Un niño vale mucho más que sus suspensos

Manuel Blanco Desar
Manuel Blanco Desar EL SÍNDROME G

EDUCACIÓN

04 ago 2016 . Actualizado a las 17:24 h.

Han dado las notas. Brais solo tiene 13 años y lo mandan para casa con cinco suspensos. Y ya está. Brais piensa: «Soy tonto». Puede hacer dos cosas: llorar o llenarse de rabia. Yo quiero a Brais, a todos los Brais. Ánimo. ¿Sabes una cosa? El hombre más rico de este país y el que ha creado más riqueza y trabajo no fue a la universidad. Desde luego que es mejor aprender y saber que no saber, pero tú vales más que ese papelucho de notas con el que te etiquetan.

Brais no tiene por qué entender que es víctima parcial de un fracaso sistémico. Cierto que hay niños indolentes y hasta malvados, pero la inmensa mayoría de los Brais son consecuencia de su situación social o de su diversidad, o simplemente de ser varones -The relative disadvantage of boys is most pronounced in ES-. Invito a examinar este informe de la Comisión Europea: Early leavers from education. Compárense con el resto de Europa y sonrójense después.

No es de recibo mandar a un niño a casa con suspensos sin hacer lo preciso para favorecer su capacidad de superación, su resiliencia. Las notas son como una analítica. ¿Y de qué vale un análisis sin un posterior diagnóstico y, sobre todo, sin una buena terapia individualizada? Los profes de Brais debieran reunirse con él y sus padres, explicarles las notas, razonarlas y, sobre todo, muy sobre todo, pautar e implementar la terapia pedagógica idónea para Brais en el propio centro.

Despachar sin más a Brais para casa es indecente. Incluso añadiría que es antieconómico. Si Brais es pobre, resulta abyecto porque ¿qué esperan de él? ¿Que sus padres le pongan un profe particular durante todo el verano? Si Brais es diverso, ¿solventará su diversidad no diagnosticada o mal tratada encerrarlo en una academia privada? No, lo que esperan algunos es que Brais complete su ciclo y se vaya, para que pase a ser un problema de otros, de los servicios sociales, la policía o los jueces. Shame!

Si no se hace algo por Brais, por todos los Brais, hágase por nuestro futuro, porque mientras no mejoremos los resultados educativos, las pensiones de los profes también estarán en serio peligro. Nuevamente apelo a leer los informes de la Unión Europea: no hay desarrollo económico sostenible sin mejora sustancial de los resultados educativos. ¿Qué cuesta mantener abiertos los coles e institutos en el verano para aplicar un plan individualizado de mejora con Brais? Más cuesta el fracaso. Pero, muy especialmente ¿qué cuesta que Brais perciba que lo queremos como es y que vale como los demás? De nada sirve hundir su autoestima y abandonarlo al pairo. Él no saldrá en reportajes como el niño 10, como un entrañable Sheldon Cooper de The Big Bang Theory. Pero, Brais, escucha, en este senil país donde los niños escasean, tú eres nuestro futuro, el cotizante de la pensión de quienes no te ofrecen soluciones. Choca esos cinco, chavalote.