encuesta, porque es quinquenal), los maestros españoles quieren sobre todo participar en la toma de decisiones, colaborar más con otros docentes y tener una relación positiva con sus estudiantes. Ganar más no aparece entre sus aspiraciones más repetidas.

Frente a lo anterior, lo que no quieren, lo que les molesta, son cosas como sistemas de evaluación ineficaces y toparse con clases complicadas.

Los maestros españoles quieren sobre todo participar en la toma de decisiones, colaborar más con otros docentes y tener una relación positiva con sus estudiantes. Ganar más no aparece entre sus aspiraciones más repetidas

¿Y cuál es la realidad de las aulas? Trabajan en centros que apenas tienen autonomía, no comparten aula con otros maestros y aunque en general ha mejorado la disciplina en clase, hay muchos momentos puntuales de tensión. 

Autonomía. Los profesores no tiene voz porque en España los colegios apenas tienen autonomía: solo en 1 de cada 3 centros la dirección reconoce tener algún margen de maniobra.

Intercambios. Los profesores no interactúan en clase con otros: más allá de los consejos o dudas que se analicen en grupo, el 87% dice que nunca ha observado la clase de otro compañero, ni les ha proporcionado sugerencias o comentarios. Este aislamiento supone que el buen rendimiento no se valora ni recompensa. Además, a eso se suma el escaso incentivo para el desarrollo profesional: el 80% dice que no se favorece su participación en programas de mejora y solo un 23% tiene tiempo en su entorno para dedicarlo a su crecimiento laboral. 

Convivencia. España está a la cabeza de los países donde los alumnos aprecian a sus profesores, los problemas de disciplina se han ido reduciendo en los últimos años y una de las últimas investigaciones de PISA indica que es precisamente la disciplina un factor diferenciador de los buenos colegios. Sin embargo, de vez en cuando saltan alarmas: esta misma semana, Fran Amroth, un profesor de Andalucía, colgó en Facebook su experiencia con un niño de 12 años, que acabó golpeándole.

¿Todo lo anterior desanima a los maestros? Milagrosamente, no. Lo suyo es vocación verdadera, por eso el 95% están satisfechos con lo que hacen, a pesar incluso de que el 92% creen que no están suficientemente valorados en la sociedad.