Cientos de auxiliares educativos de colegios e institutos gallegos exigen que se regule su profesión

EDUCACIÓN

En la Consellería de Educación, conscientes de las reivindicaciones del colectivo, aseguran que es una demanda que hay que plantear en Función Pública para analizar su encaje
18 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En los centros educativos gallegos trabajan este curso en torno a 630 auxiliares cuidadores, fundamentalmente en colegios e institutos, aunque también hay en los centros de educación especial. Se encargan de tareas asistenciales y educativas -que no docentes- con aquellos alumnos con dificultades, fundamentalmente físicas. Pero para acceder a este puesto no hay ningún requisito específico ni exclusivo, y de hecho pertenecen a la categoría 4.4 de la Xunta y es Función Pública quien se encarga de convocar las plazas.
Los auxiliares acaban de constituirse en una asociación de técnicos educativos (Asate), y reclaman que, como ocurre en otras comunidades, se regula su profesión, tanto en el acceso como en las tareas que deben desarrollar. La presidenta, Carmen Pereira, reclama un proceso de reclasificación profesional y que se especifique una formación para acceder a estos puestos de trabajo, que podría ser un ciclo de FP.
En la Consellería de Educación son conscientes de las reivindicaciones del colectivo porque han mantenido una reunión con la directiva de la asociación. Aseguran que es una demanda que hay que plantear en Función Pública para analizar su encaje, porque a pesar de que la consellería es quien paga a estos trabajadores, «Educación nin define o contido nin convoca as prazas», dicen. Los cuidadores cuentan con el apoyo de federaciones de AMPA así como de fundaciones de apoyo a la diversidad funcional.
Estos auxiliares realizan labores asistenciales, sobre todo con alumnado con problemas de movilidad, pero también educativas, por lo que reclaman formar parte del organigrama educativo, que no docente, ya que admiten que su trabajo no está recogido en ningún currículo. «Nuestra labor asistencial es puntual, confluyen la asistencial y la educativa, pero como desarrollamos nuestras tareas en centros de enseñanza consideramos que está más orientada a la educación. Cuando enseñas a un niño a relacionarse con otros en el recreo, a ir en fila o a mantener cierto orden son labores educativas. La solución pasa por hacer un currículo profesional», sostiene Pereira.