Miguel Callón: «El WhatsApp de padres es nefasto para ellos mismos, los alumnos y el colegio»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Carlos Castro

El presidente de la Asociación de Inspectores de Educación de Galicia dice que al organismo van familias con hijos únicos que se quejan de que reciben poca atención en clase

26 nov 2017 . Actualizado a las 09:29 h.

Miguel Callón (Ferrol, 1958) tiene la templanza de quien lleva toda la vida en la Administración educativa y ha visto de todo. Ha sido maestro, inspector, profesor de FP, inspector otra vez y docente en el instituto de nuevo. Ahora, además de inspector para Lugo ciudad, preside la Asociación de Inspectores de Educación de Galicia (AIEG), que representa a los 95 funcionarios del colectivo. Explica que este cuerpo está cambiando sus objetivos: «Antes estábamos más centrados en el control de los centros educativos, pero hay una regeneración y nuestra intención es ser colaboradores, buscar soluciones, ayudar».

-¿Cómo se lleva la inspección con la innovación en clase?

-La autonomía del centro no solo es necesaria, es que permite funcionar mucho mejor. La inspección hoy no pone peros a un proyecto educativo bien fundamentado.

-¿Incluso tirar tabiques y juntar aulas, como hicieron los jesuitas en Cataluña?

-Sí, sin duda. Ellos trabajan por proyectos, en grupos colaborativos y con dos aulas unidas y tres profesores. Y está dando unos resultados muy buenos. Aquí se permitiría sin problemas.

-¿Cuánto poder tiene un inspector? ¿Puede echar a un profesor?

-Sí se puede, pero no es lo que se busca, aunque a veces no queda más remedio.

-Dígame una falta leve y una grave de un maestro.

-Leve, no entregar la programación de su asignatura: dar largas de forma reiterada puede suponer 15 días de suspensión de empleo y sueldo. Grave, falta de respeto al alumno, al director o al inspector, falta reiterada de celo o de rendimiento, o ausencias constantes sin justificar... Puede suponer la suspensión de uno o dos años y, si es reiterativo, la retirada de la docencia.

-¿Y el profesor que suspende sistemáticamente a toda la clase?

-Si ocurre eso es que es un mal profesor, pero lo cierto es que serlo no es motivo de sanción. Si un docente explica lo que va a exigir en el examen para aprobar, cómo lo va a corregir, cómo van a ser las recuperaciones... es decir, no causa indefensión al alumno, no incumple su trabajo.

-Tiene que haber visto de todo.

-Puedo decir que en general los maestros de primaria son muy colaboradores y trabajadores, y suelen atender nuestras indicaciones, son muy mandadiños. En secundaria hay más variedad, pero yo diría que el 90 % de los docentes intentan hacerlo siempre lo mejor posible, se esfuerzan, trabajan. A veces, simplemente, no se dan cuenta de que generan problemas a los demás o a los alumnos porque enseñan como les enseñaron a ellos.

-¿Qué puede hacer una familia cuando le toca un mal profesor?

-A veces vienen a la inspección y yo les pregunto si hablaron con el tutor o con el director... porque en muchas ocasiones no lo hacen. Mi consejo es que mantengan reuniones formales primero con el tutor y después con el jefe de estudios o con el director. Si no están convencidos, que presenten escritos, porque son los papeles los que quedan.

-Hace poco la familia de un niño con autismo ganó un juicio ante el TSXG porque le tocó un tutor en primaria que no entendía ni aceptaba al niño. Fue en el 2013 y la sentencia fue este octubre.

-Los directores de centro tienen potestad para cambiar a un niño de clase si detectan que hay un enfrentamiento con el tutor, pero en la escuela pública es raro que lo hagan, eso es cierto.

-Los directores no suelen enfrentarse a su claustro, ¿o sí?

-En la pública es difícil, porque no están formados en liderazgo y muchos no quieren el puesto.

-¿Cómo cree que están atendidos los niños con necesidades educativas especiales (NEE)?

-Creo que nos falta entender que los PT y los AL [especialistas de apoyo] no están al mismo nivel que el resto de los profesores. Es decir, no deben hacer refuerzos o guardias: tienen que tener libre todo su horario para atender a los niños con NEE.

-¿Muchos padres vienen con eso de que «el profesor tiene manía a mi hijo»?

-La verdad es que sí. Hay dos tipos de reclamación de los padres: los que vienen porque su hijo está expedientado y los que vienen a quejarse de un profesor. En general, son muy respetuosos, aunque los primeros simplemente no se dan cuenta de a quién tienen en casa. Muchas veces no comen con el niño y no pasan tiempo con él, ya que el niño está en su habitación jugando con la consola o con el teléfono y los padres en el salón... Yo les digo que no conocen a su hijo, y de verdad lo creo.

-¿Ve mucho síndrome del emperador?

-Cada vez más. Familias que vienen con su hijo, sobrino y nieto único y se quejan de que en clase no lo atienden lo suficiente.

-¿A los niños se los sobreprotege? Como eso de pasar a bachillerato con dos asignaturas suspensas.

-Eso tiene una parte mala y una buena. La mala es que habrá alguno que deje dos asignaturas porque se le hayan atravesado o le resulten difíciles [no pueden ser a la vez Lengua, Lingua o Matemáticas], pero la buena es que tampoco parece justo repetir un curso por una asignatura....

-Bueno, todo tiene ventajas e inconvenientes, pero si tuviese que elegir, ¿qué preferiría?

-Que haya que aprobar todo para tener el título de ESO, claro.

-¿Qué opina de los grupos de WhatsApp de padres?

-Me parece nefasto, para ellos, para los alumnos y para el colegio. Ni siquiera aunque esté el profesor. Con apps como la de Abalar los centros informan de las incidencias en tiempo real y existe el correo electrónico, que es un sistema muy rápido y eficaz para relacionarse con el tutor. Lo de los grupos de WhatsApp es malo, porque además la gente no distingue y lo usa para otras cosas. 

-¿Qué opina de la FP básica?

-Creo que es muy buena y que funciona. Pero lo más delicado es adaptar el horario. Está pensada para chicos que no quieren estudiar, y no puedes ponerles todas las horas de teoría juntas en dos días seguidos y además que se tengan que trasladar a otro centro. Eso es ponérselo demasiado difícil. Pero la FP básica está bien pensada y permite al alumno que no tiene el graduado ir a la universidad: de la FP básica a un grado medio y de ahí a uno superior y a la universidad.